PepeYanki#1639: Una nueva estrella en la WNBA

Esto es Pepe Diario.

Pepe Yankee.

Hola, ¿qué tal? Hoy estamos a martes 15 de abril del año 2025.

Os hablo desde el barrio de Arguelles, en Madrid, en España.

Yo soy Pepe Rodríguez y este es el programa número 1639 de la sección de deporte norteamericano de Pepe Diario.

Pacebackers ha sido elegida con el número uno del draft de la WNBA por el equipo de Dallas, las Dallas Wings.

Nada de esto es noticia.

Pacebackers lleva mucho tiempo siendo estrella universitaria en la Universidad de Conéctica y desde hace muchos años se sabía que en esta clase del año 2025 lo normal es que fuese elegida con el número uno del draft.

Acaba de ganar el March Madness con su equipo.

Es un figurón extraordinario.

No tiene el impacto que tuvo Caitlyn Clarke el año pasado, tanto en college como en el draft, como en la entrada en la WNBA, pero desde luego sí que es una nueva figura que va a sumarse a este oleaje del baloncesto femenino, tanto universitario como profesional, norteamericano, que han cambiado la cara por completo de este deporte y de esta competición de la WNBA.

Me parece importante reseñarlo en un día como hoy, donde Pacebackers tiene que llevarse todos los halagos por su carrera universitaria, todas las portadas, por su importancia y trascendencia como jugadora y todos los análisis acerca de hacia dónde puede llegar la WNBA y también de quién es Pacebackers y qué puede hacer en una franquicia como las Dallas Wings.

Dallas Wings, que no es una franquicia histórica, de hecho, es una recolocación de la antigua franquicia de Detroit, que no es de las franquicias que fundó la WNBA, pero que empieza también a crecer como mercado y a la intención de muchos mercados, que no sean los clásicos, de hacerse parte de un pastel que no para de crecer.

Un pastel que cada vez ha atraído la mirada de más gente, de más intereses, de más patrocinadores, de más personas con dinero para crear franquicias y de más ciudades que quieren ser relevantes.

¿Qué decir de la ciudad de Dallas en el aspecto deportivo? Que, entre comillas, ha perdido a los Mavericks como agente relevante en la NBA por el traspaso de Luka Doncic, que importante es para la ciudad de Dallas, deportivamente hablando, que tengan una jugadora de baloncesto como Paige Backers, en la que, con perdón, que me ahogo, vuelva a tener los ojos de Estados Unidos como país enamorado del baloncesto en un equipo como este.

La WNBA ha tardado en despegar, le ha costado mucho, pero está en una época de bonanza, ahora mismo, que da gloria verla, que da gusto verla y que se produzca tanto jaleo muy positivo y tanto debate en torno a una figura como la de esta chica, que todo el mundo quiera saber por qué es tan buena, por qué es número uno del draft, que se coja el oleaje del Marth Madness, que lo ven millones y millones de personas en Estados Unidos, el femenino, digo, tanto como el masculino.

Todo eso es extraordinariamente positivo.

La WNBA, en esta temporada 2025, va a comenzar con 13 franquicias, va a tener una más que el año pasado.

Las Golden State Valkyries.

Golden State, que es un equipo hermano, evidentemente, de los Warriors, en la Bahía, y que cuando un millonario como John Laycock, el propietario de ambas franquicias, decide que aquí hay que invertir, es un vivo ejemplo, una viva imagen de que las cosas están yendo extraordinariamente bien.

Esta franquicia, que se crea y que nace este año, va a pagar a la WNBA 50 millones, o pagó en su día 50 millones por el derecho a existir.

El año que viene se crean otras dos franquicias.

Se ha acelerado el proceso de una de ellas, que tenía pensado empezar en 2027, y vistas como están las cosas, han decidido empezar ya en el año 2026.

Es decir, en 2026 habrá 15 equipos en la WNBA.

Para que veáis cuál es el crecimiento real, porque todo hay que mirarlo en números y en pasta, ahí es donde se nota de verdad cómo van las cosas en esta competición.

Las dos franquicias que van a nacer el año que viene, en Toronto y en Oregón, en Portland, van a pagar 115 y 125 millones de dólares, respectivamente.

Es más del doble que lo que ha pagado Golden State por existir este año.

Esa es la realidad de la WNBA, perdonad.

El crecimiento exponencial, no lineal, al que está viendo sometido el baloncesto femenino de EE.UU.