Padre Jorge Millán (Párroco de la Iglesia Sagrada Familia de la diócesis de Chiclayo) Nada Personal @animessina

Le voy a dar la bienvenida a Jorge Millán Cotrina, él es párroco de la Iglesia Sagrada Familia de la Diócesis de Chiclayo.

Este es el lugar que escuchamos en lo que fue el primer discurso del Papa León XIV en el balcón con tanta emoción, hablando en español, refiriéndose a su comunidad allí en Chiclayo, así que lo saludo al Padre Jorge, ¿cómo anda? Buenas tardes por acá en Argentina.

Muy buenas tardes.

¿Qué hora es allá? Acá es de tarde.

Acá es la una.

Ah, dos horas.

Un poco más.

Las 13 horas, sí.

Dos horas menos.

Cuénteme, Padre Jorge, ¿cómo recibió primero lo que fue el anuncio del Cardenal Robert Prebost, que ustedes lo vieron ahí caminando por las calles muy de cerquita? Sí, fue un momento muy emocionante.

Llegamos los sacerdotes reunidos en el seminario por una actividad que teníamos y era una ponencia de un catedrático que había llegado a Chiclayo, un profesor sacerdote de Roma, y él iba a empezar ya su conferencia y empieza diciendo, me acaban de avisar que hay fumata blanca.

Uf, nos hemos ido todos al aula donde hay televisor.

Hemos estado ahí como cincuenta personas, entre seminaristas y sacerdotes, y a la expectativa, y cuando dijeron Robert Francis, fue impresionante.

Jack, cuando dijeron Robert Francis, Jack, vos dijiste, es él.

Bueno, se nos quedó ahí, se cortó un poquito.

Sí, porque habían dos Robert más.

Claro.

Roberto, Saray, otro más, ¿no? Y yo quería, decía, si sale Rueva, tendrán que decir Francis.

Y así fue, ¿no? Y ya se lo confirmó con Prebost.

Fue tanta la algarabía, tanta la cosa que nada, este, no supimos cómo se llamaba, porque no escuchamos el nombre.

No escuchaste León 14.

Y dijeron, oye, ¿qué nombre se ha puesto? Y vimos en la pantalla, decía León 14, ¿no? Fue muy emocionante, de verdad, hasta ahora seguimos emocionados, yo feliz.

Le cuento, yo fui párroco de la catedral desde junio del dos mil quince, y él llega en noviembre del dos mil catorce y llega él a ser obispo.

Ah.

Y yo estuve con él hasta enero del dos mil veintitrés.

Hemos vivido juntos los ocho años casi.

Un montón de tiempo, claro.

En el obispado, en el obispado vivíamos ocho personas, sacerdotes, con él incluido.

Y había, pues, sacerdotes que trabajábamos en la catedral y sacerdotes que trabajaban en la curia, ¿no? Ahí estuve con él ocho años.

¿Cómo era Roberto? Porque vos lo conociste como Roberto.

Sí, mire, mucha gente tiene una bonita sensación el día que salió al balcón.

Muchos me han comentado, extranjeros, ¿no?, que no lo conocen, que inspira serenidad, paz, tranquilidad, y eso es él.

Así es él, es un hombre sencillo, un hombre que escucha, un hombre que acoge, un hombre que se preocupa por los demás, muy sensible.

Me dio la sensación que tuvo dos momentos que quería llorar.

Cuando sale, ve la plaza llena de gente, como que se aguanta un poco, y cuando dijo, y también a mí me emocionó a las lágrimas, cuando dijo, mi querida diócesis de Chiclayo.

¡Ay, sí, qué emoción! Una cosa porque, claro, se pudo haber dicho, la diócesis donde trabajé, la diócesis de Chiclayo.

Y habló en español, que no es poca cosa.

Así es, así es. Y luego dije yo, pensé y dije, nada, nos tiene en su corazón el Papa.

Fue una alegría enorme, ¿no? Y nada, hemos estado así de felices hasta ahora.

Hoy día, anoche, va a haber una misa en el atrio de la catedral, porque se espera muchísima gente que vaya para una misa de acción de gracias.

Padre Jorge, ¿cómo lo vivieron en Perú, en tu comunidad? Los que lo veían a Roberto Prevost caminar por las calles, lo hemos visto, de hecho, ayudando sobre todo a quienes tuvieron muchos problemas con las inundaciones.

Realmente con un trabajo misionero muy importante.

¿Estás por ahí? Ahí estás, ahí estás, con algunos problemitas de conexión.

Sí, acá te vi.

Ahí estás.