Presas fáciles-Una investigación policial quijotesca de Miguelanxo Prado

No te olvides del regalo ideal para esta primavera. La fe, la ética y los valores de los superhéroes.

Un libro perfecto para dar la batalla cultural con una sonrisa.

Fundación Edelvives patrocina este espacio cultural.

Miguel Ancho Prado es un talento discreto que a lo mejor no tiene la fama de Paco Roca, Juan Díaz Canales, pero que aboga por el trabajo bien hecho, como ha demostrado con el integral en cuestión.

Presas fáciles de norma editorial. A este autor lo descubrí casi por casualidad cuando me leí su gran novela gráfica Ardalén, donde este señor hace honor al concepto de novela gráfica creado por Will Eisner a través de Contrato de Dios a escondidas, además lo leí en una librería de un centro comercial.

El caso es que Miguel Ancho Prado ha creado una pareja de policías que recuerda a las grandes parejas del cine o de la literatura como Bevilacqua y Chamorro de Lorenzo Silva, con ecos a Sherlock Holmes y Watson, o por ejemplo al padre Brown y a Flambeau de Chesterton, pero en un estilo áspero, pues en Presas Fáciles Olga Tabárez es una gente seria con cara de Sigourney Weaver, que siempre busca la verdad a pesar de las presiones policiales frente a su compañero, el dicharachero Sotillo, que siempre está dispuesto a gastar una broma venga a cuento o no.

El autor del guión y de los dibujos, que eso también es bastante digno de ser tenido en cuenta porque no es fácil dominar las dos facetas, se enfunda el traje de defensores de causas justas como un caballero sin espada para ser crítico con las preferentes, aprovechando la poca cultura financiera de este país, y en esta ocasión se pone del lado del eslabón más débil de la cadena, Los Ancianos, en un potente thriller que acierta con una interesante trama en la que nos da a entender que hay un psicópata suelto que está cometiendo una gran cantidad de crímenes y no hay ninguna pista para poder descubrir quién es el asesino. Los diálogos son bastante abundantes, pero son muy ágiles y acompañados de expresivos dibujos en un estilo muy personal.

Destacamos algunas conversaciones entre Sotillos y esta mujer ¿Qué? ¿Te sientes mejor de tu chute de colesterol? Contesta el chaval.

¿Mucho mejor jefa? ¿Y ustedes, los rumiantes, al final viven más años que los demás? En otro momento dice la gente berlanga. Y no vuelvas a puentearme con los jefes porque te crujo, gilipollas.

¿Algún día me explicarás la clave por la que decís tratarme de usted y de jefa o tutearme, porque aún no lo he descubierto? No sé, es que según me sale hay momentos en que me impones más que otros. Buena razón, sí señor, responde ella.

A lo que dice ella, pues ahora prefiero imponerte y que te salga jefa. A lo que responde el chaval. Vale, jefa.

En otros momentos están hablando de quién podrá aceptar con una de las pesquisas. Y entonces, en ese momento, dice ella, el que pierda paga la cena. Y entonces responde el chaval. ¿Me está pidiendo una cita, jefa? Delira Sotillo. Y eres gilipollas. Vale, acepto la apuesta y la cita. Entonces responde el chaval.

Vale, acepto la apuesta y la cita. Durante esa jefacena tendré que tratarle de jefa, jefa. Lo dicho, responde ella, gilipollas.

Y, por último, hay que decir que esta mujer siempre busca la verdad y no le gusta tener que soportar las presiones.