PARTE 1: Una mujer vital, completa y orgánica, no necesita tutela. Necesita una pelvis flexible y que no le ahoguen su respiración y su libertad de movimiento.
La mujer vital tiene una gran relación con su pelvis. Y eso, a pesar de que nuestra cultura haya decidido que el órgano rey sea el cerebro.
La mujer vital posee una pelvis prodigiosa, que más allá de las decisiones del cerebro, late por sí misma. De ahí nace el deseo sexual. Pero el sexo en la mujer ha estado tradicionalmente censurado y controlado. Controlar a la mujer vital desde lo sagrado de su sexo, ha sido y es, la herramienta con la que se ha pretendido hacer estallar en mil pedazos a la mujer completa. A lo largo de los siglos, se nos ha inoculado la creencia de que lo de “por ahí abajo” es sucio. Y eso ha creado una frustración vital a millones y millones de mujeres.
El Seitai descubrió cómo cualquier mujer puede cultivar su salud y vigor atendiendo su pelvis.
Y a esto voy a dedicar muchos artículos, inspirados en el libro Seitai Mujer Vital. Se trata de una joya de contenido inédito, que no te puedes perder si eres mujer y deseas vivir todas tus edades y ciclos vitales con plenitud. Pero tampoco si eres hombre. Porque tú también tienes pelvis y un lado femenino, al que no deberías renunciar si quieres desarrollarte como un ser humano completo.
Estoy muy feliz con esta serie. Tanto en este artículo, como en los venideros, abordaremos temas fundamentales como son, la menstruación, la sexualidad, la pareja, el embarazo, el parto, la crianza, la menopausia y la vejez. Todo, con un enfoque fresco e innovador. Pero en esta primera entrega, voy a convertir el Seitai en la experiencia cotidiana de lo que realmene significa ser mujer en una sociedad que desde hace muchos años, se nos ha orientado en “cómo debemos ser” y en “cómo debemos comportarnos”.
El Seitai habla siempre de movimiento. Sin un movimiento espontáneo libre, no hay vida plena. Y a la mujer se le ha reducido sistemáticamente, la amplitud de su movimiento vital.
Así que empecemos a movernos orgánicamente, a desarrollar la fuerza de nuestra pelvis y a decir que ya no nos estamos quietas.
¿Te hace?
¡Pues a por ello!
Nota: Y recuerda que además aquí encuentras este mismo blog leído por su autora, para que si no tienes tiempo de leer, lo escuches en cualquier lugar, mientras haces tus cosas 🙂