PRÉDICA DOMINGO 3 DE AGOSTO DE 2025.

Amén. Voy a repetir la cita bíblica porque no se había grabado, ¿vale? Estamos hablando de Romanos capítulo 2, 14, versículo 17.

Romanos 14, 17, que dice, Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz, gozo en el Espíritu Santo.

Bendito sea nuestro Dios.

Lo grabamos aquí porque como seguramente va a saltar la luz y se va ahí, pues para que no, y el ordenador se cerrará, pues lo hacemos por esta vía hasta que Dios nos permita, que yo creo que en esta semana, si Dios quiere, habrán subido la potencia y podremos poner ya todos los aires acondicionados y el domingo siguiente a que nos den la potencia, traerse una rebequita porque lo vamos a poner a tope todo y vamos a tener que entrar aquí como si fuera esto un iglú.

Gloria a Jesús.

Bien, cuando leo este versículo, hay cosas que quisiera compartir con vosotros.

El reino de Dios no es comida ni bebida.

A veces pensamos que el reino de Dios tiene que ver con este reino, tiene que ver con lo que aquí estamos, tiene que ver con nuestra vida, pero el reino de Dios es muy diferente a lo que aquí estamos viviendo, es muy diferente, yo te diría totalmente diferente de lo que es.

Y a veces nosotros tenemos una mentalidad que queremos que el reino de Dios se parezca a nuestra vida cotidiana, pero eso lo que estamos haciendo es empequeñecer el reino de los cielos porque el reino de los cielos no tiene nada que ver con lo que aquí vivimos, con lo que aquí hacemos. Aquí hay pecado, en el reino de los cielos no hay pecado.

Aquí hay maldad, allí no hay maldad.

Y eso implica que el 100% de las cosas que aquí hacemos, seguramente allí no nos vamos a encontrar nada de eso.

Entonces, cuando queremos pensar en eso, recuerda que estamos empequeñeciendo al reino de los cielos si pensamos y creemos que se parece en algo a nosotros, ¿no? Y aquí las cosas son, digamos, se basa mucho en lo material, ¿vale? En lo material que es la vivencia, ¿no? Aquí tenemos metas que no tendremos en los cielos.

Aquí somos muy de la carne.

Y aquí pensamos y vemos, según yo aparezca, según yo crea, pues, según yo tenga por fuera, pues, así el mundo me ve y así el mundo me aceptará.

Por eso muchos de nosotros, pues, queremos tener una casa que tal, más grande o más bonita o algo así, o simplemente si no llegamos a eso, pues, queremos tener un coche lustroso, ¿no? Algunos no tienen casa y tienen coche nuevo o grande y no han, según mi entendimiento, la prioridad de buscar primero el comparte, una casa que sea tuya, aunque hay mentalidad de alquiler para toda la vida.

Pero, bueno, mi mentalidad es tener una casa propia y tenerlo como meta, ¿no? Pero algunos, pues, ahí tú ves, ayer mismo estaba yo con mi esposa que venimos aquí a hacer unas cosas y vimos cuatro o cinco carros aquí impresionantes.

Y decían, yo esto, un Porsche, un yo no sé qué con un ruido, un deportivo, otro deportivo.

Estábamos aquí en los arcos viendo unas cosas y vimos en un momento pasar varios coches impresionantes, ¿no? Y yo no estoy muy claro si esa gente realmente son los que aparentan.

Pero si quieres, si pensamos que podemos tener, que eso nos da a nosotros como una categoría, ¿no? El tener un buen coche.

Otro de nosotros, pues, lo hacemos con la ropa o con los adornos, ¿no? Cuánto nos gusta tener una gran cadena de oro y unas clavas y tal.

Y yo recuerdo en mis tiempos que los que más oro tenían éramos los más sinvergüenzos.

O sea, que no tenía nada que ver lo que tenía con lo que era.

Y entonces, yo me acuerdo, yo tenía un anillo aquí, otro aquí.

Yo iba y me gustaba.

Y claro, eso porque te veía pensaría o nosotros pensamos, hombre, si tiene eso y tiene lo otro, pues, será alguien importante, ¿no? Y buscamos en eso.

Mira, yo soy aficionado a los relojes y sé que hay relojes que valen miles y miles.

Y toda la gente, esto los futbolistas, la gente de dinero, se rompan, se compran relojes muy especiales, un paté Philips, relojes que valen una barbaridad.

Y ellos siempre los llevan para los sitios.

¿Por qué? Porque cuando tú vas con esto y dices tú, lleva trescientos.