
El Puzzle de Bea
El Puzzle de Bea son las reflexiones de una médico apasionada por la visión integral del ser humano, que, siendo además una paciente con un problema de salud mental, ve necesario un cambio de mirada a la maravillosa diversidad del ser humano desde el positivismo, la confianza, el amor y la seguridad de que todos podemos ser felices si de verdad apostamos por nosotros mismos, independientemente de las etiquetas. La inclusión es posible y empieza dentro de cada uno de nosotros. Estamos acostumbrados a juzgar a las personas sin apenas conocerlas y, muchas veces, no nos atrevemos a conocer y dar cabida en nuestra vida a personas diferentes que tienen, por tanto, inteligencias diferentes y son inmensamente valiosas para la sociedad. Si todos pudiésemos educar a nuestros hijos desde la inteligencia emocional, amabilidad, la colaboración, la generosidad, el perdón y la riqueza que la diversidad aporta, ellos mismos nos podrían explicar cómo aprenden más cuando están rodeados de personas de todo tipo , Creo firmemente que conseguiríamos avanzar mucho mejor y más rápido como sociedad. ¿Y si conseguimos que en todos los colegios haya una asignatura de inteligencia emocional?
Me considero una privilegiada por ser una persona inquieta y apasionada de la medicina, que ha tenido los recursos suficientes para poder ser feliz con una enfermedad mental. Me lanzo a compartir mi historia con miedo, pero también con la seguridad de que todos podemos crecer y aprender toda la vida.
Para mi, la mejor forma de conseguir que este mundo sea un poquito mejor es poniendo en valor las capacidades de todos y cada uno tenemos, liberándonos de la opinión de los demás y aceptándonos tal y como somos, perfectamente imperfectos.
Con todo mi AMOR.
El Puzzle de Bea son las reflexiones de una médico apasionada por la visión integral del ser humano, que, siendo además una paciente con un problema de salud mental, ve necesario un cambio de mirada a la maravillosa diversidad del ser humano desde el positivismo, la confianza, el amor y la seguridad de que todos podemos ser felices si de verdad apostamos por nosotros mismos, independientemente de las etiquetas. La inclusión es posible y empieza dentro de cada uno de nosotros. Estamos acostumbrados a juzgar a las personas sin apenas conocerlas y, muchas veces, no nos atrevemos a conocer y dar cabida en nuestra vida a personas diferentes que tienen, por tanto, inteligencias diferentes y son inmensamente valiosas para la sociedad. Si todos pudiésemos educar a nuestros hijos desde la inteligencia emocional, amabilidad, la colaboración, la generosidad, el perdón y la riqueza que la diversidad aporta, ellos mismos nos podrían explicar cómo aprenden más cuando están rodeados de personas de todo tipo , Creo firmemente que conseguiríamos avanzar mucho mejor y más rápido como sociedad. ¿Y si conseguimos que en todos los colegios haya una asignatura de inteligencia emocional?
Me considero una privilegiada por ser una persona inquieta y apasionada de la medicina, que ha tenido los recursos suficientes para poder ser feliz con una enfermedad mental. Me lanzo a compartir mi historia con miedo, pero también con la seguridad de que todos podemos crecer y aprender toda la vida.
Para mi, la mejor forma de conseguir que este mundo sea un poquito mejor es poniendo en valor las capacidades de todos y cada uno tenemos, liberándonos de la opinión de los demás y aceptándonos tal y como somos, perfectamente imperfectos.
Con todo mi AMOR.