Micros de Rosa Gil, Jorge Eloy, Ana Saiz, Elena Caballero y T. Herbonniere
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En este episodio de Historias de Droids & Druids radioficcionamos los microrrelatos ganadores del reto del día del libro 2023 de la revista Droids & Druids.
1. Gaixoa Ni (Ana Saiz)
2. El exiliado (Rosa Gil)
3. Ardides entre tapas (Elena Caballero Martínez)
4. Maquinatural (Jorge Eloy)
5. Paseo por la biblioteca (T. Herbonniere)
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Estás escuchando historias de trolls androids el podcast donde narramos y radio flexionamos relatos de la revista u otras historias hoy te traemos los cinco microrrelatos ganadores del reto del día del libro dos mil veintitrés gay a ni es un relato de ana sáez narrado por inés galiano madrugada del quince de julio el centro de pamplona resplandece con la luz de las velas cientos de personas al unísono pobre de mí para despedir las fiestas de san fermín hasta el año que viene se van retirando los pañuelos del cuello y comprueban con una mezcla de asombro y horror que su tradicional color rojo se ha desvanecido por completo ahora son blancos como el resto de sus ropas la confusión se extiende por todas las calles de la ciudad si si seguro que era rojo dicen algunos no no no me lo he imaginado comentan otros bue bueno igual he bebido algo de más confiesa a alguien pero rojo era nadie tiene ni idea de la conversación que hace apenas unas horas tenía lugar en el dormitorio de un apartamento turístico pasado de precio pobre de mí repetía gorka una vez más sentado en el borde de la cama con los codos apoyados en las rodillas y los dedos hundidos en el pelo lo siento dier me emocioné tu mac pero oye ahora eres inmortal henry le puse una mano en la espalda desnuda y gorka se levantó de un salto no tanto por su tacto frío como por el repelús que le daba de pronto ese pronunciado acento inglés que tan sexy le había aparecido la noche anterior inmortal que me voy a morir de hambre se lamentó que no puedo beber sangre aún sentado en la cama genre le hizo un gesto con las manos para que bajase la voz gorka se agachó hacia él y se siguió lamentando pero más bajito que soy vegano a don't worry henry se levantó rebuscó en el armario y volvió con una camiseta de gorka hemos evolucionado mucho ya no necesitamos beber sangre basta con server algo de color rojo toma prueba desconfiado gorka cogió la camiseta del samurai su preferida y se llevó la parte del sol naciente a los colmillos vibrantes por el crecimiento una vez superada lágrima del tacto del algodón en la b boca era cierto que reconfortaba hasta la mordedura en el cuello parecía dolerle menos pobre de mí pensó una última vez así que el color rojo bueno estaba en pamplona y era el último día de los sanfermines no sabía qué sería de su vida ahora que era un vampiro pero esa no che esa noche iba a darse un auténtico festín el exiliado un relato de rosa gil narrado por asís uriarte gabriela uriarte y rosa gil había cosas que uno elegía y cosas que le decían a uno el exiliado no había elegido estar maldito pero sí asesinar a los niños que lo estaban le habían dejado a la niña atada en una roca plana su mejilla amoratada revelaba que había luchado para que no la expulsaran de la ciudad él también se había resistido en su momento ya había suplicado junto a las murallas después al anochecer ser había vuelto transformado en monstruo pero los centinelas no habían ahuyentado a flechazos todos pensaban que moriría en el desierto pero no murió así que la ciudad le propuso un trato con cada niño maldito recibiría una mula cargada de agua y comida aquella era su tercera mula cuando la desató la niña huyó de un abajo en la atrapó casi en seguida tengo mi nariz le advirtió escapaste encontrar en cuanto me transformé después por si acaso la actual ronzal de la mula el viaje les llevó casi todo el ardiente dia se detuvieron solo una vez a la sombra de una roca la niña parecía agotada y el exiliado la dejó beber hasta saciarse porque tengo aquí hasta las montañas para morir preguntó furiosa la ciudad paga para no verlo sufrir lucharé con uñas y dientes amenazó ella tengo muchos dientes en la ciudad el lo sabía se decía que le gustaba matar en combate como el monstruo que era al atardecer llegaron a las montañas el exiliado la guió por desfiladeros sombríos fríos como agua de deshielo y no se ve