Personajes indispensables de la Historia de España: "Benito Jerónimo Feijoo". Raúl-Fernando Gómez

SENDEROS DE LA HISTORIA Dijo Don Ramón de Campoamor en una ocasión En este mundo traidor no hay verdad ni mentira Todo es según el cristal con que se mira Aquí comienza SENDEROS DE LA HISTORIA Un programa presentado y dirigido por Raúl Fernando Gómez Bienvenidos amigos a un nuevo programa del Fondo Documental Sonoro de Senderos de la Sabiduría y Senderos de la Historia Hoy caminamos hacia el siglo XVIII para conocer a un hombre que desde la calma de un monasterio encendió una chispa de cambio en España de su tiempo Su nombre, Benito Jerónimo Feijo Un monje benedictino que no solo se dedicó a rezar sino también a escribir, a cuestionar y a invitar a pensar ¿Cómo logró que su voz se escuchara en todo el país cuando ni siquiera salió de Oviedo? ¿Por qué sus libros fueron tan leídos y tan polémicos? Preparaos para descubrir a este pensador valiente que nos enseñó que la fe y la razón pueden caminar juntos SENDEROS DE LA HISTORIA Benito Jerónimo Feijo nació en 1676 en Castemiro en la provincia de Orense, Galicia Creció en una España aún marcada por el siglo de oro pero también por la superstición y la resistencia al cambio Desde joven mostró curiosidad por todo la naturaleza, las lenguas, las ciencias, los libros, etc Ingresó muy joven en la orden benedictina atraído por el estudio y la vida monástica Y serían precisamente los silenciosos claustros benedictinos donde Feijo descubriría su verdadera vocación enseñar a pensar Feijo estudió en Salamanca y en otros colegios benedictinos Finalmente se instaló en el monasterio de San Vicente, en Oviedo donde viviría gran parte de su vida Desde allí ejerció como catedrático en la Universidad de Oviedo y escribió sus obras más famosas Lo curioso es que Feijo nunca viajó al extranjero ni estuvo en las grandes capitales de la ilustración Pero gracias a su enorme biblioteca y a su inquietud conocía las ideas que estaban transformando Europa Su producción más conocida son los teatros críticos universales y las cartas eruditas y curiosas En ellos aborda casi cualquier tema Medicina, astronomía, costumbres populares filosofía, literatura, educación, etc.

Su objetivo no era imponer una verdad sino invitar a mirar con ojos nuevos Feijo criticaba los mitos y supersticiones que dominaban la sociedad Decía, por ejemplo, que muchas enfermedades no se curaban con remedios mágicos sino con ciencia y estudio Defendía la educación de la mujer la tolerancia, el uso de la razón y fue un divulgador en el mejor sentido de la palabra Naturalmente, sus escritos levantaron polémica Hubo quienes lo acusaron de hereje otros de ignorante y otros simplemente de entrometerse en todo Pero Feijo nunca se amilanó Con respeto, con paciencia y siempre desde la fe defendió que la razón no es enemiga de la religión Para él la fe se fortalece cuando se quita las capas de superstición y miedo Y esa fue quizá su mayor aportación abrir una puerta a la modernidad sin abandonar la raíz cristiana Feijo murió en el año 1764 ya anciano en el mismo monasterio donde pasó la mayor parte de su vida No fundó una escuela no tuvo discípulos directos y sin embargo fue uno de los autores más leídos de su tiempo Su estilo sencillo y claro acercó el conocimiento a gente común Con sus libros enseñó a muchas generaciones de españoles a dudar con sentido a buscar pruebas a dialogar Su figura marca el inicio de la ilustración española Hoy, siglos después las palabras de Benito Jerónimo Feijo siguen siendo un faro No tengamos miedo a pensar no tengamos miedo a preguntar porque toda verdad viene de Dios En tiempos donde la oscuridad parecía imponerse él eligió abrir ventana Con la figura de Benito Jerónimo Feijo cerramos este episodio de Senderos de la Historia Un monje que sin moverse