BOHONAL DE IBOR

El agua juega un papel importante en Bohonal de Ibor, no sólo por el paso del rio Ibor por la comarca. También en el casco urbano llaman la atención la presencia de varias fuentes de visita obligada: la fuente del Arroyo, la fuente de la bomba o fuentecilla y el corcho.

Diseminados por parajes que se encuentran alrededor de la localidad, se pueden observar diferentes rocas graníticas de gran tamaño, denominadas popularmente como canchos. Algunas de estas formaciones destacan entre el resto por contar con formas peculiares; varias de ellas fácilmente reconocibles, otras sencillamente por lo monumental de sus dimensiones.

Uno de esos lugares son las ruinas romanas de Augustóbriga, con el templo de los Mármoles como espacio más visible hoy en día. Tras de sí, además de su evidente importancia histórica, guarda como curiosidad el hecho de haber sido rescatado de una muerte definitiva y de pasar al olvido.

Nacido en la sierra de Guadalupe, el río Ibor recorre unos 6o kilómetros hasta alcanzar al río Tajo, al cual entrega sus aguas. Además de generar paisajes de singular belleza, este río ha resultado ser desde antiguo un recurso para los bohonalos; ya sea por lo fértil de sus orillas, la fuerza con que sus aguas movían las ruedas de los molinos en él situados, muchos ya desaparecidos, o el abundante número de peces que allí habitan. Tanto otorga este río al pueblo de Bohonal, que incluso de él toma su apellido.

La iglesia de Bohonal de Ibor, que pertenece a la archidiócesis de Toledo, está dedicada al patrón de la localidad, San Bartolomé, cuya fiesta se celebra cada año el día 24 de agosto. Construida a finales del siglo XV y principios del XVI, el edificio es de granito, tiene una sola nave, separada de la cabecera por un arco de medio punto, por lo que la bóveda tiene dos tramos: de cañón y lunetos el primero, y de paños el segundo.

Bohonal de Ibor es un municipio cacereño situado en la vertiente sur del río Tajo, a su paso por la comarca del Campo Arañuelo. Se encuentra ubicado en terrenos de la antiguamente denominada como dehesa de la Retuerta y delimitado por las aguas de tres ríos: el Tajo al norte, el Ibor por el oeste y el Gualija hacia el este. Este hecho, unido a la presencia de ciertas lagunas (hoy día ya desaparecidas), es la causa que da nombre a la localidad, pues el término Bohonal proviene de una variación de la palabra bodonal, que hace referencia a un terreno en el que abunda el agua.

La figura del pastor ha tenido una gran importancia en la zona de Bohonal, puesto que eran muchas las economías que movían ganado como el bovino, caprino, vacuno e incluso porcino. Todo este ganado, hoy en día, ha quedado reducido a pequeñas explotaciones de carácter familiar, con el ganado estabulado para dormir, por lo que esta figura del pastor no se conserva. Pero es mucho lo que ha dejado en la memoria y en la historia de Bohonal.

El primer fin de semana de mayo Bohonal celebra cada año, dentro de las fiestas del municipio, la Cruz de Mayo. En la misma todavía se conserva una curiosa costumbre, por la que los quintos van de noche marcando con cruces las puertas de las casas donde vive alguna moza por la que se sientan inclinados y a la que quieran halagar con este gesto.

Una de las fiestas que destaca en Bohonal de Ibor es la del carnaval, una celebración que ha ido cambiando con el tiempo desde las primeras celebraciones de la fiesta hasta la actualidad. El recién retomado espíritu carnavalero de sus gentes nos permite disfrutar de los disfraces que las peñas lucen durante el desfile del carnaval, mientras recorren las calles de la localidad. Una experiencia única, llena de color y emociones a flor de piel.

El entorno del río Ibor es una zona privilegiada para el cultivo de la aceituna. Se trata de una zona con una flora y una fauna autóctona de gran riqueza, donde no es extraño ver ciervos, jabalíes, zorros e incluso linces ibéricos.

Desde finales del pasado siglo xx, se celebra en esta localidad una romería en honor a la Virgen de Guadalupe, patrona de Extremadura. Durante este evento los bohonalos y bohonalas se divierten, en compañía de familiares y amigos, gozando de un día de campo, en el que se producen actuaciones, se practican bailes típicos y, sobre todas las cosas, se disfruta de abundante comida y bebida, aprovechando la sombra que ofrecen las diversas encinas que salpican el entorno.

El agua juega un papel importante en Bohonal de Ibor, no sólo por el paso del rio Ibor por la comarca. También en el casco urbano llaman la atención la presencia de varias fuentes de visita obligada: la fuente del Arroyo, la fuente de la bomba o fuentecilla y el corcho.

Diseminados por parajes que se encuentran alrededor de la localidad, se pueden observar diferentes rocas graníticas de gran tamaño, denominadas popularmente como canchos. Algunas de estas formaciones destacan entre el resto por contar con formas peculiares; varias de ellas fácilmente reconocibles, otras sencillamente por lo monumental de sus dimensiones.

Uno de esos lugares son las ruinas romanas de Augustóbriga, con el templo de los Mármoles como espacio más visible hoy en día. Tras de sí, además de su evidente importancia histórica, guarda como curiosidad el hecho de haber sido rescatado de una muerte definitiva y de pasar al olvido.

Nacido en la sierra de Guadalupe, el río Ibor recorre unos 6o kilómetros hasta alcanzar al río Tajo, al cual entrega sus aguas. Además de generar paisajes de singular belleza, este río ha resultado ser desde antiguo un recurso para los bohonalos; ya sea por lo fértil de sus orillas, la fuerza con que sus aguas movían las ruedas de los molinos en él situados, muchos ya desaparecidos, o el abundante número de peces que allí habitan. Tanto otorga este río al pueblo de Bohonal, que incluso de él toma su apellido.

La iglesia de Bohonal de Ibor, que pertenece a la archidiócesis de Toledo, está dedicada al patrón de la localidad, San Bartolomé, cuya fiesta se celebra cada año el día 24 de agosto. Construida a finales del siglo XV y principios del XVI, el edificio es de granito, tiene una sola nave, separada de la cabecera por un arco de medio punto, por lo que la bóveda tiene dos tramos: de cañón y lunetos el primero, y de paños el segundo.