Déjame que te cuente

Déjame que te cuente que hay menores que acuden a escuelas en las que no existen maestros ni profesores sino acompañantes. Que están promovidas y gestionadas por las familias y en las que el diálogo y la escucha son las líneas maestras. Y déjame también que te diga que estos niños y niñas estudian niveles equivalentes a la Educación Infantil y Primaria y que luego acceden a centros ordinarios para cursar la Secundaria. En la escuela navarra Tximeleta están matriculados este curso trece menores de entre 3 y 12 años, a quienes "acompañan" cuatro personas. Una de ellas, Amaia Biurrun, expone las líneas pedagógicas inspiradas en los modelos Montessori y Waldorf. Junto a ella, Sandra Azcona, madre de tres menores, cuenta cómo aprenden sus hijos y recalca la importancia que tiene esta escuela en su familia.

Déjame que te cuente que hay niños que no acuden a escuelas ordinarias. Que utilizan materiales de madera para aprender a sumar y restar. Que disfrutan de rincones de juego con areneros. Y, sobre todo, que aprenden de manera personalizada y a su propio ritmo. Déjame también que te diga que la impulsora de esta pedagogía que lleva su nombre fue la psiquiatra, pedagoga y humanista italiana María Montessori. Esta pionera, que inició su método en barrios pobres de Roma a comienzos del siglo XX, estaba convencida de que la educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo y su metodología se basó en un profundo sentimiento humanista. Con motivo del 118 aniversario de la creación de la primera escuela en Roma, concretamente el 6 de enero de 1907, la guía Montessori y experta en esta pedagogía Miriam Escacena desgrana esta metodología extendida en más de 16.000 centros de todo el mundo.

Déjame que te cuente que la tarde del pasado 5 de enero, Paloma Pérez Miguel estaba haciéndose pruebas en el hospital en lugar de en la cabalgata de los Reyes Magos con su hijo. Y déjame también que te diga que, a los pocos días, llegó un diagnóstico con las palabras que nadie quiere escuchar: carcinoma ductal infiltrante de grado dos. O sea, cáncer de mama. Ese día comenzó para Paloma un periplo que está ahora a punto de terminar pero que la ha llevado por el camino de la quimioterapia, de la pérdida del pelo, de una operación en la que le han extirpado las dos mamas (por prevención) para terminar con tratamientos hormonales y de inmunoterapia. Con 50 años, empleada en el departamento financiero de una empresa, casada y madre de dos hijos de 20 y 12 años, Paloma quiere compartir su historia en la que ha elegido mirar hacia adelante. "Nadie elige tener cáncer pero sí puedes decidir disfrutar de la vida, de cada momento bueno y reordenar tu escala de valores". Con motivo de la celebración este sábado del Día Internacional del Cáncer de Mama, cuenta ahora su testimonio.

Déjame que te cuente que hay mujeres que hablan de mujeres. Que reflexionan sobre su cuerpo y su alma. Sobre su trabajo, su lugar en el mundo, sus parejas o sus hijos. El feminismo es una cuestión que está siempre de moda. Pero, ahora, más si cabe. Por cómo han evolucionado las mujeres en la sociedad en las últimas décadas. Una de las mayores expertas en estas cuestiones es Mari Luz Esteban, médico y doctora en antropología cultural. Profesora e investigadora en la Universidad del País Vasco (UPV) y autora de libros como 'Antropología del cuerpo' y 'Crítica del pensamiento amoroso', impartió la semana pasada la conferencia inaugural de la Cátedra de Estudios Feministas y de Género en la UPNA.

Déjame que te cuente que a muchas familias les encanta viajar. Que a padres, madres, hijos, hijas y, a veces, también a abuelos les encanta recorrer el mundo y conocer otras culturas. Hay quienes optan por viajar al extranjero intercambiando sus casas, quienes prefieren pasar fines de semana en hoteles para no tener que hacer ni la cama, los que optan por embarcarse en un crucero por el Mediterráneo o viajar en autocaravana sin horarios y a su aire. Quien conoce a fondo esta realidad es la pamplonesa Eider Bueno, de 35 años y madre de una niña de 6. Titulada en turismo, ha impulsado su propia agencia de viajes y ha trabajado en hoteles. Después, ha dado el salto al mundo de la comunicación y ha desempeñado labores de marketing y comunicación digital en el sector turístico. Y, mientras tanto, no ha dejado de recorrer el mundo en familia.

Déjame que te cuente que siempre estamos a tiempo de comenzar de nuevo. En el trabajo y en la vida. Que siempre es posible dar un giro a la vida laboral, dejar un trabajo que no nos satisface o cambiar, incluso, de sector profesional. Siempre pero, en muchos casos, a partir de los 45 o 50 años. En ocasiones, porque ocurre algo: los hijos se convierten en adolescentes y deseamos emprender, nos echan del trabajo y no nos queda más remedio que reinventarnos o decidimos estudiar una nueva carrera, con la que siempre habíamos soñado pero no pudimos. Quien sabe mucho de esta realidad es la orientadora académica y profesional Jesusa García, psicóloga de formación e impulsora de la asesoría Jes & Young, de orientación para jóvenes y profesionales.

Déjame que te cuente que son muchas las canciones populares, las poesías, los dichos o las retahílas que han pasado de generación en generación. Las que las madres y abuelas cantaban a los bebés. Las que los niños pequeños entonaban saltando a la cuerda o jugando al corro. Que ese 'cucú cantaba la rana', ese "Antón pirulero" o ese "vampiro soy, medio loco estoy", con el que saltábamos las niñas de los setenta a la goma, no han desaparecido y se ha recogido en un libro. En el que ha escrito el historiador y etnógrafo pamplonés David Mariezkurrena. Han sido más de 450 canciones del folklore infantil, de la muestra tradicional de Pamplona, que ha recapitulado tras entrevistar a sesenta personas de diferentes edades. Entre ellas, dos muy especiales: su madre, Florentina Iturmendi y su mujer, Amaia Echávarri, de 88 y 48 años, respectivamente. David Mariezkurrena nos habla hoy de esta muestra que evoca nostalgia y habla de épocas pasadas.

Déjame que te cuente que hoy mismo varias parejas estarán poniendo punto y final a su relación. Que a diario y en todo el mundo, hombres y mujeres deciden o reciben la decisión de poner fin a su convivencia de, a veces, muchos años y varios hijos en común. Un camino complicado, que cuesta emprender y también recorrer. El sentimiento de culpa, de pena, la reacción de los hijos menores ante la nueva situación, las custodias compartidas o no, los problemas económicos y de comunicación, el crear un nuevo hogar, el encontrar tu lugar en el mundo… Son situaciones que atraviesan muchas personas. Y para facilitarles este tránsito existen también acompañantes. No solo los abogados o psicólogos sino también los ‘coach’ de divorcios o separaciones. Es el caso de la pamplonesa Inma González, pedagoga de profesión y madre de tres hijos varones. Tras pasar ella misma también por una separación hace unos años, ha decidido dar un paso al frente y ayudar a otros desde su experiencia personal y profesional. Y lo hace a través de las redes sociales, con un podcast pero también con sus sesiones de acompañamiento personal en la que aporta consejos de autocuidado, de cómo combatir el desgaste emocional y, sobre todo y como mensaje de esperanza, de cómo una ruptura puede ser un buena oportunidad para volver a empezar.

Déjame que te cuente que María Calvo no se cansa de hablar sobre hombres y mujeres. Sobre lo que nos une pero también lo que nos diferencia. Porque, insiste esta jurista, no se puede negar la ciencia. Madre de cuatro hijos veinteañeros y profesora de Derecho Administrativo en la Universidad Carlos III de Madrid ( a ella le gusta siempre empezar su currículum en este orden), al margen de sus títulos académicos, ha publicado algunos libros sobre esta temática tan de moda, como ‘Paternidad robada’, ‘Iguales pero diferentes’ o ‘Educando en la igualdad’. Recientemente impartió en la Universidad de Navarra, en Pamplona, una formación sobre paternidad y masculinidad.

Elena Gil Álvarez está recorriendo un laberinto burocrático desde que adoptó a sus cuatro hijos en India en 2021. Esta malagueña, de 46 años y con familia en Pamplona, es profesora de español en un colegio de Bangalore, al sur del país. Casada con un arquitecto indio, decidieron adoptar a menores del país y sus cuatro hijos, tres niñas y un niño de 13, 11, 9 y 8 años, llegaron a su casa (y a sus vidas) tras quedarse huérfanos hace tres años. El día a día ha discurrido con las lógicas dificultades de la adaptación pero el verdadero problema ha llegado con nombre de certificados y documentos. Porque el Consulado de España en Mumbai, una localidad a 800 kilómetros de la ciudad en la que viven, les deniega los cuatro pasaportes para los niños. Para que puedan viajar a Málaga y conocer a su abuela materna, de 85 años y con problemas de salud. "Somos una familia dividida en dos países y la abuela y los niños quieren conocerse". La malagueña, licenciada en Bellas Artes, ha iniciado una campaña de recogida de firmas en Change.org y ya son más de 500 las personas que apoyan su causa y solicitan esos documentos al Ministerio de Asuntos Exteriores de España.

Déjame que te cuente que hay madres sin bebés, sin hijos. Mujeres que han gestado pero han perdido a sus retoños durante el embarazo o el parto. O que parieron y cuyos hijos fallecieron a los pocos días o semanas. Y déjame también que te diga, que insista, en que hay mucha, mucha gente que hace comentarios desafortunados del tipo: "No llores, eres joven y tendrás más", "seguro que venía mal" o "todo ocurre por algo". Frases que, sin proponérselo, pueden echar vinagre en esa herida abierta sin cicatrizar. Para hacer visible la muerte perinatal, la periodista gaditana Virginia del Río acaba de publicar su libro 'La habitación de Uriel', en el que narra su propia experiencia personal. Un relato en el que aborda el duelo tras la pérdida de un bebé antes de nacer, cuando estás a punto de verle la carita. Como si te ahogaras poco antes de alcanzar la orilla. Su vida dio la vuelta por completo el 23 de enero de 2018, cuando en la 39 semana de gestación dejó de notar al bebé en su vientre y una ecografía hizo que se pronunciaran las tres palabras más duras que una madre gestante nunca querría escuchar: "No hay latido". En estas 205 páginas, la autora recoge las vivencias y reflexiones que comparte desde hace casi seis años en su blog y su cuenta de Instagram 'Tengo una estrella'. para que las mujeres (y los hombres) que han transitado por su mismo infierno se sientan algo más acompañadas.

Déjame que te cuente que hay muchas mujeres mayores que se sienten doblemente discriminadas. Por su sexo y por su edad. Porque, socialmente, se las considera “ciudadanas de segunda” y hay quien cree que no son capaces de hacer nada, más allá de ir al mercado, cocinar o ver la televisión todas las tardes. Aunque la realidad es muy distinta. O al menos, cada vez son más las voces que intentan ofrecer otra mirada a esta realidad. Como la profesora de la Facultad de Educación de la UNED Guiomar Merodio. Impulsora del proyecto de investigación EDA-Mujer, financiado por el Instituto de las Mujeres del Ministerio de Igualdad, recientemente dirigió un curso en UNED Pamplona con el título ‘Mujeres mayores superando el edadismo y el sexismo en los ámbitos de la educación, la salud y la participación social”. Hoy compartimos con Guiomar este nuevo capítulo de ‘Déjame que te cuente’.

Déjame que te cuente que hay niños, adolescentes, jóvenes y adultos, hombre y mujeres que no pueden comer gluten. Pero ni mucho ni poco. Nada. Porque son celiacos. Porque sufren una enfermedad autoinmune por la que pueden tener muchos problemas de salud si lo consumen. La celiaquía afecta actualmente a un 1% de la población, un porcentaje mayor en mujeres. En Navarra, hay unas 6.000 personas diagnosticadas aunque el cómputo global sería mucho mayor, pues el 75% de los pacientes aún carecen de diagnóstico. Organizaciones de afectados piden potenciar la detección precoz para combatir este infradiagnóstico y solicitan, además, que bajen los altos precios de los productos. La pamplonesa Helena Osés, de 48 años y diagnosticada hace diez, se ha convertido en divulgadora de temas sobre celiaquía en redes sociales. Autora de dos libros, 'Las mejores recetas de disfrutando sin gluten' y 'Las mejores galletas para disfrutar', es una amante de los viajes y ha publicado también guías 'online' de viajes (París, Londres, Roma, Nueva York...) para viajar y disfrutar sin gluten.

Déjame que te cuente que hay personas que reciben diagnósticos crueles y se enfrentan a muertes inevitables. Y déjame también que te diga que se trata de hombres o mujeres que respiraron o manipularon amianto, ese grupo de minerales utilizados en la construcción o la automoción en las décadas de los ochenta o los noventa. Un material que ya se prohibió hace más de veinte años pero cuyos efectos aún siguen ocasionando gravísimos problemas de salud. Como unos cánceres de pulmón o de faringe que no tienen curación y que provocan inevitablemente la muerte. Hoy, 30 de abril, se celebra el ‘Día Internacional por las víctimas del amianto’. Para dar a conocer esta realidad y acompañar a los enfermos y sus familias. Hoy nos acompaña en este nuevo capítulo de ‘Déjame que te cuente’ la presidenta de la Asociación Navarra de Amianto Nuevo Amanecer (ANANAR), Mari Asun Fernández Osés. Se trata de una realidad que afecta en Navarra a más de 3.500 personas.

Déjame que te cuente que hay muchas personas, menores y adultos, hombres y mujeres, que no entienden bien lo que leen. Porque les bailan las letras, confunden unas con otras y les cuesta mucho aprender otros idiomas. No son vagos ni tontos. Son disléxicos y suman un 15% de la población. Es lo que le ocurre a Darío, el protagonista del cuento 'No me rindo', que no quiere ir al colegio porque sus compañeros se burlan de él. Se trata de la historia que relata Cecilia Blanes Abásolo, una mallorquina vecina de Pamplona, que también presenta este trastorno del lenguaje de origen neurológico y que afecta, sobre todo, a la lectoescritura. Con el fin de concienciar a la población sobre esta realidad, ha escrito este libro, ilustrado por Emma Rabat.

Déjame que te cuente que existe un grupo de personas que trabajan para los demás. En el día a día y desde lo cotidiano. Que organizan intercambios de estudiantes de todo el mundo para promover la multiculturalidad y las relaciones sociales. Que apoyan causas solidarias y recaudan dinero para proyectos sanitarios. Y que, en definitiva, crean redes de apoyo entre personas. Son los rotarios. Quizás te suenen por los viajes al extranjero. O incluso porque se dice que son una secta o pertenecen a la masonería. Pero lo que es seguro es que este grupo de personas, que ya suman casi un millón y medio en todo el mundo, surgió en 1905 en Estados Unidos. Para ayudar a la gente que emigraba del campo a la ciudad, que había dejado en el pueblo a su familia y amigos y que, al llegar a la urbe, se sentía sola y sin apoyo. El abogado de Chicago Paul Harris impulsó el primer grupo en aquel año y le puso el nombre de Rotary Club porque no contaban con una sede fija para reunirse y rotaban de un lugar a otro. En España suman ya más de 5.000. Javier Lizarraga, que fue presidente del Club Rotario de Pamplona y ocupa actualmente el cargo de responsable de juventud del distrito norte de España, despejará estas incógnita y contará sus próximos proyectos.

Déjame que te cuente que todo el mundo sabe quién fue el filósofo griego Aristóteles pero muy pocas personas conocen a la pensadora y científica Hipatia de Alejandría. Y déjame también que te diga que todos los adolescentes estudian el Mito de la Caverna de Platón, que entra en la EVAU, pero apenas una minoría ha escuchado hablar de Diotima, la maestra socrática o Demistodea de Delfos. Para rescatar del olvido sus nombre, conocer su pensamiento y divulgarlo, la filósofa y cantante madrileña Eloísa de Castro acaba de presentar en Pamplona su última obra: 'Gineceo', un trabajo de música metal sinfónica en el que repasa la historia de cinco filósofas y científicas de la antigua Grecia. Con motivo del pasado 'Día Internacional de la Mujer', esta artista e investigadora de 26 años canta la obra de Safo de Lesbos o Téamo de Criotona.

Déjame que te cuente que hay familias cuyos hijos han nacido de otras tripas y, a veces, también en otros países. Y déjame también que te diga que, en ocasiones, llegan a sus nuevas familias con meses de vida o cuando ya hablan y caminan. En todos los casos, son menores adoptados que pasan a formar parte plena de esa unidad familiar, igual que el resto de los hijos. Quien conoce de primera mano esta realidad es la presidenta de la Asociación de Familias Adoptivas de Navarra (AFADENA), Susana Arandigoien, madre de dos hijos, una adoptada en China con 3 años. A raíz del crimen de Castro Urdiales, en el que dos hijos de 13 y 15 años asesinaron presuntamente a su madre de 48, las familias adoptivas quieren comentar el tratamiento que algunos medios de comunicación han dado al hecho de que estos dos menores hubieran sido adoptados en Rusia. Junto a Susana, interviene también Lucía Rabadán, de 25 años, origen chino, adoptada por una familia de Fuentealvilla (Albacete) y que suele colaborar impartiendo formación en AFADENA.

Déjame que te cuente que muchos niños, jóvenes y adultos viven con el corazón enfermo. En sentido literal. Porque sufren una malformación congénita de la que han tenido que ser operados, trasplantados, conviven con la medicación de por vida y no pueden hacer una vida del todo normal. Uno de ellos es el pamplonés Manuel García, de 60 años y cardiópata de nacimiento. Forma parte de la Asociación de Cardiopatías de Navarra 'Pequeña Guerrera' y de otra a nivel nacional, 'Adultos con cardiopatías congénitas de España superando obstáculos' (ACCESO). Con motivo de la celebración este miércoles 14 de febrero del 'Día internacional de las cardiopatías', reflexiona sobre la realidad de estas personas y sus familias, la visión social de su enfermedad y de cómo atraviesan su día a día.

Déjame que te cuente que hay muchas mujeres que sufren endometriosis. Una enfermedad que provoca dolor de regla todos los meses y que, en ocasiones, genera una situación totalmente incapacitante. Y déjame también que te diga que ese 10% de las mujeres, muchas veces, no son comprendidas, se las tilda de 'débiles' y se sienten solas y aisladas. Precisamente para visibilizar esta realidad, hace un año se puso en marcha la Asociación de Endometriosis de Navarra (ASENNA), que integra a más de treinta mujeres, y que organiza actividades para darles voz. Una de ellas es la pamplonesa Nuria Orzanco, de 46 años y diagnosticada hace cinco, aunque sufre esta enfermedad desde que su primera regla cuando era adolescente.