Por un puñado de Oscars

Y pues bueno, creo que dicen las campanas de la gran película de Alas von Trier, Breaking the Waves, que Cinemafilia está de regreso.

A mí me parece, fíjate, ha sido una ausencia un poquito prolongada para nuestro gusto, porque mira que nos gusta estar aquí hablando de películas con nuestra gente.

Oye, qué mejor que una música épica para anunciar el regreso.

Sí.

Pues sí, Alejandro, estamos de regreso y qué mejor manera de hacerlo que yo creo que en alguno de estos días se va a cumplir nuestro tercer aniversario de creación.

No sé cuál es el día exacto, es que lo bonito es no pensar ni en el día exacto, es simplemente que suceda y que fluya y saber que cada marzo para Cinemafilia es especial.

Y ojo, cada marzo casi siempre hay que hablar de los Oscars.

Casi siempre no, siempre.

De hecho, esa es la ocasión que nos amerita, que nosotros estemos aquí reunidos de nuevo conversando.

Te voy a ser sincero, a mí no es que me interesen tanto los Oscars como el pretexto que son los Oscars para venir aquí y reiniciarnos.

Es como el nuevo año de Cinemafilia.

Sí, para mí los Oscars siempre van a significar muchísimo.

Desde que era un adolescente los estoy viendo para anotarme recomendaciones, para ver a las estrellas y llevarme esos hermosísimos discursos y ganarme de inspiración.

Siempre lo voy a decir, para mí los Oscars fueron escuela.

Recogía, ya sabes, en una libretica todos los nombres de cosas que yo no sabía qué películas eran, quiénes eran esas personas que hacían películas que no eran tan mediáticas.

Palabra que puedo usar ahora, que soy periodista, pero antes no sabía qué se debía.

Y qué bueno, súper feliz con lo que pasó la noche de los Oscars.

No sé cómo te sentirás tú.

A mí, la verdad, como que me da un poco igual, pero sí me sigue pareciendo, por supuesto, muy importante para aprender sobre todo de cine.

Por los Oscars sabes que yo conocí qué significaba la palabra montaje.

Para mí montaje en el cine era montar los decorados.

O sea, yo no tenía ni idea.

¿Dedicó? Fui una vez un cinéfilo bastante inverbe, ¿no? Y lo sigo siendo porque lo que nos queda aprender de cine a lo largo de la vida es muchísimo.

Pero, evidentemente, los Oscars, si para algo bueno se prestan, es para debatir y para aprender de películas y, sobre todo, ejercitar uno mismo su ejercicio crítico.

Pero lo más gracioso es que nosotros estamos debatiendo muchísimo antes de que se dieran los Oscars, sobre todo con cierta nominación o, mejor dicho, cierta cantidad de nominaciones a cierta película llamada Emilia Pérez.

No, de hecho, la que más.

Me parece que ninguna es la igual.

Y su historia, creo que ha hablado de Titanic, de James Cameron y con otra película con gran cantidad de nominaciones.

Sí, lo que no recuerdo, sabes que hay un top tres que son Ben Hur, Señor de los Anillos 3 y Titanic alcanzaron 11, o sea, en ninguna otra película ha alcanzado tantos premios.

Pero en cuanto a nominaciones, no recuerdo si Titanic llegó a 13 o a 14, por ahí andaba.

No recuerdo. Emilia Pérez, si sé que figura en el top de historia.

Bueno, este curioso caso de Emilia Pérez es bastante gracioso.

Vamos a llamarlo de esa manera, porque de todas esas 13 nominaciones yo simplemente hubiera puesto dos en mi guiñela.

O sea, no creo que toda esa cantidad de nominaciones esté justificada.

Déjame adivinar, las dos que ganaron.

Las dos que ganaron precisamente eran las que yo...

Canción y actriz secundaria.

Canción y mejor actriz de reparto, porque creo que lo que son esas dañas y son la película es una cosa impresionante.

Y luego está la canción del mal, que todo el mundo la etiqueta de ridícula en muchas redes sociales, en muchos podcasts, en muchos canales de YouTube.

Pero no van al trasfondo de lo que viene a ser esa canción.

Incluso NPR, que es una de las cadenas de radio que más me gustan, tiene una reseña muy buena, muy crítica de la canción, que es que cuando quitas los colores atractivos de esa escena en particular, se te queda una canción ridícula.

Y yo coincido con ellos.

Pero ¿qué pasa? Que cuando tú haces todo un compendio cinematográfico de lo que es esa escena, de todo lo que está haciendo Zoé Sardaña y de todo lo que implica una reunión de políticos en América Latina, que todos los que somos latinoamericanos conocemos lo que significa una reunión de este tipo.

Sabemos que lo que hay ahí es un nido de corruptos.

Y la canción habla de eso, la corrupción dentro de los países de América Latina.

¿Sabes qué me pone un poco nervioso de Emilia Pérez? Que a mí Emilia Pérez, fíjate, por supuesto, en primer lugar, tanto como votante o no votante, que no lo soy.

Yo, 13 nominaciones me parece un exceso, un exceso, porque yo siempre he visto los Oscars como una manera de reconocer películas.

Yo lo digo mucho.

Son premios americanos que dan americanos, que le dan pases a ciertos americanos.

Incluso esa nominación, esa categoría de mejor película de habla no internacional, mejor película internacional es una manera casi de reconocimiento.

Pasó a llamarse internacional ahora.

Exacto, pero ellos mismos lo saben.

La Academia de Arte y Cinematografía de América.

Y entonces todo lo que vemos aquí viene desde un mismo punto de vista nacional que podremos llamarlo como un nacionalismo cinematográfico.

Ojo, pero han ampliado cada vez más votantes.

Claro, pero es que ya tienen más de 70 años de historia.

Además, estos...