
Por convicción, consagremos nuestra familia a Dios

Description of Por convicción, consagremos nuestra familia a Dios
Tomo como base una escritura muy conocida, y deseada por las grandes mayorías de cristianos, aunque quizá sin la misma convicción entre todos, y es: “Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; Enfasis pero yo y mi casa serviremos a Jehová”
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Por convicción, consagremos nuestra familia a Dios, por convicción, consagremos nuestra
familia a Dios.
El versículo que tengo aquí indicado, que es Josué 24, 16 o 17, que es muy conocido
el versículo 15, perdón, que es muy conocido por todos, me da la pauta para traer a ustedes
este mensaje. Y vamos a leer desde el versículo 14 al 17 de Josué 24. Y así dice la palabra.
Si mal os parece servir a Jehová, escogéos hoy a quien sirváis. Si a los dioses a quienes
sirvieron vuestros padres cuando estuvieron al otro al río, o a los dioses de los amorreos
en cuya tierra habitáis. Y con énfasis, pero yo y mi casa serviremos a Jehová.
Estas palabras como que eran muy, muy sentidas en la vida de Josué, a la edad que él ya
tenía, sabía que sus días estaban llegando al final, físicamente hablando, y pudo haber
hecho él un recorrido desde que salió de Egipto, acompañó a Moisés, asumió el liderazgo
para la conducción y la entrada del pueblo a la tierra prometida y todo lo que él pudo
haber realizado en nombre del Señor a favor del pueblo, en cada detalle el pueblo podía
estar experimentando que Dios les estaba acompañando y que Dios estaba siendo fiel a sus promesas,
cada conquista.
Me imagino que podía decir Josué, celebremos este día porque este día hemos experimentado
una vez más las promesas de Dios a nuestro favor. Y el pueblo se levantaba en Algarabía
festejando esa conquista, festejando ese logro, pero ahora opta por dar un mensaje de despedida,
el cual no es el mío, un mensaje de despedida para decirles ustedes son testigos de todo
en dos vías, en lo que Dios ha hecho por mí o a través de mí y lo que yo he tratado
de modelar y de ser a la vida de ustedes.
Me place decirles que yo he determinado, yo tomo la iniciativa, yo tomo el compromiso de
mi casa para decirles, yo y mi casa serviremos al Señor.
No voy a omitir lo siguiente, me consterno cuando yo escucho a hermana Mary y lo dice
muchas veces, seguido, como una declaración de compromiso, de fe, de confianza, yo y mi
casa serviremos a Jehová. Yo lo escucho y allá en mi interior yo digo que así sea
Señor. O algunas veces en voz suave, no sé si lo escucha, pero yo digo que así sea Señor.
Es ella la que debe de estar con esa oración continua, está bien que lo haga la esposa,
pero tantas veces nos han dicho a nosotros, con equivocación o acertado, usted es la
cabeza del hogar.
¿Quién es la cabeza del hogar? Por lo general se está viendo la figura del esposo. Hace
tiempo apareció alguien diciendo, sí, él es la cabeza, pero la esposa es el cuello.
Decide, el cuello, usted sabe que mueve la cabeza para donde quiera, pero es la cabeza.
Esa palabra no solamente la hemos de asumir.