El Proceso Nos Prepara Para El Llamado - Luis Fraga

Cuando conocí al Señor, yo estaba un poco bastante enfermo, no pasé momentos muy buenos con la enfermedad.

Yo sé que muchos de aquí ya conocen mi testimonio, pero para los que no conocen, les voy a hacer un spot a la iglesia.

Si quieren saber el testimonio mío y de mi familia, pueden ir a la página de YouTube de Conversaciones con Dios y al capítulo 30, ahí van a ver todo lo que pasamos con esa enfermedad.

Dice, cuando por fin, ya enfermo, decidí rendir mi corazón al Señor, fue como ese primer amor.

Lo conocí a través de un familiar de mi esposa.

El Señor usó lazos, unió cosas con mi hija, la danza, ya era algo que el Señor ya tenía marcado en ella.

Empezamos a ir a la iglesia y fue donde el Señor me atrapó.

Y digo me atrapó, les voy a decir por qué.

Porque fue, sinceramente, como ese primer amor.

Ese amor que se refiere a pasión, a dedicación, al tiempo con esa persona, a no entender nada más que lo que esa persona te está diciendo.

O sea, no escuchas más nada a tu alrededor, sino lo que Dios quiere hacer contigo, lo que Dios va a hacer contigo.

O sea, yo no había experimentado nunca nada en ese momento.

Les voy a leer un versículo que es como el principio de mi vida.

Dice eso, está en Mateo 4, versículo 18, traducción al lenguaje actual.

Del 18 en adelante dice, Jesús pasaba por la orilla del lago de Galilea cuando vio a Simón Pedro y Andrés, dos hermanos que eran pescadores.

Mientras ellos pescaban con sus redes, 19, Jesús les dijo, síganme, en lugar de pescar peces les voy a enseñar a ganar seguidores para mí.

En ese mismo instante, Pedro y Andrés dejaron sus redes y siguieron a Jesús, tal cual como me pasó a mí.

Llegué a la iglesia y es como que, sígueme.

En ese mismo momento sentí, sígueme, sentí ese primer amor de que, venga, vamos que yo tengo cosas, cosas que hacer contigo.

Muchas veces queremos llegar al Señor para que el Señor nos dé.

Dice, no, él a mí sí me dijo, voy a hacer cosas contigo.

Él no me dijo, te voy a dar esto, te voy a dar aquello, que sí.

Más adelante hubieron palabras, hubieron remas en mi vida donde él me iba a dar cosas.

Pero en este momento me dijo, voy a hacer cosas contigo.

Y yo, ni pendiente de lo que iba a hacer conmigo.

Estamos hablando de 16 años atrás.

Yo era nuevo, yo sí estaba enfoquetado.

Hay unos pastores que sigo, que decía que él cuando niño, cuando recibió al Espíritu Santo, él se volvió como loco, él quería ir a imponer manos, él quería ir a liberar endemoniados, él quería sanar a enfermos y el Señor, pum, lo bajó.

Le digo, todavía no estás preparado.

Espérate porque esto es una asignatura, no una, son varias asignaturas.

En el mismo instante, Pedro y Andrés dejaron sus redes y siguieron a Jesús.

Siguieron a Jesús.

Ellos tomaron una decisión de seguir a Jesús, tal cual como nos pasó a nosotros.

Hubo un momento puntual en nuestras vidas que hubo ese detonante en cada uno de nosotros, donde nosotros decidimos, bueno ya, hasta aquí, ahora sí, vamos a ver.

Lo he hecho por activa, lo he hecho por pasiva, lo he hecho a mi manera, como me ha dado la gana y no he podido llegar a ningún sitio.

En mi caso, en mi caso en particular, para esa fecha yo estaba enfermo y ese fue mi detonante, en que ya yo veía que mi martillo ya no funcionaba.

Que yo hablaba con un médico, hablaba con el otro, reunir dinero para ir al exterior, era legal, lo que voy a decir, no era ilegal.

Literalmente era comprar un riñón, era una clínica que se dedicaba para hacerme el trasplante y hasta eso se cayó, cambiaron las leyes en el país, no se podía, nada, en el mismo sitio.

Levantarme, ir, hacerme mi tratamiento, venir a casa, levantarme, ir, tal cual.

En el testimonio donde se lo acabo de decir, lo tiene.

Y hubo un momento en que ya llegué y le dije, bueno, ya, estando convertido, ya estoy bien.