

Description of No hay que estar siempre de acuerdo
Somos distintos y además no somos perfectos. Por esa razón no podemos sorprendernos de que a veces salten chispas. Es normal. Pero también hay que poner esfuerzo para superarlas.
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Hola amigos, aquí estamos nuevamente en la vida como es, les habla José María Contreras.
Hay mucha gente que se cree que es que hay que estar de acuerdo siempre, hay mucha gente se cree que es que cuando no se está de acuerdo es que una relación no funciona, incluso cuando habitualmente no se está de acuerdo es que una relación no funciona, todo eso es falso, no hay que estar de acuerdo, porque entre otras cosas el hombre y la mujer somos complementarios, al menos eso dice la psicología, la ciencia, y entonces vemos las cosas desde puntos de vista distintos y por tanto llegamos a conclusiones distintas, es decir que yo miro un 9 y desde el otro lado parece un 6 o es un 6, con lo cual los dos llevamos razón, y entonces según la situación de cada momento nos convendrá aceptar el 9 o nos convendrá aceptar el 6, y eso ocurre con todas las situaciones o casi todas las situaciones de la vida, para ir paliando todo esto, para ir suavizando todo esto, para eso está el amor, y es probable que uno quiera ver fútbol y el otro quiera ver cine, todo eso es absolutamente normal, pero cuando esas cosas se repiten, hoy no ponemos el suavizante del cariño, del amor, de hacer que el otro lo pase bien, que el otro se sienta querido, reconocido, etc., pues entonces lo que ocurre es que decimos es que nunca nos ponemos de acuerdo, es que esto siempre es un lío, es que si yo digo A él dice B, si él dice A yo digo B, y entonces pues ya la hemos liado, porque ya uno entra en bucle y entonces está uno ya concentrándose por decirlo así, fijándose en los errores del otro, verás como yo ahora le digo esto y el otro le va a decir esto, en vez de decir verás como yo digo esto, a ver el otro qué quiere, a ver al otro qué le parece, a ver cómo el otro es más feliz, a ver cómo el otro se encuentra mejor, pero no, yo voy a lo que a mí me interesa, y entonces voy a ver si le gano al otro, si consigo que el otro haga lo que yo quiero, y ahí es donde empieza de verdad la convivencia a ser desagradable, poco amistosa, a no vivirse bien en casa, si todos nos propusiéramos hacer la vida agradable a los demás que viven con nosotros en casa, bueno mejor que en un hotel de cinco estrellas, porque en el hotel no hacen la vida agradable por un sueldo, y nosotros hacemos la vida agradable en casa si lo hiciéramos por cariño, cómo es posible que yo me case y que lo que intente en esa relación sea que se haga lo que yo quiero todas las veces, pero si tú te casas para hacer feliz al otro, y el otro se casa para hacer feliz a ti, es que eso no está ocurriendo, pedir ayuda, es que no quiere pedir ayuda, pues es un error, hay que dejarse ayudar, que hay personas que no se dejan ayudar, y al final está todo el mundo pendiente de esa persona, fundamentalmente porque no se deja ayudar, luego el chocar, el chocar en una relación, como somos gente imperfecta, como vemos las cosas de forma imperfecta, como nuestra inteligencia es limitada, nuestra sensibilidad no es perfecta, luego el chocar es normal, lo que nos mantiene en el choque muchas veces es nuestro afán de llevar razón, nuestro afán de quedar por encima, y entonces empezamos a decir es que tenemos problemas de carácter, pero si todo el mundo tiene problemas de carácter, algunas veces he contado lo que le ocurrió a aquel amigo mío, que iba a dar una charla en un convento de clausura, entonces me dijo, yo fui antes del día de las charlas a hablar con la madre superiora, y le pregunté que qué problemas había ahí, de qué quería que hablase, de qué es lo que a ella le parecía bien, entonces le dijo, no, el problema que tenemos con...




















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