Micronautas 2.146 - Iron Sky. - Early access

Saludos amigos de la Infantería Retronáutica y bienvenidos a este programa de Micronautas, el podcast donde el séptimo arte se toma muy en serio. O no. Hoy os traemos una película que se merece su propio monumento en el salón de lo absurdo. Iron Sky, o como a mi me gusta llamarla, Nazis en la Luna, el musical que nunca fue, pero ojalá. Se trata de una peli con nazis espaciales que bajan a invadir la Tierra en 2018 con muchos steampunk y dirigibles orbitales. Sí, sé, ya sé lo que estáis pensando. ¿Esto es real? Pues sí, queridos oyentes, esto es real.

La mente que parió esta maravilla de la ciencia ficción gamberra es Timo Borensola, un director finlandés al que probablemente se le cayó un cómic de heavy metal en una reunión de historiadores y dijo, lo tengo. Antes de esto, Timo ya había hecho Star Trek In The Beginning, una parodia friki de Star Trek y Babylon 5 hecha con un presupuesto cero, actores amateurs y más croma que un informativo local en pandemia, y aún así se convirtió en un fenómeno online.

Así que Iron Sky no fue un salto, fue un doble tirabuzón hacia el abismo del culto cinéfilo. Pero ojo, que el rollo de reírse de los nazis no lo inventó él, ni mucho menos. Esto viene de largo. Ya en 1940 Chaplin le daba un repaso a Hitler en El gran dictador, haciendo de barbero judío y dictador a la vez con un discurso final que sigue emocionando más que cualquier campaña electoral.

Luego llegó Ser o no ser de Lubitsch que te hacía reír con la ocupación nazi de Polonia, que ya tiene su mérito, y Los productores donde Mel Brooks nos regaló a ese Hitler cantante de Primavera para Hitler que aún suenan nuestras pesadillas más cómicas. Porque sí, reírse de los nazis es una forma de quitarnos el miedo y ponerlos en su sitio.

Es catarsis con banda sonora. Y por si pensáis que los nazis en el espacio son un invento loco de internet, Rocket Ship Galileo, cohete Galileo de Robert Heinen ya lo propuso en 1947. Unos chavales construyen un cohete, porque eso era lo normal en los 40, claro, y acaban topándose con una base nazi en la luna.

También está Iron Dream de Norman Spinrad, la novedad del 72 que se imagina lo que pasaría si Hitler hubiera emigrado a Estados Unidos y se hubiera convertido en escritor de ciencia ficción pulp, de la cual ya acabamos de hablar en nuestro episodio regular. Así que vaya, Iron Sky está en buena y bizarra compañía. Ahora bien, lo que hace especial a Iron Sky no es sólo su premisa loca, sino cómo la llevan a cabo. El guión es una mezcla de sátira política.

Hay mucha miga con la propaganda, el racismo y los Estados Unidos metiéndose en camisas de once varas. Ciencia ficción retro con estética de videojuego de los 90 y comedia de trazo grueso.

No es Telefono Rojo, pero tampoco quiere serlo. Y aquí vienes por los uniformes militares, obviamente, las naves con forma de cruz gamada y una Sarah Palin futurista que parece sacada de un capítulo apócrifo de Futurama. Y lo mejor de todo es que la película se hizo gracias al crowdfunding. Así es, más de 10.000 personas pusieron pasta para que esta idea de la olla se convirtiera en realidad. Estamos hablando de una producción de más de 7 millones de euros.

Una locura para una peli indio-europea, que mezcló finlandés, alemán y australiano. Vamos, una coproducción internacional con estética de TVO de serie B. Y para hablar de esta joya, hoy tenemos como invitado de lujo al Capitán Mon Verge Verum, Albert Galdor o Albert PR17 de Semental Chihuahua y la viñeta de Disco Inferno. Hola Albert.

Sí, ¿qué tal? Encantado de estar aquí, en este podcast tan especializado y para hablar de... Es que no me llama nadie para hablar de Conclave, que es la que me gusta. ¿Pero esto es ciencia-ficción antigua? Esto es ciencia-ficción. Yo es que Iron Sky tengo un vínculo que os he comentado antes.

De lo primero que hice en el mundo del podcasting fue con un amigo hacer un audio muy largo sobre Iron Sky, la película, pero también sobre el ocultismo y el platirismo y la tontería esta de nazis en la luna, nazis en la Antártida...