Mon Laferte: canciones para llorar y f*llar (CARNE CRUDA #1570)

¿Cómo se gana una el derecho de llamarse artista? Nace, te hace, lo compra.

Yo no fui a la universidad y no tengo título de artista, ni de catedrática, ni de nada.

Pero la necesidad te enseña a ser más creativa, a arreglártela y a no pedir permiso.

Si Mejira no hubiera pedido permiso, yo estaría muerta.

Fui violada a los 7 años. A los 11 empecé a tomar, fumar cigarro y consumir marihuana.

Probé la pasta base a los 13. Estudié la D320, almorzaba en la escuela y solo llegué a octavo básico.

Empecé a trabajar a los 13 años y desde ese año hasta los 18 fui abusada por un tipo de 20 años mayor que yo, que me vendía como un manager. Él se quedaba con la mitad de la plata.

Durante ese tiempo canté en la calle, en bares, en los micros, en circo.

A los 17 vivía sola con mi abuela. Me tocó cuidarla después de un derrame cerebral que la dejó postrada.

Yo en las noches salía a cantar y con eso compraba pañales para ella.

A los 18 encontré una oportunidad en la tele. Eso para mí fue la salvación de mi vida.

Después empecé a tener pitutos y con eso ayudaba a mi familia.

Durante los 5 años que estuve en la tele fui acosada por un productor musical.

Me besaron a la fuerza varias veces y me trataron de puta sin talento.

Me la creí y aguanté por necesidad, pero finalmente tuve el valor y me fui.

Con 23 años y 4 palos que había juntado me fui a México, sin pituto, sola con ganas de salir adelante.

En mi llegada a México me tocaron los años más difíciles del crimen organizado.

Salí escapando un par de veces del Obunantro en Veracruz.

Canté cover en bares durante 8 años. Ganaba 300 lucas al mes.

Con eso a veces le podía mandar plata a mi familia en Chile.

Tuve cáncer de tiroides. Me operaron en el sistema público de salud.

Quedé con una parálisis facial. No pude mover el lado derecho de mi cuerpo por dos meses.

Aún esto me pasa la cuenta. No siento la cara de mi lado derecho.

Casi me quedé sin voz después de la operación. Tuve que aprender a cantar de nuevo.

A los 31 años llegó mi éxito masivo en la música con un disco como artista independiente.

Antes de eso tuve dos discos.

Toqué ciertos de puerta. Viví en sillones, en casa de puta. Me cagué de hambre.

Tuve depresión. Me intenté matar dos veces. He sido alcohólica.

Me tuvieron que dar comida en la boca por los temblores de la abstinencia.

No podía ni vestirme sola.

Pero a las dos semanas me paré y volví a trabajar.

Empastillada y aún con depresión, me levanté.

He sido una mujer muy triste, realmente muy triste.

Y lo único que sé hacer es trabajar.

Pero todo lo que yo hago me sale de los ovarios, de lo más primitivo.

Yo soy un animal, una tora, una yegua como Lehme Bell.

Siéntate en el piano, destruye la métrica, grita en vez de cantar, decía Violeta.

Yo no ando queriendo ocupar el espacio de nadie, pero tampoco voy a andar disculpándome por ocupar el mío.

Aquí tienen mi historia. ¿Y saben qué? Si esto se trata de meritocracia, entonces yo me lo merezco todo.

Se lo merece todo.

Hoy nos visita la propietaria de una vida y una carrera tan descomunales como su voz.

Una mujer que desde chica lo tuvo bien duro y que no ha dejado de romper y de romperse en una búsqueda incansable por hacer lo que le da la gana.

Ella es Mon Laferte.

Yo me acompañaba con la sombra, esperándote.

A veces yo jugaba con la tontaba, ¿pa dónde se fue? Una artista acompañada por sus sombras, de las que ha sacado luz.

Canciones en las que baila con la ola y en cada disco una se pregunta ¿pa dónde se fue? Porque lo suyo, güeritos, güeritas mías, es la...

¿Dónde estamos vos y mi amor no estamos vos? Tu amiga mía.

De viva del baile latino y de cualquier ritmo latinoamericano.

A diosa electrónica y trip hopera.

De bellísima princesa bolerista.

A reina del rock and roll.

Mi buen amor, la verdad no hay otra cosa que yo pueda hacer.

No me vas a convencer de que ahora sí.

¿Has roto internet con duetos como Bum Buri?