
ND Xtra - El puente maldito de Sixto

Description of ND Xtra - El puente maldito de Sixto
Construido en la mitad del S.IV el puente de Sixto tiene leyendas inquietantes, tantas, que dicen de él que está maldito
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Este es el misterio extra de Nueva Dimensión.
Roma, la ciudad eterna, la de los monumentos históricos, el Coliseo, el Foro Romano, el Panteón, la Fontana di Trevi, la Plaza de España y tantos otros muy conocidos.
Pero Roma también tiene un monumento menos conocido, es el Puente de Sisto, y dicen que está maldito.
El Puente de Sisto es quizá de los menos conocidos de los monumentos de Roma, pero desde él se puede inmortalizar una vista icónica de la ciudad.
Lo que ocurre es que también ese puente tiene su lado oscuro.
Construido en la segunda mitad del siglo XV, fue creado para permitir al Papa Sixto IV cruzar el río Tíber y de paso modernizar el antiguo paso para los romanos.
Pero aparte de su función estructural, el Puente de Sisto tiene como telón de fondo leyendas inquietantes relacionadas con fantasmas, que aparentemente aún no han encontrado la paz.
La protagonista de una de estas historias es la denominada Doña Olimpia.
De ella se dice que era una mujer tremendamente astuta, cuyo único propósito era atraer a los grandes y poderosos hombres de la ciudad para conquistarlos y de paso, conquistar sus carteras.
De Doña Olimpia se dice que llegó a ser amante del Papa Inocencio X, por lo que también fue conocida como la Papisa.
De ella también se dice que dirigía una red de prostitución vinculada a círculos eclesiásticos y que su influencia era tan grande que en ocasiones había que pasar por ella para que intercediera con el Santo Padre.
Todo iba bien hasta que la tarde del 7 de enero de 1655 moriría Inocencio X.
Fue entonces cuando muchos aseguraron ver salir a Doña Olimpia de la residencia papal en llamas con todas sus riquezas, huyendo de Roma con varios cofres repletos, en un carruaje tirado por cuatro caballos negros para no ser descubierta en mitad de la noche.
Cuentan que fue entonces, al cruzar el puente de Sisto, cuando los caballos se desbocaron y el carruaje se precipitó al río Tíber, hundiéndose con toda la carga de joyas y oro, y acabando con la vida de Doña Olimpia.
Fue con el paso del tiempo cuando se comenzó a hablar de la presencia y el carruaje fantasma de Doña Olimpia.
Al parecer tras su muerte, el fantasma, corrompido por la ira, haría acto de presencia justamente en el puente de Sisto y en esa fecha en concreto, el 7 de enero, fecha en donde cada año y según cuenta la leyenda, el carruaje de Doña Olimpia y sus cuatro caballos negros hacen acto de presencia atravesando el puente para, ante el asombro de quienes aseguran haberla visto, carrojarse a las aguas del Tíber donde dicen que los demonios la esperan, para transportarla al infierno.
Esta historia derivó que en el año 1914 el nombre de una calle cercana al puente fuera bautizada como Vía Tiradiaboli, es decir, la calle Tirademonios, justo en referencia a la supuesta aparición del carruaje en llamas de Doña Olimpia, que sería recogido por los demonios del mismísimo infierno.
Pero esta historia no acaba aquí, porque como he dicho antes, muchos han sido los que a lo largo del tiempo aseguraron haber sido testigos de esta visión en el puente de Sisto, pero al parecer ninguno está actualmente vivo para contarlo, ya que según la leyenda, todos los que han tenido esta macabra visión han muerto a los pocos meses.
Tanto es el miedo a que esto pueda suceder, que todavía a día de hoy los romanos prefieren no pasar por esa zona en la noche del 7 de enero.
Incluso los que se mantienen alejados del puente evitan mirar en su dirección por si ven en la lejanía el carro de fuego de Doña Olimpia despeñándose hacia el río.
Hoy en día, un busto de Doña Olimpia permanece en el Museo Galería Doria en Roma.
El busto, que según se describe, conserva la arrogancia en sus facciones y la expresión distante y autoritaria que tenía en vida.
Quizá aún hay posibilidad de volver a ver su rostro, eso sí, el próximo 7 de enero, cruzando en su fantasmal carruaje el puente de Sisto.
Si es así, dicen que la muerte ronda cerca, así que igual mejor quedarse con el busto del museo.