PLENO 12 DE MAYO 2025

Lo primero, aprobación del carácter de urgencia. ¿Estamos de acuerdo? SEÑOR PRESIDENTE DE LA JUNTA DE EXTREMADURA Sí, a favor. SEÑOR PRESIDENTE DE LA JUNTA DE EXTREMADURA Sí, a favor. SEÑOR PRESIDENTE DE LA JUNTA DE EXTREMADURA A favor. SEÑOR PRESIDENTE DE LA JUNTA DE EXTREMADURA Digloria, perdona. Expediente 12.19.2025, aprobación, concesión de medallas de oro de la ciudad, las imágenes de Nuestra Señora de Consolación y los santos mártires, con motivo del octavo centenario de la restauración del culto cristiano en la ciudad. Tiene la palabra, como introducción, la concejala de Cultura e instructora del tema.

SEÑORA CONSEJAL DE CULTURA, INSTRUCTORA Y CONSEJERO DE CULTURA DE EXTREMADURA Gracias, señora Cárdenas. Bueno, no hay identidad sin memoria. Permítanme que haga alusión a esta frase que utilizaba hace unos años nuestra joven escritora, María María del Pueblo, en una entrevista, para introducirles de lleno en el único e histórico punto del orden del día que da lugar al extraordinario pleno que estamos celebrando en este momento.

La memoria es un elemento fundamental para la construcción y el mantenimiento de la identidad, tanto personal como colectiva. En nuestro caso, la identidad de Torredón Jimeno como pueblo. En este presente que hoy vivimos es momento de conectar de nuevo con nuestro pasado más profundo, para comprender quiénes somos y cómo hemos llegado a ser lo que somos.

Algo que, de la mano del respeto y la consideración, siempre nos será de ayuda para construir un futuro mejor. Dicho esto, tenemos que recordar que la identidad tosiriana se ha forjado desde la base de una memoria repleta de nombres y lugares, entre los que figuran muchos relacionados con ese gran patrimonio religioso popular del que nuestro pueblo desde hace siglos ha hecho Para mí, constituye una enorme satisfacción, como tosiriana, y concejar ser la instructora de este expediente que ha propiciado que hoy se pueda hacer realidad el conceder la medalla de oro de la ciudad a las imágenes de la Santísima Virgen de Consolación y a San Conme y San Damián.

La historia nos vuelve a dar una nueva oportunidad en este sentido, cuando al cumplirse precisamente ocho siglos de la restauración del culto cristiano en Torredón Jimeno, a instancia de las dos parroquias de nuestro pueblo, este equipo de Gobierno, en virtud de la facultad que le compete y de conformidad con la legalidad vigente al respecto de este tipo de distinciones, habiéndose cumplido todos los requisitos previos estipulados para ello, propone a los grupos políticos de esta corporación la concesión de la más alta distinción honorífica con que cuenta este ayuntamiento, como es la medalla de oro de la ciudad para las imágenes de nuestra patrona y de nuestros patronos.

Esta ciudad, que se encomendó a la Virgen de Consolación y a San Conme y San Damián en momentos de gran dificultad y cuyos favores les llevó a ostentar el patronazgo, no puede consentir que puedan como una simple…, no queríamos que fuera una simple advocación. Se trata también de atender una demanda ciudadana avalada por miles de firmas, que, si los plazos lo hubieran permitido, de seguro hubieran sido muchísimas más, ya que estamos ante la tradición popular más puramente toxiriana, que va más allá de los meros sentimientos religiosos. Al igual que siempre recibieron el cariño de nuestros antepasados, actualmente siguen siendo nuestros máximos referentes de devoción sincera y cercana para nuestra ciudadanía toxiriana.

Así pues, con la concesión de estas medallas, el ayuntamiento, como máxima institución civil, se adhiere al sentir de la gran mayoría de la población y, en base al arraigo, el fervor y la devoción que estas imágenes generan en nuestro pueblo, debe llevar a cabo este reconocimiento y proclamarlo públicamente ante la historia. Este octavo centenario de la restauración del culto cristiano en nuestra ciudad es la oportunidad perfecta para que el pueblo toxiriano rinda pleitesía a nuestros queridos y sagradas imágenes de la Santísima Virgen de Consolación y a los santos mártires Conme y Damián, que han suscitado a la vez una sencilla pero fuerte convicción de fe y tradición a tantas y tantas generaciones de toxirianos y toxirianas. Estamos ante algo que, sin duda, forma parte de nuestra esencia como pueblo.

Una distinción que reconoce el cariño que les tenemos a nuestras imágenes patronales, pero también es un acto de acción, de gracias por ser guía espiritual y por la protección que han brindado a nuestra ciudad a lo largo de los siglos, y una especial consideración por la devoción y los valores que representan. Por lo tanto, tiene un significado extraordinario, no solo para la comunidad cristiana.