

Description of Nos hiciste Seños para ti
Meditación de D. José Brage Tuñón. Sacerdote desde el 2008, doctor en Filosofía, fue oficial del Cuerpo General de la Armada Española. Actualmente es capellán de instituciones educativas en Madrid y colabora con diversas actividades de pastoral juvenil y familiar.
This content is generated from the locution of the audio so it may contain errors.
Por la señal de la Santa Cruz de nuestros enemigos libran al Señor Dios Nuestro en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Señor mío y Dios mío, creo firmemente que estás aquí, que me ves, que me oís. Te adoro con profunda reverencia.
Te pido perdón de mis pecados y gracia para hacer con fruto este rato de oración.
Madre mía inmaculada, San José mi Padre y Señor, ángel de mi guarda, intercede por mí.
Y hoy celebramos la memoria de San Agustín, aquel hombre sediento de Dios, que lo buscó con ahínco constantemente, lo buscó en la filosofía, en otras religiones, hasta porque tenía un anhelo de Dios fortísimo y hasta que lo descubrió en Jesucristo en ti, Señor, que estás aquí en el Sagrario. Te lo agradecemos mucho, qué suerte tenemos desde la primera hora. Y San Agustín quedó fascinado cuando se encontró con nuestro Señor.
Hasta el punto, ya sabemos, que luego sería sacerdote, obispo y uno de los grandes santos de la Iglesia. Bueno, pues San Agustín, este santo que celebramos hoy, escribió aquellas palabras memorables que todos nosotros recordamos. Nos hiciste Señor para ti y nuestro corazón estará inquieto hasta que descanse en ti. Que es como una biografía breve de su vida.
Eso es lo que él hizo, estar inquieto hasta que encontró a nuestro Señor Jesucristo.
Nos hiciste Señor para ti. Y nosotros hemos venido aquí a esto, a estar contigo, Señor, a descansar en ti, a meternos en ti, a dejarnos inundar de tu amor por nosotros, a redescubrir o a sentir con más fuerza ese amor enorme de nuestro Señor Jesucristo por cada uno de nosotros. También habéis venido a encontrar unos y otros. Veo ahí a Lucía y a Marta, que hace tiempo que no veía, y a Lourdes y Cerfín, las que conozco más. Bueno, muy pero sobre todo a encontrarnos más profundamente con un viejo amigo que es nuestro Señor.
Por eso la oración colecta de la misa de hoy, que tendremos por la tarde, dice, renueva Señor en tu iglesia el espíritu que enfundiste en tu obispo San Agustín, para que llenos de ese mismo espíritu tengamos sed solamente de ti, tengamos sed solamente de ti, fuente de la verdadera sabiduría, y te busquemos como creador del amor supremo, como creador del amor supremo, porque tú, Señor, tienes amor de sobra para llenarnos más plenamente a cada uno de nosotros.
Me acuerdo que me impresionó mucho hace tiempo una chica que me dijo que había estado en una adoración y que la había encantado, y me dijo una cosa que no me olvidaré, yo nunca he sentido eso, pero dijo, sentí como un calorcillo así en el corazón del amor de Dios por mí, y nunca había sentido eso, me dijo ella. No sé muy bien si lo habéis sentido vosotros alguna vez, yo no, en la vida interior no es sentir, no hace falta, pero a mí me sirve a veces recordarlo como el Señor es capaz de, Él que es la fuente del amor supremo, de llenarnos de amor de una manera tan plena que tenemos para dar a todas las personas que nos rodea, y a eso también hemos venido aquí a llenarnos de ese amor.
Dios nos quiere muchísimo, se le cae la baba con vosotras especialmente. Como un padre con sus hijas, cuando ve que su hija es buena, que es cariñosa, que es alegre, que es sencilla, pues el padre se emociona. Cuántos padres, amigos míos, que te dicen esto, que venimos del trabajo con mil bollos, mil, cabreado, preocupadísimo con tal asunto, tal, meto la llave en la puerta, abro y sale mi niña, me mira, papá, que se que, y me da un abrazo y se me pasa todo.
Se me pasa todo, ya está. Pues nosotros, Señor, o vosotras, podéis pensar esto también. Claro, entonces, ¿por qué digo esto? Pues es que nos quiere hacer la pelota al principio de la convivencia, ¿no? Para que no lo digo de verdad, fijaros, me vienen a la cabeza, porque las tengo preparadas, claro, esas palabras o un suceso que a mí también me impresionó mucho y que creo que a vosotras os va a gustar, algunas me lo habéis oído, pues hubo una convivencia en Roma en el año 2000.















Comments of Nos hiciste Seños para ti