Preeminencia de Cristo

Bueno, estamos ahí en Colosenses capítulo 1 y el versículo 18, lo tenemos, y dice así la palabra del Señor, dice, el Cristo es también la cabeza del cuerpo que es la iglesia, y es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia.

Aleluya, lo voy a volver a leer, Cristo es también la cabeza del cuerpo que es la iglesia, y es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia.

Aleluya, vamos a orar. Señor, te queremos dar gracias una vez más por el privilegio que tenemos de poder congregarnos en tu nombre, Señor, sabiendo que tú estás aquí en medio nuestro, Señor, y que tú estás dispuesto, Señor, a tocar a toda persona, Señor, que quiera abrirte su corazón, Señor. Si hay aquí alguien, Señor, que todavía no ha tenido un encuentro real y verdadero contigo, yo te pido, Señor, que tú te rebeles a su vida, Señor, para que veas, Señor, que no hay nada mejor que ser hijo tuyo, Señor. Si hay algún enfermo, Señor, declaramos sanidad, Señor, aleluya, sobre toda enfermedad. Si hay algún atribulado, Señor, declaramos, Señor, liberación en tu nombre, Jesús, porque tú has venido a sanar, salvar y liberar, Señor, aquello que se había perdido, Señor, y estamos aquí tan agradecidos por todo lo que tú haces en nuestras vidas.

Dirige la predicación de tu palabra, Señor, toca, Señor, a aquellos, Señor, que lo necesitan, cada uno conforme a su necesidad, en el nombre de Jesús. Amén. Amén. Como sabéis, estamos repasando la carta de Pablo Colosenses y la verdad es que el primero que queda fascinado con lo que estamos estudiando soy yo, porque estoy descubriendo cosas que nunca me había dado cuenta, ¿no? Y ahora que estoy haciendo un estudio, pues, versículo a versículo, me doy cuenta cómo la palabra del Señor es tan rica, tan maravillosa, cómo nos muestra quién es Jesús, cómo nos muestra quién es Dios, cómo nos muestra el amor de Dios por cada uno de nosotros, porque no sé si lo sabes, pero Dios te ama, Dios te ama, aleluya, y Dios me ama a mí, bendito sea su nombre, si no fuera por eso, ¿dónde estaría yo hoy? Pues a saber dónde podría estar yo hoy.

Como dijimos, del versículo 15 al 23, que es donde estamos ahora, se puede dividir en tres partes, del 15 al 17 nos muestra quién es Cristo en relación con Dios, algo que ya hemos visto, del 18 al 20 nos describe quién es Cristo en relación a la iglesia y del 21 al 23 nos enseña las implicaciones que esto tiene para nosotros. De hecho, en estos nueve versículos, estos nueve versículos tienen tanta riqueza que hay 10 declaraciones, 10 declaraciones sobre la deidad de Cristo, aleluya. En otras palabras, Pablo deja claro que Cristo es Dios, Cristo no es un profeta, no es una buena persona, no es alguien que Dios puso ahí, no, Cristo es Dios, aleluya, es la segunda persona de la Trinidad. ¿Alguien se acuerda de cómo se llama al hecho de que Cristo sea tanto hombre como Dios? ¿Os acordáis uno de esos nombres raritos? Y eso es, unión hipostática, dos naturalezas en una sola persona, Jesús es tanto Dios como hombre.

En el versículo 15, por hacer un repaso muy rápido, dijimos que había dos palabras clave, la primera era imagen y primogénito, por lo tanto, en este versículo 15 hay dos declaraciones de la deidad de Cristo, Cristo es la imagen del Dios invisible y Él es el primogénito o el principio de toda la creación, ¿vale? Si queréis saber más, como esto ya lo predicamos, pues lo podéis ver en nuestro canal de iVoox o de YouTube. En el versículo 16 dice, en Él fueron creadas todas las cosas, y ahí la palabra clave es en Él. La declaración de la deidad en este versículo es que Cristo es el creador del universo, aleluya. En el versículo 17, que ya hemos visto también, las palabras claves son antes y subsisten, por lo tanto, las dos declaraciones de la deidad de Cristo