El mundo en llamas: Teherán, Tel Aviv, Gaza, L.A. (CARNE CRUDA #1532)

No estamos buscando un alto el fuego. Yo no he dicho que estemos buscando un alto el fuego.

Fue Emmanuel Macron. Un buen tipo, pero no siempre se entera bien.

¿Qué sería mejor que un alto el fuego? ¿Qué está buscando? Un final de verdad. No un alto el fuego. Un final.

Israel volvió a hacerlo. Volvió a atacar a Irán.

Irán respondió. Bombardeó a Israel.

El G7 se reunió y concluyó que Irán es el terrorista e Israel quien tiene derecho a defenderse.

Occidente reescribe la historia, convierte la mentira en verdad.

Como en Palestina, a donde Egipto no ha dejado llegar a la marcha global a Gaza.

Israel incendia Oriente Medio y quien quiere apagar el fuego es su amigo el pirómano.

Donald Trump incendia Estados Unidos con sus deportaciones.

Los Ángeles se revela y el presidente manda a la Guardia Nacional.

El incendio se propaga por otras ciudades del país.

Todo esto en una semana. El mundo está en llamas y los líderes mundiales azotan el fuego.

Hoy hablamos de Teherán, Tel Aviv, Gaza y Los Ángeles, los cuatro puntos cardinales del mapa político global.

Esos cuatro puntos ardientes y calientes que cada vez estresan más a la población mundial.

Distress, ansiedad, se llama este tema de Hipercult, dúo suizo de Ginebra, de lo que ellos mismos llaman Transpop, Pre, Krautrock y Post Disco.

Este LP se llama La Pangea. La Pangea, ese mundo al que dan ganas de huir.

Empezamos por Israel. El pasado viernes el Estado israelí puso en marcha la Operación León Naciente.

Una serie de bombardeos sobre el suelo iraní con el objetivo de acabar con el programa nuclear de ese país y de boicotear las conversaciones entre Irán y Estados Unidos precisamente sobre armas nucleares.

Los ataques de esa primera noche asesinaron a nueve científicos nucleares y al menos siete de los mayores mandos militares persas, incluido el jefe de la Guardia Revolucionaria, Joséín Salami.

Recordemos que en abril del 24 Israel mató a otros tres altos mandos iraníes en Siria en un bombardeo de la embajada iraní en la que murieron también otros cinco miembros de la Guardia Revolucionaria.

Esta vez la operación alcanzó a más de un centenar de objetivos militares, pero también a la principal planta de enriquecimiento de uranio de Irán y a otras instalaciones nucleares y energéticas provocando la muerte de más de 100 personas.

Irán respondió esa misma noche.

Bombardeó Tel Aviv y otras ciudades de Israel con drones y misiles, la mayoría interceptados por la llamada Cúpula de Acero, aunque algunos la atravesaron dejando tres muertos y decenas de heridos.

Irán ya había contestado ataques anteriores, pero esta es la primera vez que sus misiles dejaron claro que Israel no es intocable.

Netanyahu ha iniciado otra agresión fallida.

Es un nuevo error de cálculo.

No nos queda otro camino que una respuesta contundente.

A partir de entonces el intercambio de golpes no ha cesado.

Israel ataca a Teherán con insistencia y este lunes 16 bombardeó la televisión nacional iraní mientras emitía en directo.

Tampoco el régimen de Khamenei ha dejado de responder.

Y tampoco Donald Trump, que ha amenazado con matar al líder iraní.

Sabemos dónde está, pero no vamos a eliminarle.

Al menos, no por ahora, escribió en X mientras instaba a su régimen a rendirse y a destruir todo su armamento nuclear.