MITOS del AMOR y TERAPIA de PAREJA #76

Hola Carla. Hola José. ¿Qué tal? ¿Cómo estás? Muy bien, ¿y tú? ¿Bien? ¿Primer podcast en vídeo? Así de gusto, ¿no? Ya iremos mejorando el setup. La gente que esté escuchándonos en iVoox no tendrá ni idea de lo que estamos hablando, pero nos pueden encontrar en YouTube. Si quieren, les dejaremos el enlace en la descripción. Bienvenidos un día más. Inquieta. ¿De qué vamos a hablar hoy, Carla? ¿Vamos a hablar de las parejas, papá Mariano? Uy, sí, que nos gusta a nosotros la pareja.

Hoy queremos contarles los errores que solemos cometer muchas veces a nivel pareja, ¿no? El error de buscar a la media naranja, el amor que es incondicional y todo lo puede, la repetición de patrones, muy común, ¿no? Es decir, cómo nos criamos y vamos repitiendo lo que hemos aprendido, los fallos más comunes, cómo ir solucionando esto. Vale la pena y la terapia de pareja. Bueno, estas cosas... Bueno, Carla, la media naranja, ¿tú qué opinas? A directo el grano, ¿no? Sí, sí, claro. Y a tu directo el grano, a la media naranja.

Nosotros tenemos una media naranja aquí, mira. Mira nuestra media naranja, qué cosita.

Hombre. Una mandarina. Una mandarina. Más que una naranja. Dinos, ¿qué pasa? ¿Qué pasó con la media naranja? La verdad que es una idea de amor romántico, ¿no? Porque al final vamos a hablar de los mitos del amor romántico, estas creencias. Y recientemente he hecho un reel de esto, ya saldrá, un short. Lo tienes preparado ahí. Sí, que de ello va de las tres creencias por las que no dejaste a tu ex a pesar de que te tratara mal, ¿no? Y hablamos, lo que pasa es que aquí es versión extendida, ¿no? De estas tres ideas, de estas tres creencias. A mí me interesa, ¿no? Creo que puedes contárnoslas.

Sí, sí, si son las mismas. Ah, pues dale. ¿Qué pasa con la media naranja? Que al final, lo que ya sabemos, si es verdad que tenemos muy claro lo de que todos somos seres completos, entonces eso de la mitad, eso de estar incompletos y hasta que no encontramos a alguien no somos un ser propiamente dicho, o una mujer, ¿no? Claro, pero para ser un ser tienes que encontrar a tu otra mitad.

Exacto. Y mientras tanto, ¿eres medio ser? Es medio, medio, estás a mitad. Y de hecho, que creo que lo hablamos nosotros el otro día, que lo que tú decías, no, la mujer no es mujer hasta que se casa. Por eso es mi mujer. Sin embargo, el hombre es marido, ¿no? Sí, sí, sí, es como...

Te quedaste pensando, ¿eh? Con eso. No lo había pensado, pero sí, claro, mujer. O sea, tú no eres mi hombre, eres mi marido, entonces no es lo mismo. Con la mujer sí. Ya la mujer es completa cuando se casa, ¿no? Entonces... Encuentra su media naranja. Y es lo mismo, ¿no? A escala ya fuera del matrimonio, el mito de la media naranja.

Creo que también es una condena, y lo hablo mucho con los pacientes, es una condena en el sentido de que si tú crees que esa media naranja solo eres compatible, o solo es una media naranja específica, en el sentido de que solo vas a conectar con esa persona, solo esa persona es compatible contigo, es como lo de alma gemela, exactamente igual.

Solo puede haber una en el mundo. Te condenas a esa persona, ¿no? Y imagínate que es esa primera relación que llega, que normalmente pues no tiene que ser la definitiva, ¿no? No suele ser. No suele ser, por estadística, ¿no? Puede pasar. Pero por estadística no es lo más habitual. No es lo más habitual.

Somos muy inexpertos, es normal. Sí, sí, está claro. Y al final, si nosotros condenamos a esa única persona, a esa única relación que supuestamente es la mitad mía, voy a tolerar muchísimas cosas y puede ser muy peligroso, ¿no? Puede ser francamente peligroso porque entonces se vuelve incondicional, y el amor vale para todo.

Sí, ya nos llevaría al otro, al siguiente mito, ¿no? Que es, ah, bueno, pues mi media naranja y el amor todo lo puede, pues es con estatus credencial, vamos al fin del mundo, pase lo que pase. Da igual lo que pase en medio. Y todo tiene que ir bien, es maravilloso. También hay un componente de idealización, ¿no? Muchas veces esas creencias lo fomentan muchísimo. Exacto, entonces es muy peligroso, ¿no? Porque al final pensamos que tenemos que tener a esa otra media naranja para completarnos.

Yo pienso siempre, digo, tío, si vamos a poner fruta, a mí me gustaría ser un kiwi. Yo buscaría mi medio kiwi, ¿no? Si fuera así.

Pero no, yo pienso siempre que soy un kiwi completo. Claro. Yo buscaría mi otra fruta, pero esa fruta estará conmigo, ¿tú me entiendes? Exacto, y harán una ensalada, ¿no? Queremos frutita, ¿vale? Pero no va a ser mi medio kiwi, ni mi medio aguacate. Exacto, la idea es que... Bueno, aguacate también me gusta, podría ser.

Normal, pero al final es eso, es sentirnos seres completos, únicamente la persona que viene, viene a sumar. ¿Qué pasa también con lo de la media naranja? Que muchas veces es como, bueno, nos complementamos y ahí vienen los polos opuestos, ¿no? Los polos opuestos se atraen. Tampoco tan opuestos, ¿eh? Cuidado.