El misterioso asesinato en la calle 23 oeste
Episode of Crímenes y Criminales - Hechos AnómalosDescription of El misterioso asesinato en la calle 23 oeste
Un hombre de negocios muy conocido aparece muerto. Parece que no hay sospechosos que sean adecuados para hacerlos responsables. Investigaciones de todo tipo, la intervención de la prensa, un misterio que enganchó a la población americana...
¿Qué paso aquella noche en la calle 23 oeste?
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Crímenes y criminales, con Luis Martín Edvalles.
Era muy temprano, la mañana del 29 de julio de 1870, cuando el mayor general Francis Blair despierta en su habitación del Hotel de la Quinta Avenida, en Nueva York.
Blair es un militar que ha tenido una distinguida carrera en las guerras mexicanas, civil, incluso fue candidato demócrata a la vicepresidencia.
El caso es que él no va a ser nuestro principal protagonista de esta historia.
Él es el primero que aparece porque él es el que, digamos, primero ve algo.
Se levanta de la cama alrededor de las cinco y media de aquel 29 de julio, hace muchísima calor y humedad, está terriblemente sudado y necesita abrir la ventana a ver si es capaz de que entre un poco de aire fresco, a ver si hay la posibilidad.
El caso es que él abre la ventana y justo en el edificio de enfrente ve en el tercer piso una habitación donde hay un hombre que parece que se está preparando para llevar adelante su día.
El caso es que Francis Blair no le causa aquello más expectación y decide volver a la cama.
Intentar dormir un poco en una noche tan calurosa y terrible.
El caso es que durante media hora Blair da vueltas en la cama, parece que no puede dormir hasta que de repente se empiezan a escuchar unos gritos de auxilio, unos gritos desgarradores.
Provienen además del exterior.
Mira por la ventana y vio de pie en la calle al hombre que había visto antes en la ventana.
Y de hecho estaba todavía con su ropa de cama, con la ropa de pijama y demás.
Pero ¿qué pasaba con este hombre que estaba cubierto de sangre? Allí vio junto a él a otro hombre más joven que también estaba con su atuendo de cama, también con muchísimas manchas de sangre.
Ambos estaban, según él, histéricos, gritando, agitando los brazos como si estuvieran locos.
El caso es que, bueno, no se tarda mucho en entender y que el propio Blair entendiese qué pasa, cuál era la razón por la que Frederick y Washington Nathan estaban en ese estado.
El padre de ambos, Benjamin Nathan, de 57 años, estaba muerto en su dormitorio.
Alguien lo había golpeado brutalmente hasta causarle la muerte.
Luego dijo Frederick que la sangre de su ropa de dormir había sido al agarrar a su padre en brazos buscando desesperadamente el hecho de que no estuviese muerto.
El caso es que Benjamin Nathan era un hombre que en este momento se ha convertido casi por desgracia.
Su nombre se asocia más a su muerte que no a lo que hizo en vida.
Que a la hora de la verdad era un hombre que era vicepresidente de la Bolsa de Valores de Nueva York, tenía muchísimo dinero, era inmensamente rico y además era un filántropo tremendo y tenía una vida muy respetable. Era un hombre al que la gente quería.
Tenía una familia numerosa, tenían ocho hijos y eran de la aristocracia judía de la zona.
Era alguien que estaba muy bien mirado.
Pero ¿qué pasa? ¿Cómo puede ser que este hombre tan familiar y tan bien mirado por todo el mundo haya sido brutalmente asesinado en su propia casa? Esto es inconcebible. Nadie podía comprenderlo.
El caso es que en una de las publicaciones del momento se dijo que un ciudadano tan respetado y benévolo como Benjamin Nathan, alguien que no debería haber tenido ningún enemigo en el mundo, haya visto su chispa vital extinguida con tan espantosa brutalidad.
