ND Xtra - La siniestra Candy Lady

Este es el misterio extra de Nueva Dimensión.

Desde luego si hay algo que inquieta en la casuística de personas desaparecidas es cuando la desaparición la protagoniza un niño.

Si a eso se suma el hecho de que no sea un solo niño, sino varios, los que desaparecen, y además en una zona concreta, esto hace saltar todas las alarmas y también las leyendas.

Leyendas que hablan de un oscuro personaje responsable de dichas desapariciones.

Para conocer esta historia nos vamos hasta finales de los años 90 en un pequeño condado rural de Texas, en Estados Unidos.

Durante varios meses comenzaron a documentarse la desaparición de varios niños que posteriormente eran encontrados sin que apenas pudieran recordar nada.

Inmediatamente las autoridades comenzaron a investigar quién podría estar detrás de estos aparentes secuestros, que luego, en algunos casos, acababa en la liberación de los pequeños.

La gente estaba absolutamente desconcertada, así que lo primero que hicieron fue preguntar a los niños, entonces todos comenzaron a contar algo realmente extraño.

Según sus relatos, los días previos a su desaparición habían comenzado a encontrarse caramelos y pequeñas notas manuscritas junto a la ventana de sus habitaciones, notas que les invitaban a jugar en un lugar concreto de la zona.

Los niños no habían contado nada a sus padres por temor a que estos los castigaran, asegurando que aquellas notas tenían una misteriosa firma, la enigmática firma de alguien que hacía llamarse Candy Lady, algo así como la chica de los caramelos.

Entonces comenzaron a suceder cosas muy siniestras en la localidad.

Según parece, poco tiempo después de descubrirse esas notas, en las puertas de las granjas comenzaron a aparecer dientes podridos de niños, dientes que habían sido metidos en envoltorios de caramelos.

Comenzaron entonces a inquietarse aún más, porque uno de los niños seguía sin ser liberado.

Entonces un policía decidió hacer una exploración exhaustiva por la zona hasta que encontró el cadáver del niño.

Sus dientes habían sido arrancados y sus bolsillos estaban llenos de caramelos con el mismo envoltorio que el de los dientes encontrados.

Desde ese momento no hubo más desapariciones, pero todos achacaron los hechos a una persona que pudiera haberse inspirado en la vida real de una mujer que vivió durante el siglo XIX.

Hablamos de una mujer llamada Clara Creen, quien tras casarse tuvo una hija llamada Marcela.

Cuando la niña era muy pequeña murió de forma accidental con maquinaria agrícola por un despiste de su marido, quien había bebido en exceso ese día.

Dicen que Clara, rota por el dolor, decidió acabar con la vida de su marido al darle unos caramelos envenenados.

Tras el crimen, Clara acabó en un asilo para enfermos mentales donde, dicen, se hizo una muñeca de trapo a la que cantaba, pensando que era su hija Marcela.

Después de varios años, Clara fue puesta en libertad, perdiéndose su rastro para siempre.

Debido a esta historia real, en Texas comenzaron los testimonios acerca de la visión de una mujer que habría querido imitar las acciones de Clara Creen, usando caramelos rellenos de narcóticos para quizá arrebatar por unos días a los niños de sus familias, y que en una de esas acciones uno de los niños murió.

Sea como sea, jamás se pudo encontrar a esa Candy Lady, por lo que no pocos aventuraron que quizá el espíritu de Clara Creen vagaba por la zona, mientras que otros aprovecharon para utilizar esta historia y así asustar a los niños y evitar que no tomaran caramelos de desconocidos.

Todo esto ya ha quedado en una extraña nebulosa, en donde no se sabe qué es real y qué leyenda, pero a día de hoy siempre hay quien está dispuesto a creer que Candy Lady sigue acercándose a las ventanas de las habitaciones de los niños, a la espera de su próxima víctima.