Música al dente: Menú musical para abril

Y esta maravillosa sintonía nos indica que es primer sábado de mes y que por lo tanto tenemos en el estudio a nuestra querida Ruth Prieto ya preparada para ofrecernos su menú musical. Y es que esto es Música al Dente, el espacio donde la música belga se cocina con humor, pasión, actualidad y además este mes con un toque de incienso y algún huevo de pascua musical escondido.

Hola Ruth, ¿qué tal? ¿Cómo estás? Pues muy bien, aquí disfrutando de este sol bruselense que tanto me gusta. Qué bonita, se pone Bruselas cuando sale el sol.

Y cuando es primavera también, sí, sí. O sea, es una cosa, a mí me parece como otra ciudad, o sea, me parece que los edificios son más bonitos, la gente más guapa.

La verdad que cambia completamente la ciudad, sí, sí, no hay duda. ¿Qué nos trae este mes de abril en cuanto a música? Pues abril nos trae una familia muy peculiar en Lamoné, a violinistas, varias, con alma de poeta en Bodag, y a músicos que hacen que hasta el jazz suene sacro. Así que, bueno, pues esto es lo que nos trae abril.

Lo primero de lo que quería comentaros, el primer plato es Higrotesqui en Lamoné, con Monteverdi, que es como si Monteverdi se hubiera pasado a Netflix, ¿no? Porque imaginen una saga familiar con triángulos amorosos, viajes infernales, celos tremendos, deseos desbordados. Hay de todo, hay intensidad. Tipo telenovela o serie de Netflix.

Pues no, es Higrotesqui, que es la nueva producción de Lamoné, que está inspirada, o sea, han cogido como hidrólogo conductor las tres óperas de Claudio Monteverdi que conservamos enteras, porque hay cachitos de muchas, pero no todas, que son el Orfeo, el retorno de Ulises a la patria y la coronación de Popea.

Y todo esto, el director Rafael Villalobos, que es un sevillano...

Es español, además. Le entrevistamos aquí hace unos años, en el programa.

Sí, sí, sí. Convierte estas joyas barrocas en una historia coral sobre una familia poderosa al borde del colapso emocional. Él coge todos los personajes y hace como unos personajes originales que son grotescos, o sea, están basados en las figuras grotescas de la villa donde vivía Nerón, que son criaturas alegóricas, con dos caras, impulsadas por distintos deseos que las arrastran hacia una lucha de poder tan barroca como moderna, que, por supuesto, va de spoiler, acaba mal. Of course. Si no, no tendría ninguna gracia.

Sin el drama no es lo mismo.

La ópera no deja de ser una cosa que viene de un intento de poner la tragedia griega en drama, musical, no sé qué. Bueno, eso un día os lo cuento si queréis, que es un poco más largo de contar.

Pero, claro, normalmente son dramones.

¿Y la gente se va de allí compungida o qué? No, no, se va disfrutando. Porque a veces no hay mejor cosa para sentirte tú muchísimo mejor que un pedazo dramón donde dices, bueno, yo no estoy tan mal. Eso está mucho mejor.

O también te motiva porque dices, si este ha podido salir adelante...

También, porque siempre también hay héroes, heroínas, en fin.

Y todo este montaje espectacular de Monteverdi, interpretado con la capella mediterránea, estos vienen de tu tierra, y con Leonardo García Alarcón.

Esto tiene lugar del 11 de abril al 3 de mayo en La Monét.

Es un díptico, es decir, hay una que se llama Miro y hay otra que se llama Godot, y son como dos partes de la misma tetralogía, es una saga de estas familias que hacen en La Monét, y la verdad es que, bueno, pues al que le guste la música barroca, al que le guste el Monteverdi, al que le guste los dramones y las series así, estas imposibles de Netflix, pues hay que ir a verla.

La verdad que esta música emociona, no me quiero imaginar en directo.

Este primer plato ha venido muy fuerte, a ver el segundo, Ruth.

A ver si me quedo en este restaurante o ya me voy y pago directamente.

Monteverdi, es que es mucho Monteverdi, Monteverdi es una piedra, filo, sofal de la música, que además es donde el renacimiento deja de ser renacimiento y se convierte en barroquilla.