

Description of El misterio de los milagros
Isaac Jaulí, doctor en Psicología, psicoterapeuta y miembro de la Sociedad Teosófica Española, José Luis Doménech, historiador y escritor, José Luis Giménez, escritor e investigador y José de Alberto García, egiptólogo e investigador. Según el cristianismo, un milagro es en sí un hecho sobrenatural en el cual se manifiesta el amor de Dios hacia los seres humanos.
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Algunos expertos apuntan que son el fundamento de toda religión, a veces por
encima del mensaje que difunde. De hecho, el cristianismo gira en torno a ellos
hasta tal punto que llegan a ser incluso su señe de identidad. Estamos hablando
de los milagros. Hablamos de sucesos tan extraordinarios como la resurrección de
Jesucristo, las apariciones marianas, las personas estigmatizadas, los cuerpos
incorruptos, el fenómeno de la bilocación o el de las figuras e imágenes
que lloran sangre. Nos referimos a esos milagros, prodigios sobrenaturales que
son atribuidos a una intervención divina. Pero ¿en qué consisten realmente? ¿En qué
consiste un milagro? ¿En un acto de fe? ¿En un fenómeno paranormal? ¿En un mensaje
divino? ¿Qué características fundamentales tiene que tener un milagro para que sea
reconocido como tal por la iglesia? ¿Hasta qué punto fueron reales los prodigios
que realizó Jesús? ¿Puede la autosugestión desafiar a la lógica?
Esta noche, como os decía, hay luces en la oscuridad. Responderemos a estas y
otras muchas preguntas con la ayuda de varios de nuestros expertos. Con el
escritor e investigador José Luis Jiménez. Buenas noches, José Luis. Hola, buenas
noches, Pedro. Con Isaac Jaolí, doctor en psicología y psicoterapeuta y miembro de la
Sociedad Teosófica Española. Doctor, muy buenas noches. Buenas noches. Con el
historiador José Luis Domènech. José Luis, muy buenas noches. Buenas noches, Pedro. Y con
José Alberto García, parapsicólogo e investigador. José, muy buenas noches.
Buenas noches, Pedro. Bueno, en primer lugar, y para abrir la tertulea de esta noche,
¿cómo definiríais lo que es un milagro? ¿Se trataría de un acto de fe? ¿De un
fenómeno paranormal? ¿De un mensaje divino? ¿Quién se lanza?
Bueno, yo creo que contiene, si no todas, la mayor parte de las opciones que nos
has planteado. Es decir, un milagro es un acto de fe. En primer lugar, para mí, lo
más, diríamos que la parte, el componente mayor que tiene un milagro es la fe, es
este acto de fe. Cuando hablo de fe, no me refiero a una fe en un ser
superior, como podemos llamar el dios de cualquier religión. Puede ser la fe en
uno mismo, en un ser interior. Pero nos referimos a la fe, a la confianza plena en
algo o en alguien. También es un efecto paranormal desde el
punto de vista que se escape a lo que la ciencia ortodoxa no conoce
cómo funciona. Es decir, no conoce el protocolo de funcionamiento, se
escapa y, por lo tanto, no deja de ser también un fenómeno paranormal. Lo cual
no significa que no tenga una explicación lógica y científica, sino
que no se conoce. Entonces, desde este punto de vista, el milagro, para mí,
sí es un acto de fe. También posee una parte de fenómeno paranormal y, bueno,
esto antes decías, si es un acto de poder. Bueno, el poder diríamos que está
intrínseco dentro de este fenómeno, del milagro, en el momento que todos
somos capaces de hacer milagros. Lo que no sabemos es cómo, puesto que la fe,
aunque todo el mundo suele aceptar que la fe mueve montañas y, efectivamente, ya
lo dijo Jesús, ¿no? Dice, si tuvierais solamente un grano de mostaza de fe, le
diríais a la montaña, sígueme y la montaña os seguiría. Quiere decir que es
esta fuerza, es este poder que tiene la fe lo que hace posible el milagro.
Quizá podríamos añadir, ¿no? Darle un corolario al aspecto de que van
los milagros en sí, cuando se producen o cuando los percibimos, sea cual sea la
naturaleza de este milagro, van precedido de hechos inexplicables, de alguna manera,
que condicionan mucho este milagro. Lógicamente, a través del
tiempo, pues, lógicamente, muchos milagros de los que habla incluso el
evangelio, actualmente se podrían explicar. Yo quisiera intervenir un poco en el
sentido de lo que la tradición antigua dice sobre los milagros. Cuando hablo de
la tradición antigua, hablo de los escritores serios, como Amonio Sacas, como
Plotino, como gente de mucho calibre, que hablaron realmente de que los milagros
no existían. Me adhiero a la segunda parte de tu definición. Son leyes no
conocidas. O sea, por una parte la fe, que a mí también la palabra no me
gusta demasiado, porque se confunde para mucha gente, no digo para nosotros, con
creencia. La creencia es algo vago, no está cimentada en nada. Yo hablaría más
de convicción, ligada a la voluntad. La voluntad hace muchísimas cosas, y ahora
tenemos ejemplos en toda la historia y en todas las tradiciones de la
humanidad.