El niño de las estrellas: Arthur C. Clarke, el presente siendo futuro

Dentro de unos días, tengo que dar una ponencia en un colegio sobre literatura, a los chavales.

Dentro de dos días en concreto.

Sí. Te voy a hablarles de bachiller y de eso.

Decirles, oye, la literatura puede hacer esto por vosotros.

Entonces, aún no sé cómo enfocarlo.

Tengo ideas, pero no lo tengo del todo claro.

Quiero decir, al principio me dijo la jefa de estudios, háblales de cómo escribir novela.

Pero yo dije, a ver, estos chavales...

Es de niños que les importa.

Bueno, a ver, la chavalada, a lo mejor, antes de arrancar a escribir una novela, tienen que entender lo que la literatura puede hacer por ellos, ¿sabes? Musicalidad, un poco de ritmo...

¿Quieres que te pase la escaleta de las clases sociales? ¿De las clases sociales? No, eso tienes que hacerlo tú primero, porque, ¿sabes qué pasa? No te lo he dicho, pero...

¡Mamás y caballeros! ¡Estamos grabando ya! ¡Estamos en el programa del vuelo del cometa! No lo sabía, Diana, pero no pasa nada, porque yo sí que tengo los botones aquí de mi lado.

Somos Álvaro Aparicio y Diana Soriano, el programa literario que le hace la rosca a ChatsGPT, porque todo apocalipsis necesita tontos útiles y nosotros no aspiramos a más.

Hoy tenemos bastante contenido, así que iré al grano.

Redes sociales, vuelo del cometa en todas partes.

¿Tienes perro? ¿Tienes gatos? ¿Tienes chip? ¿Deberían? ¿Por qué es obligatorio? Pues pega la oreja y nos podrás escuchar, porque estamos en todos los sitios que, por cierto, también estamos grabando en YouTube.

Estamos en Patreon, podréis apoyarnos, además de encontrar talleres literarios y otras cosillas simpáticas, y en Telegram os podréis unir al grupo de la comunidad donde podréis entrar para saliros a los 15 minutos, como haría cualquier persona con sentido común.

Ya está abierta la siguiente convocatoria de micro relatos.

Solo tenéis que ir al Patreon y buscar la publicación en abierto que está fijada en la lista de publicaciones principales.

Ahí vais a encontrar las bases redactadas por un GoalRetriever de 7 años.

Un saludo desde aquí a nuestros amigos de Cuentos de la Casa de la Bruja, La Torre del Cuervo y GTM, y también a Catabasis, que es como darme un saludo a mí mismo porque yo también hago ese podcast que dentro de poco va a volver a comenzar.

Entonces, queridos murlocs y xenomorfos presentes en la sala, ¿qué vamos a ver el día de hoy? Vamos a hablar de Arthur C. Clarke, un señor que es como poner a remojo tus neuronas.

Es de las cosas más maravillosas que pueden suceder porque es uno de los padres fundacionales de la ciencia ficción contemporánea y, por cierto, he cambiado la cámara de sitio.

Es uno de los señores mayores ya muertos y difuntos, muertos, moridos y matados, que a día de hoy ha dejado un legado literario incombustible, incovernable, desorientador, aturdiente y me podrá seguir inventando palabras.

Así que, Diana, por favor, arranquemos.

Vámonos, vámonos.

¿Dónde nos quedamos en el anterior programa? ¿Te acuerdas? ¿Vosotros qué creéis que se ha tomado hoy Álvaro? Un juguito de felicidad.

Hoy lo que ha tomado Álvaro ha sido ganas de vivir.

Y así está, que me las ha quitado todas a mí.

Muy bien, pues bienvenidos al Vuelo del Cometa.

Hoy vamos a hablar de nuevo de Arthur C. Clarke, porque nos dejamos en el programa anterior muchas cositas en el tintero.

Inevitable.

¿Qué hemos contado hasta ahora? Pues más o menos su trayectoria profesional, cómo empezó siendo prácticamente de Hacienda y luego pasó a...

Bueno, pues la guerra le hizo mejorar y llegamos hasta...

¿La guerra le hizo mejorar? ¿Cómo? La guerra le hizo mejorar, efectivamente.

Porque o te mata o perseveras.

Así es la guerra.

Entonces vivió la Segunda Guerra Mundial, tuvo claro lo que era y se fue a vivir a la India.

Y desde ahí siguió buscando tesoros escondidos hasta que no pudo más, porque le dio una especie de polio ya muy mayor y dejó de poder moverse.

Ya, le dio la polio.

¿Y fue cuando al poquito después cerró su sesión? No, no, no.

Ah, vale, vale, vale, pues quitó los gatos entonces, vale, vale.

Vivió casi 40 años más.

Vale, pues continúo yo, continúo yo, porque esta parte me toca, esta parte voy yo.

¿Me dejas? Sí, Álvaro, sí eres el dueño de todo esto.

No es verdad, no soy el dueño.

Esto es una democracia.

Bueno, Clark, esto lo comentamos en el anterior programa, que por cierto, si veis que miro para donde no toca y estáis en YouTube, es que no acabo de entender por qué he movido la cámara, se me ha quedado donde no tocaba.

Que por cierto, he puesto un astronauta flotando en un charco.