SATO&Storytelling

¡Gracias hija chamaca, hasta el infinito y más allá, seguiremos compartiendo risas, aventuras y montones de anécdotas más! ¡Gracias amiga por tanto y por todo, te vamos a extrañar! Fue increíble compartir tanta vida a tu lado. En efecto, por siempre y para siempre serás nuestra gran bendición.

Érase una vez un chavito tímido y muy callado, pero con mucho éxito con las chavitas. Tal vez su timidez, tal vez su pulcritud, tal vez porque cuando hablaba siempre lo hacía de manera correcta o mejor aún recurría a su arma secreta, enamorar a la gente del conocimiento, esa, esa que es la gran labor del capacitador y que Miguel, sin saber aún que se iba a convertir en uno de los mejores, él ya era un poeta y un gran orador de la vida.

Érase una vez una pequeña niña que no conocía de límites. Si su papá le decía "aviéntate", ella se aventaba sin pensarlo dos veces. Tenía la convicción de que podía correr sin parar y sin cansarse la distancia que fuera. Solo pensaba en alcanzar la meta y nunca se imaginó que la realidad fuera más difícil. El tiempo pasó y como en la mayoría de los casos sucede, se acabaron los sueños y los juguetes, ambos se quedaron en el mismo cajón en el que guardó el deseo de poder comprobar qué tan lejos la podían llevar sus pies. Esa niña es Saramaria, y así comienza ésta historia.

Érase una vez la Ciudad de México en marzo de 1986. Marco Antonio Pedraza Arguello tenía 29 años. A partir de esa fecha comenzaron sus años de sobrevida. ¿Por qué? Así se le llama al tiempo que pasa, una vez que se ha tenido un trasplante de órgano, en su caso fue de riñón. Agosto del 2014, fue una nueva fecha que lo transforma. Los aceites esenciales aparecieron. Un regalo para su bienestar con grandes efectos secundarios, ayudar a su entorno, compartir el conocimiento, dar pláticas. En efecto, habla sobre estos grandes aliados de la vida porque dan salud, porque la salud es consustancial a la vida. Los aceites esenciales van sobre la causa, no el efecto. Unos altos e inimaginables beneficios que puedes encontrar en unos frasquitos tan pequeños y con unas cuantas gotas. ¿Te animas a probarlos?

Érase una vez una pareja de Torreón que tuvieron seis hijos, tres hombres y tres mujeres. Los dos primeros nacen en Ciudad Juárez. Los otros cuatro en la Ciudad de México. El pequeño Juan Alfonso Delgadillo Espinosa, fue el primero de ellos en conocer las nuevas tierras. Las de Tacubaya. Alfonso, un herpetólogo de corazón, que su paraíso se encuentra en medio de la ciudad, desde hace más de veinte años, en el herpetario del Zoológico de Chapultepec. El lugar que ama y disfruta. Ese es su gran pago existencial. Wow.

Érase una vez una pareja. Rafael, diplomático con unas venas muy delicadas y Lina Martha, maestra, compañera fiel hasta el fin del mundo. El 15 de julio de 1990 en la Ciudad de México debutan como papás de un hermoso niño que años después se llamaría Sebastián, ¡oh sí!, pero nace en el cuerpo de una pequeña niña a la que llamaron Mariana. Esta historia es sólo el inicio y a la vez la gran continuación, de una hermosa vida de gran descubrimiento, primero frente al espejo, después frente ante el mundo, pero siempre con un claro objetivo: “Conócete a ti mismo y tu solito convencerás a los demás de lo que eres”. ¡Wow!

Y por supuesto que la historia tiene continuación. Érase una vez Julio César, el poderoso JC que se planteó clasificar una vez más al maratón de Boston, pero ahora en la edición número 32 del Maratón de la Cd Mx, cuyo objetivo en tiempo era hacer un ¡sub 3! (Aquí puedes escuchar la primera parte: http://goo.gl/cexwSL).

Érase una vez, un pequeño niño que vivía al norte, pero muy, muy al norte de la ciudad. El mayor de tres hermanos. Competitivo y en búsqueda de la justicia. Un justiciero al que nunca le ha gustado levantarse temprano... El ejercicio lo hacía por salud pero sobre todo por vanidad. ¡¿Por vanidad?! ¡Sí! (Aquí puedes escuchar la continuación: http://goo.gl/ISHFQ6). --Semblanza escrita y transmitida en Jun 2014, para el programa de RADIO&CORRE--.

Mario sabe que la vida lo ha estado preparando para algo mayor, para ayudar, compartir, amar. Porque para él las cosas no tienen sentido si no son para eso, para disfrutar con los demás. Siempre rodeado de gente, los mejores, de los cuales aprende. La vida lo ha estado preparando para ser la cabeza de su propia familia, que con toda ilusión espera. Un hombre responsable, legado de su mamá, libre y lleno sueños. Que ahora su papá es el primero en decirle a ese niño artista, coqueto, imaginativo, simpático, ocurrente, emprendedor bueno y noble que nunca ha dejado de ser: “¡Vive la vida!”. Ahora entendemos porque el slogan de una estación, deja de serlo para convertirse en todo un motivo y una gran inspiración: Vive la vida, vive la música, vive radio

La versión de SATO del cuento: "Truco minimalista: La caja mágica [Chocobudix, el Magnífico]". Del blog de Chocobuda. Escrito por Kyonin. Enero 25, 2011. Aquí puedes leer la entrada: http://chocobuda.com/2011/01/25/truco-minimalista-la-caja-magica-chocobudix-el-magnifico/

Ricardo es sencillo, transparente. Es un gran atleta, un soñador, un músico por naturaleza, todo un artista. Un emprendedor que fusiona sus pasiones, que quiere un mundo mejor en todos los sentidos, más saludable, más vivo, más orgánico, para seguir disfrutando y compartiendo, esa inquietud y esa tenacidad, ese que ama con todo y que tiene como cómplices de esta impresionante aventura a dos peludas, la pequeña Heilin su Terrier Escosés y la gran Tara, su Zetter Irlandés. Este es Ricardo, un atleta-músico-aventurero-apasionado e inquebrantable emprendedor- con sangre circense que le bombea el corazón.

Ha logrado hacer relidad todos sus sueños, los ha sufrido, pero gracias a todo lo vivido hoy es una exitosa profesionista con un carácter inquebrantable, fuerte, decidida, sin miedos, enérgica, apasionada, exigente, detallista. ¡Es diseñadora gráfica!, su pasión y el motor de su vida. Hoy desde lo más profundo de su corazón grita al mundo: "Todas las experiencias de vida, las tomo como eso, experiencias. Sé lo que quiero y lo que necesito en mi vida. No pierdo el tiempo. Hoy ya ni el aire me tira".

Par él la vida es sencilla, el vivir aquí y ahora es fundamental, ver las osas como son sin complicarlas de más, vivir ocupado para no tener tiempo de preocuparse, vivir disfrutando de los regalos que momento a momento te da la naturaleza, la familia, los amigos, la comunidad en que vivies, estar pendiente de lo que sucede y enamorarte cada día más de la vida. Ese es Toño, un facilitador de vida.

Su nombre completo es Saramaria. Si, va todo junto. Una pequeña ocurrencia de su mamá. Es mil por ciento visual, sin embargo tiene mal olfato. Es corredora, pero confiesa que no lo ama tanto como parece. Sin embargo el correr le hizo vencer sus límites, descubrir que ama escribir y reencontrarse con su vena de diseñadora gráfica. Esa es SA, entre otras muchas cosas, una feliz contadora de historias.

El significado de SATO no es algo del otro mundo, sin embargo la vida hizo que la coincidencia uniera este par de nombres y saliera toda una aventura. SATO más que un nombre, es nuestro mundo, nuestro día a día, nuestra manera de vivir.