

Description of Mi mejor verano
Aquel verano, mamá y su mejor amiga cambiaran mi vida para siempre.
_____________________________________________
Hola! Ayúdame uniéndote a Ivoox desde los siguientes enlaces:
*Premium Anual
https://www.ivoox.vip/premium?affiliate-code=c7cb5289b6e940372f0f816d1de4fe6e
*Premium Mensual
https://www.ivoox.vip/premium?affiliate-code=9af38537eef891dabb408d0e292f3c38
*Plus
https://www.ivoox.vip/plus?affiliate-code=208ff5ca551218eda9d25aad9113bc8c
This content is generated from the locution of the audio so it may contain errors.
Las Llamas del Pecado, tu programa de relatos eróticos más caliente en español.
Si te gusta el contenido, suscríbete. Y si te encanta, hazte fan desde el botón azul, apoyar y accede a todo el contenido extra. Ahora, disfruta del episodio.
Hoy presentamos, Mi mejor verano.
Dolores colgó el teléfono. Llevaba un buen rato hablando con María, su amiga de toda la vida. Se pasó toda la conversación tratando de consolarla, de calmarla. Se acababa de divorciar y aún no lo había superado.
Lucas, gritó. Lucas estaba en su habitación, estudiando. Oyó a lo lejos a su madre llamarlo.
Dime mami, ¿puedes venir un momentito? Después de toda la mañana estudiando con la cabeza pegada a los apuntes de anatomía patológica, Lucas necesitaba relajarse y por eso había encendido el ordenador y había cargado su página porno favorita, Maduras Calientes. Se disponía a hacerse una relajante paja mirando aquellas macizas cuando su madre lo llamó.
El viernes era el último examen del curso y después, si todo iba bien, tendría un veranito tranquilo. Hasta ahora había probado todo. Se acercó al salón colocándose hacia un lado su ya inflamada polla. Miró a su madre desde la puerta, sentada en el sofá.
Estaba preciosa. 45 años, pero muy hermosa. No sabía si le gustaban las mujeres maduras por su madre o si le gustaba su madre porque le gustaban las mujeres maduras. ¿Fue primero el huevo o la gallina? ¿Qué pasa? Preguntó a su madre.
Tesoro. María está fatal con lo del divorcio. Le he dicho que se venga conmigo al apartamento de la playa. No te importa quedarte solo unos días, ¿verdad? Claro que no. ¿Cómo está ella? Uy. Creo que si le das un cuchillo ahora les cortaba el cuello a todos los hombres del mundo. Ja, ja, ja. No será para tanto. Uf. Sobre todo a su marido. Bueno, a su exmarido.
María, la amiga de su madre, tenía misma edad que ella. Era algo más bajita y más entradita en carnes, pero igualmente apetecible. Y con un hermoso par de tetas, las cuales habían sido las protagonistas de unas cuantas masturbaciones. Un cambio de aires le sentará bien, dijo Lucas. Eso le dije. ¿Seguro que tú estarás bien? Que sí. El viernes es tu último examen, ¿no? Sí. ¿Por fin? ¿Qué harás luego? Pues no sé. Descansar. Tirarme a la bartola. Si se dejas lo mejor que puedes hacer. Ja, ja, ja. A su madre siempre le gustaba hacer esa broma con la tal bartola.
Pues después del examen vente con nosotras. No creo que pueda aguantar yo sola a María toda la semana. ¿La idea de poder admirar a las dos mujeres le atraía? Sobre todo a su madre. Hacía meses que no la veía en bañador o bikini. Vale. Así quedamos. Gracias, tesoro. Eres un sol. La sonrisa con que ella le obsequió le deslumbró. Si no fuera su madre, quizás. Pero lo era. Su mente racional le decía que mirarla así era inmoral. Que los deseos que sentía eran impuros. Pero eran solo eso, deseos. No podía luchar contra ellos. La verdad es que tampoco quería luchar. Le gustaba sentirlos.
Le gustaba fantasear, echar su mente a volar, aun sabiendo que nunca nada de todo lo que imaginaba sería realidad. Voy a seguir estudiando. Chao. Vale. Voy a preparar la comida. Lucas volvió a su habitación. Su polla seguía dura. Cerró la puerta. Iba a echar el cerrojo, pero no lo hizo.
Una de sus recurrentes fantasías era que su madre abría la puerta y lo pillaba en plena paja. Se sacó la polla, se acostó en la cama y empezó a tocarse. Cerró los ojos e imaginó. La puerta se abre de repente. Oye, Lucas, te... Su madre se calla de repente con los ojos fijos en su polla. La boca medio abierta. Estoy cachondo, mami. Uf, ya lo veo. Me echas una mano. ¿Qué? Que si me echas una mano con esto, le dice, mostrándole su herramienta en plenas facultades. Ella, lentamente...




















Comments of Mi mejor verano