LAS PALABRAS II: CON ELLAS NOS ENTENDEMOS Y NOS DESENTENDEMOS con Mariano Arnal - Fundación Aqua Maris

Un saludo, familias. ¿Qué tal? ¿Cómo andan? Soy Luis. Están en la Caja de Pandora.
Hoy es día 12, 12 de febrero, 2025 y empezamos este magnífico directo pues
con un invitado muy especial porque ya lo conocen pero es por la caña que pega
y vamos a hablar de la segunda parte de las palabras, las palabras segunda parte.
Con ellas nos entendemos y nos desentendemos. Bueno, pues yo creo que la
hace, bueno, hace un mes cuando la dimos estuvo bastante buena la charla y se
quedó ahí. Que quería decir más y no pudo Mariano, vamos a dejarle que hoy se
explaye un poquito más, pero antes siempre os digo, tenéis ahí los datos
de Aquamaris por si queréis entrar en la fundación, en la página web tenéis el
teléfono, el correo, hasta la dirección por si queréis ir por agua de mar y luego
las formaciones en Aulas Pandora por si las queréis seguir. Dicho esto pues nos vamos a San
Adrián. ¿Qué tal, Mariano? Encantado de la vida, para variar, para variar.
Bueno, pues yo te voy a dejar ya a tope, a tope con la palabra.
Muy bien, muy bien. Estupendo. Magnífico. Pues
fijaos, el título es interesante, con las palabras nos entendemos, nos
desentendemos y nos malentendemos.
Realmente estamos hechos de palabras. A ver, antes que me olvide, voy a dedicar un
tiempo. Como estamos en la antevíspera de San Valentín, entonces, bueno,
navegaremos un poquitín por esa autopista, la autopista del amor.
Bueno, yo diría el gran invento, el mayor
invento humano, pero bueno, hemos hecho muchos inventos y además todos nuestros
inventos se sostienen en palabras, todos se sostienen en palabras.
Empezando por el hombre mismo, no sé en qué palabras me detuve el otro
día, pero da lo mismo porque esto es inagotable.
Fijaos que el gran problema, el mayor problema, yo lo tengo sin resolver y mira
que me gusta mirar, contemplar, divagar, especular, indagar de todo, pero
estoy a vueltas con el problema de la palabra, es decir, cómo es que el
hombre habla. Y claro, el hombre habla y el hombre piensa.
El hombre piensa qué cosas. Fijaos, lo mismo que decía sobre el
saber, el saber totalmente relacionado con el sabor, que sin sabor no hay
saber y el hombre piensa. ¿Y eso qué es? Pues al final, al final, al final de todo
es el pienso, el pienso. ¡Qué cosas, qué cosas! Somos animales de pienso. Y mirad, la
cosa más extravagante con que nos hemos encontrado, la mayor acumulación de
pienso, auténticamente pienso y nada más que pienso, es lo que llaman tan
impropiamente la inteligencia artificial, inteligencia artificial. ¿Y eso qué es?
Mirad clarísimamente, no es inteligencia, es puro pienso, pero en unas cantidades
astronómicas, pero absolutamente astronómicas. Y fijaos ahora os diré cuánto
de astronómicas. Resulta que la inteligencia artificial no es nada más
que coger los
ultramillones, yo qué sé, billones, trillones, cuatrillones, quinquillones, vete a
saber cuantísimos ceros de datos, datos, cosas que ya se han movido y que están
por ahí almacenadas. Bueno y entonces procesar eso, barajarlo y tal, sacar,
sacar conclusiones y decir algo a partir de eso, a partir de lo que ya se ha dicho
o se ha hecho o se ha escrito. Y todo es a partir de ahí.
Entonces claro, el hombre, fijaos, tiene la rara facultad que a lo mejor no.