La muerte de Elodie

Crímenes y criminales con Luis Martínez Valles. Era la noche del 10 al 11 de enero de 2002.

Elodie, de 24 años, una joven que todos describían como brillante, también era directora de una sucursal bancaria, de las más jóvenes de Francia en serlo.

Trabajaba en Perón, en el Somna. Esa tarde del 10 de enero tenía una cita con un amigo en San Quintín, a 20 kilómetros de Perón. Pasó la noche cenando con este amigo en un restaurante chino. Pasó una noche agradable. Luego sola, regresó a casa. Iba al volante de su Peugeot 106 rojo. La están siguiendo. Por casualidad, aunque muchos piensan que no, su coche queda averiado. Está a un lado de la carretera. Le faltaban 5 kilómetros para llegar a su destino.

Está pidiendo ayuda con su teléfono móvil. Y unos individuos, unas sombras, se acercan a su vehículo.

Estos individuos la sacarán brutalmente de su coche. Se sabe que logró llamar brevemente a los bomberos. Una escalofriante llamada fue grabada por los servicios de emergencia a las 12 y 21 de la noche. Se sabe que Lodi y aquellos que la secuestraron van a unos kilómetros por un camino de tierra, más o menos cerca de la localidad de Tertry. Allí, Lodi será sometida a violaciones y acabarán asfixiándola. La acaban matando e incluso intentarán quemar su cadáver.

El vehículo fue encontrado a primera hora de la mañana, a la orilla de una carretera secundaria.

Faltaban, dicen, menos de 10 kilómetros para su domicilio.

Luego se descubrió que, por ejemplo, el coche había sido empujado, que había volcado varias veces y no había nada en su interior que pudiese llevar a averiguar qué había pasado con Lodi. Al día siguiente encontróse el vehículo, se la encontró a ella. Fue un granjero que estaba en una zona que no era muy transitada, pero que él precisamente tenía que pasar por allí para ir a sus terrenos y encontró un cuerpo. Él dijo que se veía que habían intentado quemarlo y que estaba completamente desnuda.

No se tardó en averiguar que Lodi había sido violada y estrangulada. Se encontró junto a su cadáver un preservativo usado, en el cual había ADN. El propietario había dejado allí.

Una pista bastante importante. ¿Qué se escuchaba en la cinta? Que es aquello de lo que, digamos, movió muchas de las cosas que se movieron mucho después. Sí que se oían unas voces de hombres que se acercaban a la joven. Hablaban entre ellos. Ciertamente no se escucha muy claro, pero sí que se oye más o menos, apaga las luces, dame tus llaves, apaga el coche. La policía en ese momento todavía no establecía la conexión de esa llamada a los bomberos con el crimen.

Simplemente habían pensado que era el grito de auxilio de una mujer maltratada.

Terry Foch, un ex comandante de la brigada de investigación de aquella zona, es uno de los primeros gendarmes en llegar al lugar del crimen. Participó en la investigación y él asegura que nunca va a poder olvidar la aterradora y desesperada llamada de Lodi a los bomberos.