Felipe, buenas noches.

Hola, buenas noches. Luis, ¿qué tal? Muy bien.

Muy bien, muy bien y estupendo. Encantado de escucharte, Felipe.

Igualmente, y bueno, de escuchar realmente tu programa, que es una maravilla.

Gracias.

Bueno, pues yo quería contarte un poco, pues, la historia que me ha ocurrido con una chica aquí en Barcelona.

Sí.

Yo soy de Jaén, de un pueblecito, un pequeñito, pegado a Andújar, una gente que yo conozco, a los Sopranos.

¿Cómo se llama el pueblo? El pueblo se llama Lopera.

Lopera, ah, qué bien.

Lo que pasa es que, como está un poco conocido, pues, no se renombra, ¿no? Sí, sí, sí.

Y, bueno, pues, allí estando hace, bueno, nueve años ya, conocí a una chica.

Sí, ¿allí? En el mismo pueblo, porque sus padres veraneaban ahí todos los años cuando nos conocimos.

Y, muy bien, empezamos a salir y, entonces, yo precisamente ese verano, pues, me fui de casa para buscarme una vida, ¿no? Sí.

Como hay que hacer a determinadas edades, ya emprende uno el vuelo.

Total, que me marché, pues, ya me hice mi ruta por España.

Fui a diferentes ciudades hasta que, al final, después de seis años, pude llegar a Barcelona.

Todo esto manteniendo la relación en la distancia, ¿no? Es una relación dura, porque la distancia es mala y todo el que lo ha experimentado lo sabe, por el deseo de la otra persona que puede estar en momentos de sentirla y tenerla cerca, ¿no? Entonces, todo me llevó hasta aquí, evidentemente.

Daneé todo lo que me rodeaba por dedicarme a esta persona, que era una persona que yo quería.

Sí.

Y, bueno, pues, ya estando aquí, llegué hace tres años a esta linda ciudad.

Sí.

Busqué trabajo, busqué todo lo que conlleva.

Todo esto, te cuento, tuve seis años siguiendo estudios universitarios por vocación, por pasión, en realidad, ¿no? Que es lo que me ha dado a mí todo este tipo de circunstancias.

En realidad, pues nada, para el San Juan del año pasado, pues, me dejó.

Me dejó.

Me dijo que sentía ya muy poco por mí y que necesitaba tomarse un tiempo.

Sí.

Entonces, yo no me vino de sorpresa, porque, claro, cuando quieres a alguien realmente, la estudias hasta el mínimo detalle.

Claro, y te lo esperabas, te lo veías venir.

Sí, hay muchas señales que una vocadora te va dando antes de que te diga un pensamiento.

¿Tú en ese momento dónde estabas, cuando te dejó? No, yo estaba aquí en Barcelona, yo he venido.

¿Y ella aquí? Ella aquí. Yo he venido, pero mi periplo por España, pues, todo circundaba para venir aquí, era una finalidad.

Ah, lo entiendo, lo entiendo, sí.

Claro, para poder yo, yo como venía de una ciudad, de un pueblo que yo no podía tener mi necesidad básica porque era muy difícil, pues, yo no me importaba venir, evidentemente, cuando estás enamorado, pues, haces cosas que la razón no atiende.

Entonces acabé aquí, claro, al venir aquí, pues, yo me busqué un apartamento, pues, para poder iniciar una vía juntos.

Ella, pues, aún vive con sus padres, porque es una persona que no se decidió en su momento venir a vivir porque tenía muchas inseguridades, obviamente, pues, muy respetable, porque cuando sales de casa generas una fuerza, una voluntad que si no sales no la tienes.

Con muchas problemas, muchas cosas, ¿no? Todo esto lo ha hecho atender a las palabras que digo con certeza.

Entonces, después de todo esto, y de dos años estando en Barcelona, pues, me veía venir que no iban bien las cosas.

Llegamos ya a seis meses, que la pasión había disminuido, cualquier cosa valía para un detonante, para cualquier pelea sin razón, algo que yo cedía por el bien de la relación, en la mayoría de las veces, evidentemente.

Y, bueno, pues, claro, todo esto conllevó a que al final, pues, me dijo, me dio tiempo, claro, a mí eso me partía, porque era una cosa que era ilógica, después de todo lo que habíamos vivido y todo el tema, pues, al final no me lo creía.

Bueno, yo le di un tiempo, en julio del año pasado, y en agosto volvimos a hablar, ¿no? Todo esto, ya pasando, y claro, yo tenía problemas, que evidentemente me hacía que no estuviera tan pendiente de mi relación, porque, evidentemente, cuando se rompe, las dos personas tienen culpa.

Una puede tener más, otra menos, o, bueno, yo creo que la mayoría de las veces, ¿no?, su relación, pues, es cosa de dos, evidentemente.

Entonces, tras todo esto, pues, claro, yo, después de que me diera esa ingrata noticia, pues, yo decidí, pues, darle su tiempo, pensé que hubiera sido un agobio, porque empezó un trabajo nuevo, el cual le había proporcionado, a base de contactos y envíos que tenía después de la ciudad, y, bueno, en base a eso, pues, ya pude asimilarlo poco a poco.

Y ya cuando en agosto pudimos hablar, pues, ella me dijo que se haya planteado dejar la relación, porque no era la persona que había conocido de la que se había enamorado.

Claro, evidentemente, eso es un shock, cuando vienes de diferentes ciudades, cuando tienes que afrontar la vida con problemas, y cuando aquí le has un piso para dos personas que casi en la mitad van al sueldo, cuando estoy estudiando y tengo que dejar los estudios para poder...