Píxeles Prohibidos: Historia del videojuego erótico, con Jesús Relinque

En Días Extraños nos gusta la gente de palabra, la gente comprometida, la gente que le pones un
reto y dice venga recojo el guante y lo hacemos y Jesús Relinque es uno de ellos porque estaba
contándome sus historias de videojuegos de siempre, de videojuegos más o menos curiosos,
más o menos interesantes, lo recordaréis, estábamos hablando de censura en los videojuegos
que era una cosa muy bonita y con su trasfondo social y eso y yo que soy un tarao pues le dije
oye y si hablamos de videojuegos picantones y tal y me dijo venga vamos a mirarlo y vamos a ver si
lo hemos mirado, Jesús Relinque bienvenido a Días Extraños. Bien hallado Santi, muy contento de
estar aquí después de pasarme todas las navidades buscando juegos picantones como tú dices, esto
tiene un trabajito curioso. Sí porque supongo que no será fácil, supongo que estamos no solamente
hablando de historia del videojuego o de arqueología del videojuego sino también de un
poco de underground del videojuego. Se me ha ocurrido esa palabra underground muchas veces
cuando estaba haciendo el guión que tenemos ahora delante porque la gran mayoría de ellos
o por lo menos los primeros 20 años del videojuego, el juego erótico, el juego pornográfico
o los retales de erotismo que hay aquí y allí en ciertos videojuegos pues eran cosas muy de andar
por casa, cosas bueno que muchas veces no salían a la luz y mejor en ocasiones que no hubieran
salido a la luz, ya lo veremos pero hasta hace muy poquito tiempo el videojuego como
arte, como expresión cultural parecía que no casaba con mostrar elementos eróticos o
pornográficos cuando es algo prácticamente inherente diríamos a cualquier disciplina
artística, lo hemos visto en pintura, en literatura, evidentemente en cine y el videojuego pues bueno
no deja de ser un arte todavía joven podríamos decir y los primeros años fueron durillos vamos
a decirlo así. Pues sí porque los primeros años estamos hablando de la década de los 70 de los
deliminares del videojuego de esos juegos que como el equivalente pornográfico sería cuando echaban
las películas codificadas del canal plus que la gente a mí siempre me ha hecho mucha gracia ese
dato que se miraban los datos de los audímetros y el canal plus tenía muchos más espectadores que
abonados y entonces claro la conclusión era obvia la gente veía la película porno la veía codificada
y sí por ejemplo en mi colegio se decía eso que si achinaban los ojillos y tal y ponías carita de
chino pues que algo veías, no pasó de la leyenda urbana pues en los videojuegos pasaba lo
mismo porque era una época en que no ya con el erotismo sino los videojuegos normales había que
echarle mucha imaginación para jugar y para suponer que las cosas que veías en la
pantalla eran lo que tenía que ser. Claro hemos hablado aquí muchas veces de censura
controversia violencia pero claro al principio con esos píxeles como puños vale había violencia
había cosas polémicas pero la imaginación tenía que entrar en juego si no por mucho que tú quisieras
pues poco se veía pero si es verdad que vamos a tener que mencionar una vez más a un viejo
conocido de los oyentes que es ese gotcha ese arcade de atari del 73 ya sabéis la máquina
de las tetas que le decían bueno pues nada se le ocurrió a alguien en atari que por qué no
hacer que un juego de laberinto de persecución del corre que te pillo pues tuviera unos joysticks
carnosos, rositas, con forma de semicircunferencia que de alguna manera evocaran a pechos
femeninos quizás esta sea la primera referencia erótica pseudoerótica vamos a llamarlo como
queramos pero un poco el primer la primera piedra en el camino de atari como siempre porque
siempre que hablamos de algo de pionero en el videojuego atari suele estar por por ahí por medio