Milei se encomienda a Trump

Soy Fernando Díaz Villanueva, hoy es 16 de septiembre de 2025, y esto es la Contracrónica.

Javier Milley fue recibido este martes por Donald Trump en la Casa Blanca en un encuentro cargado de simbolismo político, pero con un trasfondo netamente económico. Milley, es bien conocido por ser un firme aliado de Trump, busca apoyo para estabilizar la economía argentina, cuyo banco central tiene problemas de liquidez. La reunión cerraron un paquete de asistencia financiera que el Tesoro de Estados Unidos entregó hace unos días mediante un swap de divisas valorado en unos 20.000 millones de dólares, con idea de sostener el peso argentino y estabilizar el mercado.

Este acuerdo es hoy por hoy de vital importancia para Argentina, pero Trump condicionó a la continuidad del apoyo financiero, a la victoria de la Libertad de Avanza, partido de Milley, en las elecciones legislativas del próximo 26 de octubre. Esta advertencia provocó mucho revuelo en Argentina, donde hasta la Bolsa de Buenos Aires se resintió. Las elecciones, aunque legislativas parciales, son un referéndum sobre las políticas de Milley, que llegó al poder en 2023, a finales, hace ya casi dos años, prometiendo recortes drásticos en el gasto público en medio de una profunda depresión económica.

Su partido, con menos del 15% de los escaños en el Congreso, tiene enfrente a una oposición peronista fortalecida, que lidera las encuestas tras vencer por 14 puntos en las elecciones provinciales de Buenos Aires en septiembre. Milley necesita mejorar su representación parlamentaria para avanzar en sus reformas, que no terminan de abrirse paso en un Congreso dominado por la oposición. A pesar de algunos avances, como la reducción de la inflación hasta dejarla en un 30%, la inestabilidad del peso sigue siendo un obstáculo.

La dolarización, una propuesta inicial de Milley, podría estabilizar la moneda, pero no todos están de acuerdo con ella, empezando por su ministro de Economía, Luis Caputo, y siguiendo por muchos fondos de inversión que se benefician de operaciones de carry trade con el peso. Para Trump, apoyar a Milley es estratégico. Una Argentina estable y económicamente exitosa inspiraría a otros países de Hispanoamérica y se digiría en un contrapeso al populismo de izquierda que hoy gobierna en México, Colombia y Brasil.

Trump ve a Milley como un abanderado del movimiento maga en la región. A su altura, de hecho, solo está Nayib Bukele, pero Argentina es más grande e influyente que El Salvador.

La relación entre ambos presidentes se basa en afinidades ideológicas, obviamente, en un activismo similar y un estilo combativo. Pero el hecho de que Trump condicione la ayuda al resultado electoral puede generar rechazo en Argentina, donde el peronismo sigue siendo una fuerza política respetable y una fuerza social muy bien consolidada. El acuerdo económico trasciende lo financiero, trata de fortalecer lazos entre gobiernos afines, pero no deja de ser un parche. Para que Argentina resuelva sus problemas monetarios de una vez por todas, debería plantearse la dolarización, algo que el propio Milley prometió durante la campaña.

Luego, al llegar a la Casa Rosada, moderó su postura, por lo que esa dolarización tendrá que venir acompañada de una presión activa desde Washington. Por el momento, la ayuda del gobierno Trump es un salvavidas temporal para Argentina, pero si no van más allá, los problemas de liquidez volverán a aparecer.

Este martes, Javier Milley viajó a Washington y fue recibido con honores de Jefe de Estado, claro está, pero con honores de algo más, de Jefe de Estado en la Casa Blanca, por su homólogo estadounidense Donald Trump, que acababa de aterrizar del viaje que había hecho a Israel y a Oriente Medio, a Egipto, concretamente para la cumbre de paz de Gaza que os contaba el otro día.

La visita estaba muy bien preparada y, por supuesto, cargada de simbolismo, ya que Milley es uno de los mandatarios internacionales que, de manera más decidida, apoya a Donald Trump. Pero, al margen de las afinidades que existen, el trasfondo de la reunión era de tipo económico. Tal y como estaba previsto en el encuentro, el anfitrión, Donald Trump, elogió a Milley con su estilo, ya sabéis, directo y desenfadado.

Dijo que era uno de sus mejores amigos y que era un presidente que estaba haciendo grande a Argentina de nuevo. Durante el almuerzo privado que le siguió al primer encuentro,