Cuentos y Leyendas de Honduras

Melvin era un estudiante de medicina al cual le ocurrió algo paranormal con una calavera.

En el mercado San Isidro de Comayagüela un señor llamado Policarpo se dedicaba a la venta de frutas, verduras y hiervas medicinales. Pero se decía que también vendía oraciones diabólicas.

En la cocina de una hermosa hacienda en una oscura noche, se empezaron a escuchar unos extraños ruidos.

Una pequeña niña llamada Rosita desapareció, sus familiares y conocidos estaban muy tristes y preocupados por ella así que empezaron a buscarla.

En uno de los cuartos de la casa de Doña Carmela había un misterioso cuadro de una mujer.

En una montaña de Maraita existe una cueva que en el pasado fue habitada por los antiguos, se aseguraba que dichas personas sabían mucho de artes mágicas y era capaces de predecir ciertas cosas.

En el mercado municipal de Comayagua trabajaba un ancianito llamado Marcos. Tenía muchos amigos con los que se la pasaba conversando.

Lorenzo era un joven de Choluteca que quedó huérfano a temprana edad. Con el paso de los años se convirtió en un buen zapatero y con esfuerzo abrió su propio taller de zapatería.

Hace muchos años un malvado hombre golpeó a su esposa embarazada y mientras ella agonizaba dió a luz a un pequeño niño.

Ovidio era un hombre amigable y excelente trabajador y esto fue lo que le sucedió en una noche oscura.

Un día Jesús comenzó a buscar a su papá, ya que se suponía que la mala mujer con la que vivía le hacía brujería para dominarlo.

A un grupo de amigos aficionados a la pesca se les hacía corto el tiempo cuando se concentraban y esto fue lo que les pasó en una oscura noche.

En una aldea cercana a Guaimaca vivía un anciano llamado Beto, tenía un hijo y juntos se dedicaban a la agricultura.

Esto sucedió en el municipio de Lepaterique, en el salón comunal específicamente. Ahí se celebró un baile que terminó en tragedia.

Este fue un extraño suceso que aconteció en el parque La Concordia a una bella muchacha llamada Laura.

Un día doña Victoria se encontraba conversando con su compadre, cuando de repente se le salió uno de aquellos haciendo una detonación terrible.

Este era un hombre del cual se rumoraban cosas muy extrañas.

En una lejana montaña había una pequeña población de gente trabajadora. Un día llego un individuo que se hacía llamar El Ángel Bíter que con su astucia y sabiduría se volvió su líder.

Teófilo y su esposa Elena se disponen a buscar un supuesto tesoro que está enterrado en su casa por recomendación de una anciana y su pequeña nieta.

Doña Cayita era una señora pobre y madre soltera. Lavaba ropa, hacia pan y conservas para el sustento de ella y su hijo.