Podcast de el pasajero de reserva

Una mirada urgente a las historias del escritor Elmore Leonard, a través de su novela "Pronto" (1993), con sus personajes intentando escapar de su destino torcido, a la par que valoran sus posibilidades, y recuentan "cómo están las cosas". En la forma, unos díálogos veloces que vehículan la trama y impulsan inexorablemente un desenlace a varias bandas. En esta ocasión, el hilo conduce desde Miami Beach hasta la ciudad italiana de Rapallo y ahí se junta la acción desencadenada con duelos y persecuciones y una busqueda nostalgica, no se sabe hasta que punto una excusa para el protagonista, relacionada con el poeta Ezra Pound. La secuencia capitular de "Pronto" se anuda a los temas interpretados por Joe Jackson (The Uptown Train), Jolie Holland (Old Fashioned Morphine), Charlie Musslewhite + Eliades Ochoa y su Cuarteto Patria (¿Qué te parece Cholita?), James MacMurtry (Sixty Acres), Chicha Libre (Tres pasajeros), Piccola Orchestra Avión Travel (Dormi e sogna), Ralfe Band (Frascati Way Southbound), Matteo Salvatore (Il Pescivendolo), Firewater (Borneo) y Nick Lowe (Hope for us all). Cantos selectos que ponen sonido al devenir de varios tipos humanos, aficionados a las complicaciones y a las probabilidades.

Nunca fuimos árboles pero habremos visto a personas parecerse. Kath Bloom y Bill Fay son dos voces que planean sobre la estepa folk con el típico pasaporte de “culto”. Desarrollando una carrera breve en los setenta y desapareciendo rápidamente para casi nadie. Después, dedicados a sus cosas, despreocupados y ajenos a los elogios y a las demandas del público. En los dos mil, una confluencia casual de circunstancias y el interés de un patrocinador de gustos selectos, arbitra su vuelta discográfica y su puesta en valor para nuevas generaciones, que aprecian su gran clase musical y sus aires humildes y despreocupados con toda la parafernalia escénica. De Kath Bloom, el repaso a su disco Thin Thin Line (Caldo Verde, 2010) a través de Freddie, Dangerous days, Thin Thin Line, Another point of view y Heart so sadly y de Bill Fay, su disco Life is people (Dead Oceans, 2012) a través de The never ending happening, The coast no man can tell, Jesus Etc., Big Painter y Cosmic Concerto (Life is people). Se podrá pensar que ese estado de gracia y esa liberación de los “pecados” buscados que apresan al artista, son el resultado de la edad o del destierro forzado del enterteinment, pero parece que gente como Kath y Bill, ya eran antes así.

Las voces de Portugal claman en el subconsciente colectivo y nos llegan enteras y reconocibles cuando despertamos de la siesta. Luego, es cuestión de juntar los pedazos y darnos cuenta de las notas que compartimos. Culturalmente para nosotros, y exceptuando algunas manifestaciones o nombres internacionales, un país ignoto. Pero a través de esa lejanía próxima, se escucha el legado y el bullicio entusiasmado de António Variações, (1944-1983), trabajador del campo, barbero, proto-hipster y libertario sonoro. Dos discos son los que dan la oportunidad de acercarse a Antonio a través de variaciones diversas de sus canciones. El recuerdo brindado por el grupo Humanos (Humanos, 2014), una alianza de voces e instrumentistas de distinta procedencia, convencidos del poder curativo y de la savia atemporal de la música de Antonio (Adeus Que Me Vou Embora, Quero É Viver, Muda De Vida, Maria Albertina, Rugas, Gelado De Verão). Y por otra parte, el ecléctico reconocimiento representado por Variações - As canções de António (1993), del que se escogen los temas interpretados por Sitiados (… O corpo è que paga), Sérgio Godinho (É p'ra amanhã), Madredeus (Canção), Tres Tristes Tigres (Anjinho da guarda) y Resistência (Voz-Amália-de-nós). António Variações, que irradiaba buen espíritu y fue defensor del cambio, primario o voluntarioso, como alegato vital.

La música de Aidan Bartley como la fuga perfecta, desde sus orígenes irlandeses hasta la fantasía centroeuropea, revisitando un pasado, primero inmediato y personal, después real pero ajeno. Un itinerario trazado con los tiralíneas de músicos admirados por Bartley anteriormente, casi siempre narradores graves y minimalistas de cuerdas percutidas. La selección se compone de diversos fragmentos de casi todos sus discos: Between the gutter and the stars, 1996 (Foreign Legion, Fade away, All I want is everything, blue), Soulstream, 1997 (October´bones, Glass, Days like these, Sakbalin Island), Vaudeville (Maps and clocks, Drehorgel, The tree), Fragments of a daydream, 2008 (Smoke and mirrors) y Silhouettes, 2010 (Nora). Una imitación muy seria que ha terminado dejando rastro y que, utilizando elementos reconocibles, abre nuevas vistas a un pasado fabulado pero trufado de experiencias personales y referencias históricas. Canciones que son secuencias familiares, que vimos o leímos antes y que nos preparan para distinguir (y disfrutar) de la realidad y del relato.

La calle, la peluquería, el taller, la lavandería. La tabla, el Monzón, el azufre, los bocinazos. Los ríos, las ofrendas, las escalas, la diferencia. Premios, Brimful of Asha, folclore multicolor, ok. “Londres como el epicentro de la sintaxis electrónica del sincretismo indo pakistaní”; frase que produjo bufidos de exasperación y alertó a las discográficas sobre la rentabilidad del asunto. Las risas se oyeron hasta en la desembocadura del Ganges. Ahora que ha pasado un tiempo, marcamos un pequeño recuento a bote pronto: Badmarsh & Shri (130 steps), Fun>Da>Mental (Ja Sha Taan), Karsh Kale (Distance), Temple of Sound & Rizwan-Muazzan Qawwali (Paradise of Nada), Nitin Sawhney (Letting go), Transglobal Underground (Body Machine), TJ Rhemi (Exposure), Jah Wobble & Shahim Bada (Hayati) y Asian Dub Foundation (Dub mentality).

A propósito de un estudio de una universidad danesa que aspira a mejorar la experiencia del desayuno pero que igual decae por su localismo. La primera comida del día es variada y ordenada en tierras escandinavas pero en otros lugares también puede ser festejada u ofrecerse de manera intempestiva. En la lista académica serían todos los que están pero requeriría abrir el abanico a otras latitudes, a poder ser, sin macrocentros de venta de muebles, sin hedonismo cafetero, sin tendencias brunchianas. Para dar una oportunidad al esforzado estudio hemos escogido a Orlando “Cachaíto” López (Redención), Mark Kozelek & Jimmy LaValle (What happened to my brother), Los Superseven (La madrugada), Allen Toussaint (Egyptian fantasy), Bebel Gilberto (Tanto tempo), Arthur Lyman Group (Sunny), Departure Lounge (Over the side), Mikel Azpiroz (Agur Hank), Louis Armstrong (Moon River), Tina Guo, Joseph Meyer, Daniel Rosenboom (Bach Suite), Vinicio Capossela (Canción de las simples cosas) y Kelsey Grammer (Tossed salads and scrambled eggs). Conclusión: el intento nórdico está conseguido pero si obsequiamos al paladar con variedad, dejemos a nuestras orejas que se aventuren más allá.

Existen canciones-película que se proyectan visualmente y que narran una historia con planteamiento, nudo y desenlace. Y las hay también, que además de su vocación fílmica capturan un momento y regalan protagonistas de excepción. Como en Fairytale of New York, el tema interpretado por The Pogues y Kirsty McColl, que además de ser un camino de ida y vuelta para el grupo, que popularizó el Dirty Old Town del padre de la artista, ha quedado como una canción más asociada a las fechas navideñas, radiada y repetida en bucle pero que mantiene intacta la imagen de sus dos tirados personajes principales, voz y rostro de una secuencia entrañable de amor y resistencia en la nochebuena neoyorkina. La canción en cuestión bien podía ser el hilo de fondo que anuda los temas extraídos del disco El Significado de la Navidad (caminitos quemados records, 2008) y que suenan desde los márgenes de la representación comercial que nos asola, desde el punto más distante del lugar donde brotan las cenas de empresas y los cuentos mercantiles, buscando reparar en las tres o cuatro cosas que han de ir primero: Badly Drawn Boy (Donna & Blitzen), Dan Bern (Soul), Eels (Christmas is going to the dogs), Greg Trooper (Muhammad Ali (The Meaning Of Christmas), Barenaked Ladies + Sarah MacLachlan (God Rest Ye Merry Gentlemen/We three kings), León Gieco (Rey Mago de las Nubes), Marah (New York is a Christmas kind of town), Eleanor McEVoy (Ave Maria), The Hives + Cyndi Lauper (A Christmas duel), Keren Ann (Hallelujah), Royal Crown Revue (Hey Santa) y Jesse Malin + Bree Sharp (Fairytale of New York).

En 2014 se editaba, While no one was looking – Toasting 20 years of Bloodshot Records, doble disco conmemorativo de un sello de la ciudad de Chicago que ha venido retratando en su stock un buen puñado de propuestas que se antojan como un reverso desviado del country y otros palos americanos. En realidad artistas procedentes del punk y del rock o bien, viajes glorias olvidadas de los circuitos haciendo las cosas a su manera, sin demasiadas presiones y con la satisfacción de pertenecer a un colectivo tan despreocupado en cuanto a formas y modos como Bloodshot Records. Para el citado disco doble partieron de la idea de celebrar un convite con la participación de artistas principalmente ajenos al sello pero sintonizados o afines que versionaran canciones de grupos y artistas del catálogo. Sonaron en la fiesta The Minus 5 (Cherokee grove), Andrew Bird & Nora O´Connor (I´ll trade your money for wine), Samantha Crain (Cold forgiver), Warm Soda (All grown up), Into it.Over it. (Deep red bells), Superchunk (Come pick me up), Carolyn Mark (Last to know), Mike Watt & The Missingmen (Up to my neck in this), Blitzen Trapper (To be young (is to be sad, is to be high), Nicki Bluhm & The Gramblers (Oh my sweet Carolina), Tim Kasher (Aspidistra), Koji (East Jefferson) y Chuck Prophet (Dirt).

No te vayas sin que te lea lo tuyo. Luego, puedes hacer lo que quieras, desaparecer de mi vista o tirarte de un árbol. No hay descontento peor que el de lo no vivido pero el descontento que emerge con la ruptura amorosa es quizás el más feroz. Materiales frágiles o inflamables para enumerar con aspiración compiladora en los estertores de una relación o una vez vencida la misma. Un chorreo generoso exento de pamplinas y edulcorantes. A veces, un sopapo justiciero que mejora el mundo y nos acerca un poco más a otro futuro posible y más sano. La lectura de la cartilla, fue y será abordada a través de muchas canciones y hasta aquí, arrastramos unos cuentas proyectadas desde el orbe latino y aledaños, las cantadas y musicadas por Si Sé, Julieta Venegas, Los de Abajo, Los Rabanes, Vicentico, Desorden Público, Cábas, Juanes, Lucía Pulido, Café Tacvba, Especialistas, Control Machete, Aterciopelados y Rubén Blades. Hay aquí mucho desquite y mucho rencor pero también superación y voluntad para volver a juntar los pedazos; porque eso sí, después de terminar la lectura, se viene la calma u otro libro.

Esos finales de los setenta sevillanos debieron ser un espejo poderoso. Los vasos comunicantes entre géneros y generaciones del ambiente, el abrazo constante a los días nuevos y la ambición de poner en contacto todos los sures del mundo. Fue Alameda uno de los grupos más sentidos y competentes en la tarea de tocar un rock distinto que utilizara los mimbres locales y se inspirara en los temas y tonos andaluces. El set discográfico compuesto por Todas sus grabaciones para Discos Epic/1979-1983 (Rama Lama Music), sirve de provisión para este programa dedicado a la primera y fértil primera etapa de esta banda hispalense. Alameda se afanaron en componer e interpretar canciones rendidas y transparentes en las que el rock o el pop era nada más un ingrediente que enriquecía la mezcla, un estilo juvenil que se vio contaminado para bien por las bulerías, las coplas, el sinfonismo o el jazz y todo, con una voz e instrumentación de reconocida altura. Música viva que sigue conservando el paisaje y todo el misterio andalusí. “Por lo espacios del tiempo”, transita abril.

Adoptamos Tristeza de la Tierra (Errata Naturae, 2015), novela de Éric Vuillard que propone un acercamiento singular y diverso a un fragmento fascinador y continuamente revisitado de la “historia americana” y más en concreto a la figura legendaria de Buffalo Bill y el Wild West Show, espectáculo vodevilesco, precedente de los western y simulacro teatral, entre el folclore y el folletín. Una representación que durante años difundió la palabra de la frontera alterando con alegría los sucesos históricos de forma grotesca y convirtiendo a veces a los mismos indios protagonistas, supervivientes de las “batallas” o testigos de la muerte de sus familias en actores y reclamo para un negocio basado falsamente en “hechos reales”. La banda sonora se compone de canciones interpretadas por Heredos & Hellberg (No fun), Bertrand Betsch (Les petits mammiferes), Rachel´s (Last things last), Rainer (ode to N2O), Dawn Landes (Charleville-Mézières), Chris Withley (War crime blues), Kyrie Kristmanson (Eruption), Ry Cooder (Jesse James), Sam Amidon (As I roverd aout) y Bowerbirds (Silver clouds).

Desde que comenzó SKANDALO EN LAS ONDAS no sabemos si Zaragoza se ha hecho más jamaiquina o si la parroquia que va a conciertos ha aprendido a distinguir el two-tone del ska-core pero sí que hemos adquirido la certeza de que un programa de radio en directo y semanal, sin sponsors ni servidumbres, es posible y puede perdurar, al menos, si se hace entre amigos, con afición desmedida, y desprovistos de cualquier atisbo de pereza dominical. Y por supuesto, si se hace desde el subterráneo, emitiendo libremente desde Radio Topo, y tan a gusto. Y así que han pasado 20 años, motivo que ánima a recordar esta aventura sincopada y a subrayar el aniversario con un capítulo a modo de pequeño tribute. Las canciones las ponen Malarians (I can´t go down), Instatiable (Silence of the Universe), Bandits (Algo especial), Sophia George (Girlie Girlie), Madness (Shame & Scandal), Rico Rodriguez (Runaway), Bahiano (Mi manera de amarte), The Slackers (Alone again), Don Drummond & The Skatalites (Don De Lion), Jimmy Cliff (Ruby Soho), Steady Earnest (I don´t know), Desorden Público (Dispersos), Dr. Calypso (Return), The Pietasters (Freakshow) y Aspo (Black Sunday). Hay un escándalo en la Familia, que no se puede aguantar. Felicidades y que siga así.

Aunque las canciones e interpretaciones de Townes Van Zandt no alcanzaron en vida salvo puntuales excepciones, el lustre mediático de otros compañeros del género americano, permanecen en la memoria del aficionado y de otros músicos que, tras su pase a mejor vida, lo han reivindicado como un bardo distinguido en el arte de transmitir emociones con voz elegante y altura lírica. Lo cierto es que los temas de este hombre, si bien suenan a country, blues o folk desprenden una atmósfera singular, como si las canciones arraigadas a los parajes y las gentes que ha recorrido y conocido, habitaran un espacio casi irreal, reconocible pero tocado por el sueño. Podrás escuchar la voz de Townes Van Zandt y las de ilustres compañeros como Ray Benson, Cowboy Junkies, Emmylou Harris, Robert Earl Keen o The Flatlanders (Poet, a tribute to Townes Van Zandt, 2001), además de las aportaciones de un amigo-admirador como Steve Earle (Townes, El Corazon, 2009 y 1997) y las fantásticas versiones de la banda danesa Rhonda Harris (Tell the world we tried, 2006). Las historias no comienzan hasta que se cuentan (o se cantan).

Hombre nacido en la ciudad de Santo Amaro, abrupto y hambriento Caetano Veloso, que mutó de satélite entusiasmado a Planeta en los márgenes del sistema. Consensuado por los capataces de su gremio como especial, fino y el más apolíneo entre los apolíneos. Hizo vibrar la epidermis en los sesenta y lo sigue haciendo ahora con la misma delicadeza y osadía. Esta emisión es una polaroid granulada del cantante a través de su voz (Minhas Lágrimas, Os Argonautas, Superbacana, Help, O Leâozinho, 13 de Maio) o en comandita con Os Mutantes (É poibido proibir), David Byrne (Dreamwold/Marco de Canaveses) y Lila Downs (Burn it blue). También, las versiones-celebraciones en temas de Bossacucanova + Trio Mocotó (Vai levando), Apollo Nove + Cêu + N.A.S.A. (It´s a long way) y el himno a base de retales de Adriana Calcanhotto (Vamos comer Caetano).

Hombres y mujeres libres nacidxs y avecindadxs y los hijos de estxs cuidando del patio y de las praderas. Un fuerte sentimiento de identidad racional, natural y coloquial. Una mirada abajo para que suenen las canciones de MAÑANA (Historias de Mabase), GRUPO DE EXPERTOS SOL Y NIEVE (Dime), MAGA (Último mar), ZICO (Tinto y aire), PRIN´LA LA (Naves que dan vueltas a un balón), CHENCHO FERNÁNDEZ (Radio Fun Club), FETÉN (Enfermedad hereditaria), SR. CHINARRO (Del montón), SOLEÁ MORENTE Y LOS EVANGELISTAS (Si tú fueras mi novio), LAGARTIJA NICK ( 20 versiones), JULIO DE LA ROSA (Colecciono sabotajes), TARIK & LA FÁBRICA DE COLORES (Oyendo canciones). Las convulsiones espontáneas de estos portavoces de la secesión servidas a la sombra de la higuera.

El fin y comienzo de ciclo alcanzó a Lés Negresses Vertes y a Mau Mau con con el afán de enriquecer sus canciones echando mano de los recursos electrónicos que por entonces, ya pasaban de mano en mano impunemente entre los etnorockistas de toda condición. Aprovechando la base autóctona afianzada en sendas carreras que habían posicionado a estas agrupaciones como de lo más fino en esto de mezclar sonidos locales y ritmos modernos de forma festiva, decidieron renovarse con un atino notable. Trajeron lo viejo y lo de siempre servido de forma distinta, cambiando el aceite por la mantequilla, combinando el soplo acústico con la secuencias programadas. Los franceses nos trajeron Trabendo (Virgin, 1999) y Safari Beach (Universal, 2000), los italianos. De la sartén a la mesa, sin perder propiedades.

Cuatro voces representadas por cuatro discos de sonidos distintos pero unidos por el propósito de hacer canciones transparentes: Kirsty MacColl (Titanic Days, ZTT Records, 1994), Sophie Zelmani (Sophie Zelmani, Sony, 1995), Heidi Berry (Miracle, 4AD, 1996) y Kate St John (Second Sight, All Saints Records, 1997). Francotiradoras de la escena, si alguna vez fueron invitadas a alguna, encantadas de ir a su bola, sintonizaran o no con los gustos del momento y esmeradas artesanas de la melodía agridulce.

Breve excursión por algunas de las propuestas que vinculadas a la música celta o desde dentro de la misma, más interés personal han despertado en los últimos años. THE BURNS UNIT, COLM MAC CON IOMAIRE, FIREDAZE, THE GLOAMING, HEIDY TALBOT, SETH LAKEMAN, JIM MORAY FT. OYSTERBAND y THE OLLLAM.

Programa dedicado a repasar y escuchar algunas de las canciones del disco de la banda norteamericana Cracker titulado "Berkeley to Bakersfield" (429 RECORDS, 2014).