Las noticias del día - 14/02/25

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Las noticias del día
Estamos de regreso y estamos de regreso después de ese editorial que hemos
dedicado al 80 aniversario del bombardeo de la ciudad de Dresd, un bombardeo
absolutamente criminal, salvaje, inhumano, sin la menor justificación militar, salvo
que se considere que hay justificación militar para sembrar el pánico en una
población civil, para matar a decenas de miles de civiles indefensos y por supuesto
pues para de alguna manera se supone que quebrantar la resistencia del adversario.
El bombardeo de Dresd o los bombardeos de Dresd además tuvieron lugar cuando
apenas quedaban, pero vamos, un par de meses para que se acabara la guerra, es
decir, la guerra estaba más que concluida, los soviéticos andaban ya muy cerca de
esa zona del frente y realmente el bombardeo de Dresd no tenía ningún
sentido y más cuando se trató de un bombardeo que lo que se pretendía era
destruir totalmente a una ciudad sin importancia militar y al mismo tiempo
abrasar vivos pues a los más posibles de la ciudad que fueron decenas de miles,
es un auténtico horror. Es verdad que el horror de Dresd, que en aquel momento
causó una indignación incluso en el bando aliado, que no es que les importara
mucho el haber matado a decenas de miles de inocentes, pero si les importaba la
opinión pública internacional y claro el bando, sobre todo los aliados
occidentales, no quedaba muy bien con ese tipo de acciones, pues eso provocó una
reacción y es una reacción que luego duró durante el tiempo de la posguerra
porque los distintos historiadores que han abordado el tema, por cierto en su
mayoría anglosajones, no han encontrado la menor justificación para la salvajada
de Dresd y desde luego no se puede nada más que calificar como un crimen de
guerra espantoso, aunque eso sí, tanto Gran Bretaña como Estados Unidos hayan
hecho lo posible desde el final de la Segunda Guerra Mundial para que en el
listado de crímenes de guerra no se incluya un crimen de guerra tan
espantoso como estos denominados bombardeos en tapiz o bombardeos en
alfombra, que es algo sinceramente, sinceramente angustioso y sinceramente
aterrador. Todo esto, bueno, de alguna manera hubiera podido más o menos
asimilarse si la lección del horror de Dresd se hubiera aprendido, si
efectivamente hubiéramos llegado a la conclusión de que no es legítimo acabar
con poblaciones enteras lanzando fuego desde el aire, como por cierto antes de
que existieran los bombardeos señaló Jesús hace nada más y nada
menos que 2.000 años, pero es que desgraciadamente eso ha seguido
existiendo en una forma muchísimo peor después de los horrores de la Segunda
Guerra Mundial. En la guerra de Corea el porcentaje de civiles que murieron en la
guerra ya fue mucho mayor que en la Segunda Guerra Mundial. En la guerra de
Vietnam la inmensa mayoría de la gente que murió fueron precisamente víctimas
civiles de grandes bombardeos y fueron millones. Es algo aterrador. Y eso mismo,
esos bombardeos masivos cuyas víctimas son poblaciones civiles, luego lo hemos
visto en Afganistán, lo hemos visto en Irak, lo hemos visto en Siria, lo hemos
visto en Libia y no hablemos ya del caso de Gaza, porque el caso de Gaza es algo
que supera el horror desde todos los puntos de vista. Bueno, pues esto es
inaceptable. Esto es inaceptable. Y si el ser humano en última instancia lo que
quiere es acabar con la especie, pues desde luego va por el buen camino. En
términos morales, cuando hay alguien que justifica cosas de ese tipo, desde luego
es que la especie está muy mal, realmente muy mal. Y en términos de pura
supervivencia física, realmente si la especie juega con este tipo de cosas,
pues ya se pueden ustedes imaginar. Para aquellos que piensan que sería ideal
acabar con el 90% de la población humana, porque entonces los que
quedaríamos en la Tierra, pues viviríamos maravillosamente en un
ambiente paradisíaco, pues seguramente esto será fantástico.