La Orden del Templo Solar

4 de octubre de 1994.

Que la fuerza, la justicia, la intuición divina, estén con nosotros para realizar la obra que se nos ha encomendado y llevarla a cabo con éxito.

Que la fuerza cósmica os dé, hermanos y hermanas, la fuerza para pasar a la acción.

Cuando me llamaron hacia medianoche, el agente de la central de intervención me dijo que había un incendio en Chéguy y que había muerto una persona.

Después, a medida que iba pasando el tiempo, nos fuimos dando cuenta de que era mucho más grave de lo que creíamos.

La sangre en la granja había muchos efectos personales.

Abrigos, chaquetas, bolsos, carteras, botellas de champán, una fuente con un pastel...

En la habitación contigua encontramos una mancha de sangre.

La pregunta que nos hacíamos era, ¿dónde está la gente? Comenzamos a revisar la habitación.

Presionamos con fuerza contra las paredes.

Presioné en la zona en la que estaba y ¡tac! Se abrió una puerta.

La puerta estaba disimulada.

El cuarto estaba revestido con un panel, así que la puerta no se distinguía.

Accedí a una zona que estaba a oscuras, a un pasillo, y vi un cadáver.

Cuando iluminamos un poco más lejos había 22 cuerpos.

La secta, el horror. Chéguy, Suiza.

La gente estaba tumbada boca arriba.

Varios llevaban capas de diferentes colores.

Algunos de ellos tenían una bolsa de plástico en la cabeza.

Otros tenían los miembros atados, sujetos con cuerdas, y vimos enseguida que algunos presentaban impactos de bala.

Lo que sentí al descubrir los cadáveres fue una sensación que nunca volveré a sentir.

Era una sensación mezcla de horror y de desconcierto.

Era como entrar en un mundo que no podías controlar.

Un cuaderno normal, con frases y términos religiosos.

Encontramos enseguida documentos que hablaban de la OTS y nos dimos cuenta de que el asunto estaba relacionado con la orden del Templo Solar.

Nadie en la zona sospechaba que en esa granja hubiera reúnido a un monstruo.