
PoliPepe#1680: La maquinaria a pleno rendimiento de los Thunder

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Los Thunder ganan y trituran las ilusiones de los Pacers. Las Finales NBA, con Víctor Arrufat. Y cómo vemos el Tour desde la Dauphine, con Javier Aguilar.
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Esto es PepeDiario, PoliPepe.
Hola, ¿qué tal? Hoy estamos a martes 17 de junio del año 2025.
Os hablo desde el barrio Darwelles, en Madrid, en España.
Yo soy Pepe Rodríguez y este es el programa número 1680 de la sección polideportiva de PepeDiario.
Los Oklahoma City Thunder han ganado el quinto partido de las finales de la NBA, los Indiana Pacers, y lo han hecho de tal manera que ahora sí uno tiene en la cabeza qué hombre.
Hasta aquí hemos llegado y esto se ha acabado.
¡Craso error! Si los Indiana Pacers han demostrado algo a lo largo de esta temporada y estos play-offs, es que no debemos darlos por muertos, incluso en la peor de las circunstancias.
Ya los hemos visto contra la Spadila en pocas ocasiones y de todas ellas han salido victoriosos.
Por supuesto, dado que yo pensaba que los Thunder eran superiores y que tarde o temprano ganarían estas finales, ver el partido de esta noche me reconcilia con esa idea mucho más que muchas de las cosas que han pasado en los cuatro partidos anteriores.
La dinámica, y esto creo que es lo más importante de todo, es lo más explicativo de lo que ha pasado en este partido y de cómo están las finales ahora mismo, la dinámica te lleva a pensar que Indiana no se ha rendido, porque nadie se rinde en unas finales y mucho menos cuando te queda un partido en casa.
No es esa sensación de rendición, sino de no puedo pegarme más contra esta roca, porque la realidad es que enfrente hay una roca, una roca absoluta.
Hay un instante en el tercer partido en el que los Oklahoma City Thunder tienen todas las manos en las rodillas o en las caderas.
Hay una parte final de ese último periodo en el que, si hay Giggles Alexander, empieza a chocar una y otra vez con la defensa individual de Indiana, Chet Holgren está perdido y este equipo pierde el partido, pierde el tercer encuentro y, a la vez, da muestras de verdadero cansancio.
De ahí al cuarto partido, en ese cuarto partido en el que Indiana juega como Los Ángeles, de maravilla, y llega un instante, un punto en el que yo, desde luego, pienso que esto se va para Indiana, que esto se lo queda a Indiana.
Ahí, en esa aparición en el último periodo de sus grandes estrellas, sobre todo, de un ser Giggles Alexander que, en los últimos tres minutos, hace lo que hacen los MVPs, hace lo que hacen los jugadores de su categoría y de su tamaño, resolver partidos de manera casi individual, partidos de finales.
Desde ese instante, me parece que el punto de inflexión al que nos vemos ahora es toda una dinámica natural lógica de los acontecimientos.
Es una cosa similar a la que pasó en la eliminatoria frente a Denver Nuggets en semifinales de conferencia de Oklahoma.
Hay un rato de no entender lo que está pasando en pista, hay un rato en el que peleas cara a cara con un buen rival y este te gana algún partido, hay un instante en el que los ajustes de los rivales parece que te sacan de tus propias casillas y hay una sensación de ¿qué está pasando? Si no hemos perdido dos partidos seguidos en todo el año y, además, somos mejores que esto, si somos más fuertes y físicamente somos más aptos para aguantar el ritmo y el estrés al que estamos sometidos en esta serie, si, además, no hemos perdido nuestras constantes vitales, ¿por qué demonios vamos por detrás en el marcador y por qué demonios hay un punto en el que parece que nos pueden ganar? La lógica, la gravedad, acaba imponiéndose.
Tú, cual roca, sigues a lo tuyo, sigues defendiendo como perros, sigues robando balones, sigues saliendo al contraataque, sigues volviendo a Oklahoma.
No es lo mismo jugar en Oklahoma que fuera y estos play-offs lo están demostrando al 100 %.
Y aquí entran los tiros de Wiggins y de Wallace y de Ludor mejor que fuera.
Y entonces, ahí es cuando el rival dice «no puedo más».
Llevo diez días peleando a brazo partido con estos cabrones, siempre están aquí y cada vez que pueden se ponen 10-15 puntos por arriba.
Voy con el gancho todo el rato y, aunque es verdad que soy buenísimo, porque Indiana Pacers son buenísimos, llega un punto en el que no puedes.
Con tanto como ponen en tu plato, con tanto como te presionan, con tanto con lo que corren, con lo que pegan, con lo que van hacia el otro lado.
Y así hemos visto el partido de hoy.
Hoy ha sido un partido en el que todas las virtudes de Oklahoma se han puesto encima del parqué y han sacado del sitio a los Indiana Pacers.
Pero esas virtudes no son solo el hecho de que tengan una defensa histórica, la tienen, y que sean capaces de no solo limitarte, hacer que en el uno contra uno vivase un infierno, lo han vivido hoy los Pacers, y a ese respecto hay que decir que estos Pacers, sin Halliburton, y hoy han estado sin Halliburton, sí ha estado el cuerpo presente, pero ya me diréis ¿para qué? Se dice, se ve porque se va al banquillo y porque se toca esa pierna derecha que está lesionado.
Chicos, si estás lesionado no juegues, pero si juegas, se te ha de juzgar por cómo juegas y tu desempeño es espantoso, ha sido un partido horrible, para eso no hace falta hacerse el héroe, no hace falta ser el héroe.
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