Has elegido rechazar las cookies basadas en consentimiento que utilizamos principalmente para gestionar la publicidad. En adelante, para acceder a nuestra web tienes que elegir alguna de las siguientes opciones.
Premium
3,99 €/mes o 39,90 €/año
Sin publicidad y mucho más
Plus
Por 9,99 €/mes
Contenido exclusivo y sin publicidad
Si has cambiado de idea, puedes aceptar las cookies y continuar usando iVoox de forma gratuita.
Con tu consentimiento, nosotros y nuestros 813 socios usamos cookies o tecnologías similares para almacenar, acceder y procesar datos personales, como tus visitas a esta página web, las direcciones IP y los identificadores de cookies. Algunos socios no te piden consentimiento para procesar tus datos y se amparan en su legítimo interés comercial. Puedes retirar tu consentimiento u oponerte al procesamiento de datos según el interés legítimo en cualquier momento haciendo clic en ''Obtener más información'' o en la política de privacidad de esta página web.
Nosotros y nuestros socios hacemos el siguiente tratamiento de datos:
Almacenamiento y acceso a información de geolocalización con propósitos de publicidad dirigida, Almacenamiento y acceso a información de geolocalización para realizar estudios de mercado, Almacenar la información en un dispositivo y/o acceder a ella , Datos de localización geográfica precisa e identificación mediante análisis de dispositivos , Publicidad y contenido personalizados, medición de publicidad y contenido, investigación de audiencia y desarrollo de servicios , Uso de cookies técnicas o de preferencias.
Comentarios
Hola. Tenía este capítulo atrasado sin escuchar. Sobre comentarios al final del capítulo, un par de cosas: Efectivamente, Tkachenko era un buenazo. Hablan de ello en el libro "El gigante rojo" de Marc Bret y Nacho Morejón, sobre la historia del baloncesto soviético. En general, los soviéticos eran bastante limpios (aunque había alguno cabroncete, como Chomicius). Y desde luego, unos santos al lado de italianos y yugoslavos, que tienen un momento cumbre surrealista en el partido de las tijeras del Eurobasket del 83. Respecto a lo de Larry Bird, de pasarse la mano por la suela antes del partido, también lo hacía Isiah Thomas. Y de Thomas decían que era por lo que apuntáis: para tener secas las manos con el polvo de las suelas.