NARRATIVA | Nos visita el escritor Isaac Rosa: “Las buenas noches”. Presenta Bibiana Collado Cabrera.

El miércoles 10 de septiembre del año 2025, visitó la Ramoyo y el escritor Isaac Rosa.

Nos habló de su novela Las Buenas Noches, publicada por la editorial Seis Barral.

Conversó con el autor, la escritora y poeta, Viviana Collado Cabrera.

Bueno, feliz reencuentro. Qué bien, es verdad, qué gustico empezar así el septiembre.

Así ya uno lo afronta todo un poquito diferente.

Yo querría decir tres cositas, más o menos rápido, y ya luego tirar de la lengua y también daros paso para que le tiréis de la lengua.

La primera tiene que ver con cómo conocí yo, no personalmente, que lo he conocido hoy, sino literariamente Isaac Rosa.

Creo que no nos llevamos mucho, nos llevamos 10 añicos, 11 añicos, algo así nos llevamos, pero el tiempo es suficiente para que cuando Viviana Collado estaba en el posgrado estudiando, hubiera un profesor del posgrado que decidiera que en esa asignatura de literatura contemporánea y actual iban a incluir una novela de un jovencísimo escritor que había que leer sí o sí y que, como ya os podéis imaginar, era el vano ayer.

Aparte de que es una novela archiconocida y que efectivamente marcó un antes y un después en nuestra historiografía literaria, creo que lo marcó también en la vida de muchas personitas que habíamos pasado una carrera de filología entera y quien dice filología, dice periodismo, dice tantas otras, si le era a un solo autor español, ¡vivo! Parecía que la literatura actual y real no era digna y mucho menos de alguien que era joven y que estaba cercano y con el que podríamos entrecruzarnos en algún momento.

Así que, aunque no lo supieras, muchas gracias por irrumpir en aquel posgrado y en nuestras vidas lectoras.

La siguiente cosa, él no lo sabe, pero yo hace menos de 24 horas estaba en México.

Estaba en un festival literario, en el Hey! Festival, y estoy como medio traspuesta todavía.

Me he comido un día, además sabéis que a la vuelta de América, que es cuando pierdes, entonces estoy en una increíble nebulosa de me falta un día y unas 18 horas de sueño acumuladas, lo cual es estupendo para hablar de este libro.

Porque este libro, que precisamente va de insomnes y de todo lo que pasa en esas cabecitas mientras no dormimos en ese duerme vela, en esos espacios oníricos y a la vez lúcidos, con ese pie adentro y afuera, pues es en realidad más o menos como me siento ahora.

De hecho, cuando Almudena me propone y le digo, bueno, vengo, en realidad llegué anoche, llego unas horas antes, pero bueno, sí, vamos a hacerlo.

Uno de los miles de motivos por los que decir que sí, el primero es obvio, pero un motivo importante también era para aguantar bien despierta esta tarde y coger el cambio de hora para dormir bien esta noche.

Así que creo que, como el espíritu soñoliento, lo tengo también.

Y la última cosita que quería decir, ya un poco para dar pie y empezar a preguntar, tiene que ver con muchos de esos motivos sobre los que se escarba para hablar de por qué no dormimos, qué nos angustia, qué pesares tenemos, incluso qué imaginario nos atraviesa.

Hablaremos de eso y algunos motivos son tan evidentes como ese elefante en la habitación, pero del que sin embargo no hablamos y es las costosísimas horas de trabajo, la implicación de los cuerpos, el cansancio, en fin, todo eso que ya sabemos, pero insisto, de lo que tan poquito hablamos.

Pero otro que es muy importante y que a mí me hizo mucha...

No sé si decir gracia, pero me dio el pellizquito, es cuando hay un momento en el que el protagonista está hablando de imaginarios y de ese imaginario de no dormir, de cuántas cosas podemos hacer si no dormimos, que así como abote pronto, nos viene ahora o nos conecta con la superproductividad, con el imaginario de los gymbros que se levantan a las 5 de la mañana y a las 7 y media ya han ido al gimnasio, lo han hecho todo y están preparados para la vida, con toda esa cosa que parece tan moderna y parece tan nueva, pero que en realidad es tan viejita y que nos ata a nuestros padres y que nos ata a nuestras abuelas y a nuestros abuelos, que nos decían aquellos de que, en fin...