
MEMORIAS PERDIDAS, Programa Nº 38, emision del 22/02/2025

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MEMORIAS PERDIDAS
Musica sin Catalogo
Sabados 11hs, por Interactiva Radio - AM 1290
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Intelectuales aburridos, doctores de la comunicación, los de folletos para la comprensión.
Enhebrando que aquí no hay más que un nivel de lectura.
Esto no es cultura, ni siquiera contracultura.
Esto es solo para los marginados de toda la vida, para los coleccionistas de pesadillas, para los que han ligado poco y mal.
Este es un programa para nosotros, un espacio oportunista, cínico y reaccionario, hecho por desesperados para desesperados, pero nada, no preocuparse, ¿eh? Sin amor, sin amistad, sin ninguna de esas cosas maravillosas que tienen los programas.
Lo más sangriento que nos permite la censura y la dirección.
Sí, me entendéis.
Tomad cualquier endemia.
Bocio, paludismo, tuberculosis.
El 70% de los enfermos están a provincia.
Laboratorios, hospitales aquí, en Buenos Aires.
¿Qué hacemos acá cuando la enfermedad está allá? Es el límite real.
¿Hasta dónde seguir persiguiendo un parásito, un insecto, una enfermedad que, como un fantasma que no se alcanza nunca, parece estar siempre más allá? Más allá, más allá.
Cubriendo toda la extensión del país.
El rancho es el ambiente ideal para la transmisión de la enfermedad.
He escuchado atentamente la postura del doctor Massa, a quien respeto personal y profesionalmente por su larga actuación anterior.
Gracias.
Ahora, me pregunto, doctor.
¿Debemos aceptar la existencia de esta misteriosa enfermedad, de dudosa evidencia, en caso de aceptar como hipótesis extrema su existencia, sólo por un instante y como mero recurso dialéctico? Me pregunto nuevamente, señor presidente.
¿De qué estamos hablando? ¿De arquitectura? Yagas aseguraba que estas casas son las verdaderas incubadoras de la enfermedad, y no se equivocaba.
Entonces, ¿qué deberíamos hacer? ¿Desinfectarlas? ¿Quemarlas? ¡Quemarlas, sí, señor! ¡Quemarlas! ¡Quemarlas! ¡Y no se rían! ¡Quemarlas con todo lo que hay adentro! ¿Qué pretende, doctor? ¿Perseguir a las vinchucas grieta por grieta? ¿Pero qué está diciendo? ¿Quemar las viviendas? ¿Los ranchos? ¿Pero de qué está hablando, doctor? ¿De la purificación divina? ¡Pero es ciego usted! El transporte pasivo de una región a otra indica la notable relación entre enfermedad y miseria, inseparables como carne y uña.
El hecho de levantar la voz no le da más razón.
Baqueros, poseros, mineros, todo trabajador golondrina lo lleva consigo, en la sangre o entre supertenencias, de rancho en rancho, de una tierra ajena a otra tierra ajena.
La endemia yagásica no se apagará jamás.
Mientras exista el rancho.
El rancho pertenece a nuestras más caras tradiciones.
No podemos negar que es práctico, es económico, y yo diría más, yo diría que es hasta bello.
Se comienza queriendo cambiar la forma de nuestras casas, y se acabará queriendo cambiar nuestra cultura y nuestra forma de vida, ¡y eso no lo vamos a permitir!