Miércoles 3 de septiembre – Lucas 4, 38-44. Es necesario también que evangelice a otras ciudades.

Es necesario también que evangelice a otras ciudades.

Fijaos que Jesucristo no quiere ser el dios de un grupo concreto, o de un continente concreto, o de una cultura especial, sino es el dios de toda la humanidad.

Si es el autor del universo, es el autor de la humanidad, por tanto él es el autor de todos los hombres, y el dios de todos los hombres.

Y por eso él, aunque es verdad que solamente predicó en Israel, en Israel de aquel tiempo, y no quiso ir fuera, después llamando a sus apóstoles, es verdad que siempre en el mensaje de Jesús hay una universalidad.

Por eso decimos que la iglesia es católica, y católica quiere decir universal.

No es la iglesia de Europa, no es la iglesia de América, no es la iglesia de África, es la única iglesia de Cristo que está presente en todos los continentes, y que está presente en todos los momentos de la historia, y que está llamada a estar presente en cada corazón humano.

Y por eso cuando la gente se quería quedar con Jesús, eres nuestro, eres para nosotros, quédate aquí con nosotros, no salgas de aquí, desde aquí ya te daremos a conocer, no, tengo que salir a otras ciudades, en el sentido de que tengo que llegar a más gente, porque Jesucristo en definitiva es un derecho de la humanidad.

Todo ser humano tiene derecho a conocer que Dios le quiere, a conocer que ha sido llamado a la existencia por amor, y sobre todo, todo ser humano tiene derecho a recibir la gracia del bautismo, la gracia del matrimonio, la gracia de la unción, la gracia del perdón de los pecados, y a comprender y a vivir ese servicio que es el amor.

Pero sí, Jesucristo tiene un corazón universal, como Dios es universal, porque es el Dios del universo.

Y en este sentido, que no nos apropiemos nunca de Él, como yo sé más de Dios, yo como voy a la iglesia, yo como voy a misa, yo como tengo mis devociones y soy muy católico, yo tengo más de Dios que tú, bueno, has tenido la suerte de conocer más al Señor.

Pero a lo mejor otras personas por otros caminos también pueden llegar a Él, y sobre todo, que ese Dios está dispuesto a manifestarse a todos, no solamente a ti.

Nadie puede tener la exclusiva, el monopolio, nadie puede decir, es más mío que tuyo, sino que es el Dios de todos.

Es el Dios católico, es el Dios universal.

Y en ese sentido, nosotros tenemos que participar de este deseo de que Dios quiera llegar a todos los corazones, ser instrumentos de ese Dios.

Lo puede llamar evangelizar, lo puede llamar hacer apostolado, como quieras llamarlo, pero ser instrumentos de ese deseo de Cristo de llegar a todas las personas, especialmente a las que no le conocen, a los que están más alejados, a los que creen que Dios les va a castigar o que Dios no tiene que intervenir en su vida.

La gente está sedienta de Él, Jesús está sediento de la gente, y tú puedes ser ese instrumento que Él va a utilizar para llegar a todos los corazones de los hombres.