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Según he podido constatar, en general, los jóvenes emprendedores se centran en el servicio al cliente, como la base para ganar dinero y para el éxito. Eso en principio parece muy lógico. Se hacen verdaderos expertos en satisfacer sus necesidades, sin embargo, con relativa frecuencia suelen olvidar, o no le prestan tanta atención, al hecho de que esa aventura la hacen en compañía de otras personas, de las que pretenden que compartan sus sueños, sus mismos objetivos, su misión, haciendo posible el éxito de esa aventura; son sus empleados.

Son muchas las circunstancias que llevan a las personas a sufrir depresión, pero casi todas ellas se encuentran en el mismo círculo vicioso.

Las cosas pequeñas con las personas son las importantes. Las atenciones y los detalles contantes proporcionan enormes beneficios.

Con depresión recuerdo el tremendismo, desinterés, indecisión, baja autoestima.... Levantarme para ir a trabajar era un suplicio.

Estar preparados para mostrar auténtica emoción e interés por los problemas de los demás, realmente sería un apoyo muy valioso y eficaz.

Siendo humildes seremos realistas y esto nos permitirá conocernos mejor, saber en qué estamos bien y en qué tenemos que mejorar.

En general somos por naturaleza más egoístas que generosos, además del paradigma que dice que la información es poder.

Esta es la oración que recitaba la madre de Facundo Cabral, en la voz de este último.