El oro de Moscú

Nos trae Pedro un tema muy sugerente sobre la Guerra Civil Española, pero no tiene que ver directamente con una campaña militar o con una batalla, con ningún personaje en concreto tampoco, sino con las reservas de oro del Banco de España, que fueron transferidas a la Unión Soviética para pagar el apoyo que Stalin estaba dando a la República.

Es un tema este del que se habló mucho después de la guerra, y que desde entonces ha dado lugar a un acalorado debate historiográfico en el que, en fin, como en todo lo relacionado con la guerra civil, se ha metido la política de por medio. Vamos a escuchar primero a Pedro, que expone el tema muy bien.

Hola Fernando, enhorabuena por el trabajo tan serio y tan riguroso que haces cada día en primer lugar. A propósito de una entrevista que escuchaba el otro día, me quedó resonando el famoso episodio del oro de Moscú. Se sabe que la República envió a la URSS unas 500 toneladas de oro, según alguna fuente más de 700, en forma de monedas, de época cartaginesa muchas de ellas, con enorme valor numismático histórico, pesetas, libras, francos, etcétera, y que los soviéticos fundieron esas monedas para convertirlas en lingotes. Según algunas fuentes, a las que he podido tener acceso, de esas 500 toneladas acuñadas en monedas se obtuvieron unas 374 toneladas de oro fino. La pregunta que me surge es si realmente se gastó todo ese oro en armamento, logística, ayuda humanitaria, como sostienen algunos historiadores, o hubo una parte de la que la URSS se arropió de forma encubierta. Dado los antecedentes, me parecería una hipótesis más que verosímil.

También he leído que no quedó oro republicano en poder soviético, al menos oficialmente, y que incluso los soviéticos llegaron a quedarse con menos oro del que inicialmente recibieron, ya que cobraron comisiones elevadísimas en concepto de transporte, fundición y gestión. En algunos casos se habla incluso de sobreprecios deliberados en el armamento vendido, por valor de decenas de millones de dólares de la época. Entonces, mi duda es hasta qué punto podemos sostener que se trató de una estafa directa y hasta qué punto fue simplemente una decisión política arriesgada y pésimamente negociada por parte del Gobierno de la República. Comentario aparte, naturalmente, merecen Dolores Ibarruri y Juan Negrín, que también distrajeron por el camino algo de oro. Por otro lado, y en último lugar, me llama la atención que tras la guerra ni la República en el exilio ni ningún otro actor pareció reclamar formalmente el oro. Se asumió que estaba completamente perdido o agotado, o quizá alguna especie de pacto de silencio posterior.

Muchas gracias. La guerra civil española, que para quien no lo sepa fue del año 1936 al año 1939, no sólo fue un conflicto armado interno que dividió al país en dos bandos irreconciliables, el republicano por un lado y el de los sublevados contra la república por otro. Libraron ambos una guerra sin cuartel que duró casi tres años, guerra por tierra mar y aire. No sólo fue eso, fue también un escenario de intrigas internacionales y de decisiones económicas que marcaron el destino del país durante décadas. Uno de los episodios más conocidos y polémicos de esta guerra es el llamado episodio del oro de Moscú, que se refiere al traslado de una gran parte de las reservas de oro del Banco de España a la Unión Soviética durante los primeros meses de la guerra. El traslado fue decidido por el gobierno republicano en aquel entonces el gobierno de Francisco Largo Caballero y ha sido interpretado de diversas maneras.

Para unos fue una medida desesperada y necesaria, con la idea de financiar la guerra, para otros fue directamente un saqueo orquestado por la influencia comunista que tenía el gobierno de la república y que privó al país de sus reservas de oro, que por cierto eran grandísimas. El oro enviado no era todo el oro que había en el Banco de España, representaba aproximadamente el 72% de las reservas totales del banco, unas 510 toneladas valoradas en aquel entonces en unos 518 millones de dólares de dólares de la época. Hoy se calcula que valdrían unos 12.000 millones de dólares o incluso algo más porque buena parte del tesoro estaba acuñado en monedas, algunas muy antiguas. Este tesoro se había acumulado en parte por las existencias históricas del propio banco, que había ido atesorando durante toda su historia, más sobre todo los beneficios extraídos de permanecer neutral durante la primera guerra mundial. Este tesoro fue embarcado en secreto hacia la URSS con el objetivo