¿ Nos quieren socialmente aislados y eternamente enfermos?

Muy buenas, ¿cómo están? Bienvenidos a cuadernos de Ilógica, un espacio para la reflexión sobre el comportamiento humano y en ocasiones los males que nos aquejan en la vertiente afectiva. Esto es un espacio que pretende ser intelectualmente nutritivo, éticamente combativo y estimular el sentido común, el crítico y el del humor.

Si se encuentra mal, si no se reconoce a usted mismo en el modo en que subjetivamente se entiende y eso se va alargando en el tiempo, procure recurrir a sus profesionales de salud mental de referencia, médicos, psiquiatras, psicofarmacólogos o psicólogos sanitarios bien acreditados. Si no está a gusto con los profesionales que le están tratando, cambie. Un poco de música y arrancamos con la temática de hoy. Nos están quedando los chavales sin amigos, un, dos, tres, dentro.

El coste de este programa se sufraga con los mecenas o suscriptores de pago, no te falta que nadie se suscriba, hay contenidos en abierto, ni siquiera hace falta que nadie se haga suscriptor de pago, pero por favor, si está disfrutando de los contenidos, tómese la molestia al menos y le están gustando, tómese al menos la molestia de darle al like, poner algún comentario, puesto que es todo lo que puede hacer por el programa.

Sin más, arrancamos. Son muy pocos y no representarán ni... creo que representarán alrededor de un uno por mil, que esto suele ser lo típico, que se meten a hacer comentarios para meter mierda, soltando opiniones sectarias, que sepan que a partir de ahora cualquier opinión que no se exprese con un nivel de educación y con una argumentación medianamente razonada no va a ser publicada. Nos vamos.

Cierto que después de una pequeña, muy pequeña discusión en los comentarios relativa a algún suceso acaecido en la pandemia, justo después de esa discusión, el viernes, el sábado, intentó entrar una opinión sobre mi trabajo profesional en mi perfil profesional. Persona a la que yo no conocía de nada. Por favor, uno en esta vida puede ser miserable, puede ser gentuza, puede ser una cochambre moral, puede ser lo peor, pero ya el hecho de que se tenga conmigo una breve discusión o un conflicto de pareceres y se intente cargar contra mi imagen profesional, poniendo una crítica totalmente destructiva en mis perfiles profesionales, bueno, el que lo ha intentado, que seguramente me esté escuchando, por favor, por favor, tú no te das cuenta que te estás jugando el infierno en el más allá.

Se ha podido detectar, ¿vale? Porque, claro, para variar, siempre muy valientes, ponemos unas iniciales extrañísimas que no coinciden con nadie que yo haya atendido en los últimos seis meses. Consecuentemente, sin preguntar qué tipo de valoración es esa, se ha dicho directamente que esa persona no es. Y ha coincidido en el tiempo.