Cándida, la radionovela

Compran aire acondicionado. Sale caliente. Se están asando.

Le han pedido un montón de cosas, entre ellas, que no vaya a comer. Palomino pide perdón por todo y acepta sus peticiones menos lo de no ir a comer.

Están redactando la carta en la que van a pedir cosas al cura a cambio de no decir nada de lo del robo.

Están en casa ya. La señora le explica a Cándida todo, también lo de Palomino. Deciden escribir al cura y chantajearle.

Siguen en el hospital. La señora descubre que el Padre Palomino aparece junto con el difunto en una foto, el cura huye con la foto.

Cándida va a ver a la señora al hospital. Le dice que pensó que el trabuco eran unos anteojos y le pide perdón a la señora. El Padre Palomino ha vuelto a visitarla. Hablando con la señora, le cuenta todo lo del robo del banco del difunto.

El padre Palomino está en el hospital con la señora, que recibió un balazo en el codo. El cura le cuenta a la señora que el difunto y el malo atracaron un banco en Argentina.

Están casa. Recapitulan sobre todo lo que les ha pasado últimamente. En la buhardilla revolviendo las cosas del difunto, descubren unas fotos del malo y del difunto y una pistola. A Cándida se le dispara el arma…

Están en Villanueva del Pardillo, van a casa de la hermana del malo. La hermana del malo les ha dejado entrar y que pasen al cuarto del malo, su hermano. Allí encuentran algunas pistas.

El compañero de habitación de Cándida les ha dicho que el malo vive en Villanueva del Pardillo. Se van para allá en el tren.

Cándida se hace amiga de su compañero de habitación en el hospital, que resulta que conoce al malo.

Están en la comisaría de policía intentando identificar al ladrón del tesoro.

Llegan la señora y el Padre Palomino al hospital a ver a Cándida con el tesoro. También aparece el malhechor que busca al “difunto”…

Mientras la señora y el cura buscan el tesoro, Cándida sigue en el hospital por lo de la explosión. Allí recibe la visita de un malhechor.

El Padre Palomino y la señora siguen buscando el tesoro del Císter, cavan cerca del convento.

La casa ha quedado convertida en escombros. La señora y el cura la buscan pero no la encuentran…

Se encuentran ya en casa, ya le han contado al cura lo del tesoro. Reciben una carta para “el difunto” y explota.

El Padre Palomino las va a buscar e intenta mediar entre la madre Teresa y Cándida y la Señora, pero no consigue nada.

Parece que la madre superiora “ha picado el cebo” y sale del convento. Cándida y la señora se ponen a cavar en la celda de la monja. Pero la madre superiora les pilla in fraganti.

Llaman por teléfono a la madre superiora para que se vaya de su habitación.