PoliPepe#1639: Un mini Black Monday en la NBA

Esto es PP Diario, Poli-Pepe.

Hola, ¿qué tal? Hoy estamos a martes, 15 de abril del año 2025.

Os hablo desde el barrio de Arguelles, en Madrid, en España.

Yo soy Pepe Rodríguez y este es el programa número 1639 de la sección polideportiva de PP Diario.

No con tanta virulencia ni tan concentrado en el tiempo en un solo punto, en un solo día, como en la NFL, pero ayer fue una especie de mini Black Monday para la NBA.

Dado que ya se despiden entrenadores a mitad de temporada, entrenadores que incluso están llevando a sus equipos a puestos de play-off, que incluso van a jugar play-off esos equipos con entrenador interino, pues no tiene mucho sentido.

Hablar de Black Monday o hablar de día en el que se acaba la temporada regular para algunos conjuntos y que estos deciden despedir a sus entrenadores y o general managers, porque esto ya está mucho más difuminado.

Por lo tanto, no tiene el impacto de la otra gran liga norteamericana, la NFL, pero sí, sí, claro, acaba la temporada regular y muchos equipos eliminados tienen que dar evaluación del año, la mayoría de ellos mala, no todos, los equipos en reconstrucción que no tienen por qué mirar a su campaña en términos de victorias y derrotas, sino en otros términos que nada tienen que ver con esa evaluación y, por lo tanto, ver si quieren seguir con su entrenador, con su general manager, con el proyecto tal cual lo han montado.

Por supuesto, luego habrá que tomar otro tipo de decisiones, también extraordinariamente importantes, probablemente más importantes aún, como es si vas a traspasar alguna de tus estrellas, jugadores, alguno de tus jóvenes, si vas a moverte en el draft, bueno, en fin, cada cual tiene que tomar en cuenta cuáles son sus direcciones y qué han aprendido de esta temporada para tratar de mejorar en la siguiente.

El caso es que en el día de ayer, y supongo que a lo largo de la semana tendremos más noticias de otros entrenadores y de otros general managers, pero en el día de ayer cayeron dos.

Mike Wadenholzer como entrenador de los Phoenix Suns y David Griffin como general manager de los New Ireland Pelicans.

Si quitamos de delante lo primero y más obvio, lógico que los Pelicans hayan prescindido de su general manager, lógico que esta gente se meta en una dinámica de proyecto completamente nuevo.

Griffin llegó en el año 2019 a esta casa, tuvo que comerse el marrón de traspasar a Anthony Davis porque no quería seguir el hombre allí y lo había dejado claro por activa y por pasiva.

De hecho, David Griffin, fichado desde los Cleveland Cavaliers, parece que ya en el mismo instante en el que lo fichan, allá por 2019, tenía que ver con gestionarnos esto.

Gestionarnos esto porque estamos en un punto absolutamente crucial de inflexión dentro de la franquicia.

Y así fue, consiguió un muy bien, por aquel entonces lo parecía, muy buen retorno de los Ángeles Lakers, Josh Hart, Alonso Ball, Brandon Ingram, elecciones del Draft, pero perdía a un jugador del calibre de Anthony Davis.

Con aquello se podía, o se pensaba, que se podía construir el inicio de un nuevo equipo, una nueva era.

Tenían el número uno del Draft, el año de Zion Williamson, en fin.

Era todo un día de, primero, dolor por perder a Davis, sí, pero con bastante ilusión y con bastante sensación de que el futuro era brillante. Nos vamos seis años después y aquella idea ha fallecido. Nunca llegó a despegar, nunca llegó a ser un equipo relevante en ningún sentido.

Las decisiones que se han tomado no han sido pocas ni han sido poco profundas.

Se han hecho muchos traspasos, muchos movimientos.

Y J. Macoll, un de Jhontan Murray, se dio carpetazo a la era Brandon Ingram mucho antes.

Se dio carpetazo a Alonso Ball, a Josh Hart.

Se extendió el contrato a Zion Williamson cuando era algo complicado, ¿no?, aquella situación, porque el chico no quería estar allí.

El chico había dado muestras de que quería irse a Nueva York desde prácticamente el primer año que le draftearon, pero su concurso en cancha, su capacidad para jugar al baloncesto, completamente limitada por el aspecto físico y por sus idas y venidas, su huida para escapar de la franquicia, como quien dice, e irse a Oregón, a los cuarteles generales de Nike para rehabilitarse, en fin.

Tuvo que gestionar, David Griffin, situaciones muy complicadas.

El caso es que esto ya no va más.

Habrá tenido mucha mala suerte el general manager, mucha mala suerte con todo lo que ha pasado ahí.

No ha sido tampoco un desastre absoluto en términos de draft desde entonces, sí, pero aquí ya no va más, ¿no? Este proyecto está completamente acabado y parece lógico que lo dirija cualquier otro.

Habrá que traspasar este verano a lo que se pueda, volver a mirar cuáles son los fundamentos, los cimientos, y tratar de construir desde ahí.

El hombre elegido ya veremos, pero los primeros rumores apuntan a Joe Dumas.

Y yo aquí tengo una sensación ambivalente con él.

Joe Dumas construye.