Plaza de toros de Nueva York

Bueno, estamos en los toros de nuestra historia. Estamos aquí con Juan Salazar, nuestro redactor taurino particular. Juan, ¿cómo andas? Bienvenido. Bien, bien, buenos días. Digo que cambiando de tercio, como toca. Eso es. Y antes de empezar el programa, sí que me comentabas, y además yo me sumo a ese homenaje, de hacer un récord de toros, ¿no? Claro. 50 años, 50 años. Ayer hizo 50 años de la muerte de Antonio I. Bienvenido. Uno de los grandes, de los grandes. Y torero de Madrid, aunque no nacido en Madrid, pero torero de Madrid, que los madrileños le recordamos, le queremos y le seguimos siendo muy presentes.

Fue tremenda la muerte de Antonio Bienvenida, ¿eh? Porque se había retirado el año anterior, en el 74. Sí, sí. Fue terrible. Un accidente terrible, pero bueno. El gusanillo, él me contaba su nieto. Gonzalo. Gonzalo Bienvenida. El otro día digo, es Gonzalo. Sí, sí, es Gonzalo Bienvenida. Que él deja de entonar, porque se lo tenía así su abuela, su mujer de Antonio, y el gusanillo, pues le hacía tentadero, se fue a un tentadero y pierde la vida en una vaquilla, ¿no? Y luego el contrario, le partió el cuello. Terrible, sí, sí. Ahí en La Paz, terrible. Pero bueno, le recordamos con mucha alegría a este torero.

Bueno, hoy tenemos un invitado muy especial, que está en Múnich, ni más ni menos. Sí, no sé si nos escuchas bien, Sergio. Sergio Campos. Perfectamente. ¿Cómo estás? Bienvenido a tu programa, eh. Muchísimas gracias. Me hace una ilusión enorme que esté Sergio Campos en la antena, pero además, en fin, es oyente del programa. Y el otro día le preguntaba, Sergio, ¿cómo quieres que te presente? Y fíjate, me decía, bibliotecario y escritor, con eso vale. Además de que no es poco, que no es poco ser bibliotecario y escritor, es, en fin, bibliófilo, es un gran investigador, investigador taurino.

Ya hablando con Sergio he aprendido muchísimo y de lo que vamos a hablar hoy, pues es que me lo contó él y digo, oye, esto en antena yo creo que merece la pena. O sea que, Sergio, bienvenido y muchísimas gracias por estar con nosotros. Un verdadero lujo. Muchísimas gracias, el placer es mío, que os escucho desde hace ya tiempo y me encanta entrar aquí con Puerta Grande, además. Fantástico. Bueno, hablando de Puerta Grande, hoy en Juan me comentabas que íbamos a hablar con Sergio de una plaza de toros en Nueva York. En Nueva York, sí. Cuéntanos, cuéntanos, Sergio, porque la verdad es que es muy interesante lo que me contabas en su momento.

Cuéntanos, ¿cómo surge la idea de construir una plaza de toros en pleno Manhattan? Pues, mirad, en primer lugar, esta investigación, esta historia surge gracias a vosotros. Porque en un programa que se emitió en diciembre del año pasado, que dedicasteis a Ramón López, aparecía una extraña noticia que comentaba Juan, en la que aparecía este Ramón López, en la que se hablaba de un supuesto viaje a Nueva York, pero con muchos datos que luego no concordaban y que no parecían fiables, porque se hablaba de que les iban a pagar en libras esterlinas, que se iban a la isla, y no se sabía si se iban a Londres, a Inglaterra, ¿a dónde? Y entonces me llevó a echar un vistazo a las hemerotecas norteamericanas y ahí descubrí toda la historia de la plaza de toros de Nueva York, que se construye en 1880, ni más ni menos, en pleno Manhattan. ¿En pleno Manhattan? ¿Por qué zona de Manhattan? Porque alguien me preguntaba también, yo creo que era por la zona norte, me parece, tipo Central Park, por ahí arriba, ¿no? Sí, justo al norte de Central Park, me parece que son seis calles más arriba, más al norte, en la esquina de la calle 116 con la sexta avenida.

Y ahí se construye una estructura básicamente de madera, con capacidad para 9.000 espectadores, que no está mal, unos 8.000 de pie y unos 1.000 y pico en palcos especiales, con 60 metros de diámetro y con un albero de 30 metros. Creo que tampoco está mal. Juan no sabrá decir si es una plaza grande o pequeña. En fin, 9.000, para la época era muy grande y hoy en día, comparada con muchas plazas, pues eso, que no son, bueno, capitales de provincia hay muchas que son, tienen más, pero 9.000 estaba muy bien, estaba muy bien, la verdad es que era plaza importante, qué curioso.

Y cuéntanos un poco más de esta plaza, ¿no? ¿Cómo surge esta idea? Pues mira, la idea surge de un personaje bastante peculiar que se llamaba Ángel Fernández, tenía por nombre taurino Valdemoro, porque venía de allí, de la ciudad de Valdemoro, en Madrid, y yo creo que más que de él, que es el que realmente...