Programa 208 - LA MALDICIÓN DE LAS CASAS OVNI

En nuestro próximo recorrido por los enclaves de leyenda, Lidl quiere que os contemos qué es lo que vale realmente la pena. Y todos sabemos que lo que de verdad importa está en las cosas sencillas, tenerlo todo sin tener que renunciar a nada, darte un capricho sin sentirte culpable o tener tiempo para ti cada día. Porque vivir sintiéndote bien contigo mismo vale la pena. Descansar, compartir una comida sin mirar el reloj, reírte fuerte, abrazar sin prisa, ver a los tuyos aunque sea un ratito, eso también vale la pena.

Y claro, también vale la pena disfrutar de una buena comida, de lo fresco, lo sabroso, lo bien hecho, de eso que dices, esto sí merece la pena. Pues en Lidl lo saben, por eso eligen la calidad sin renunciar a la cantidad, cuidan cada producto y a sus proveedores y todo al mejor precio. Porque ayudarte a vivir mejor o llenar tu mesa sin vaciar tu bolsillo, a poder cocinar para ti despacito pero con buena letra y a disfrutar cada pequeño gran momento, todo eso es algo por lo que comprar en Lidl. Lidl vale la pena.

Enclaves de leyenda, con Álvaro Anula Hay enclaves que parecen diseñados por la imaginación de un niño que soñó con el futuro. Lugares que no encajan en el paisaje, que desafían la lógica arquitectónica, que parecen haber aterrizado en la tierra o en este caso, por destino. Quiero que se imaginen la escena, en lo alto de una colina, quizá entre árboles que susurran secretos al viento o una población entera directamente.

En todo ello encontramos una estructura que no parece humana. No tiene tejado, no tiene ventanas convencionales, no tiene ángulos rectos ni líneas familiares, solo tiene curvas suaves, piel metálica, ojos de cristal. Parece una cápsula, una nave. ¿Qué digo? Parece un platillo volante. Y es que realmente lo son.

Las casas ovni, como así se llaman, no son muchas, algunas sobreviven como ruinas de un futuro que nunca llegó, otras han sido restauradas por soñadores que se niegan a olvidar y todas comparten algo, el misterio de su origen, lo llamativo de su estructura y la pregunta que nadie ha respondido del todo. ¿Quién pensó que vivir en una nave espacial era buena idea? Porque claro, si buscan en internet este tipo de viviendas, se van a dar cuenta de que es algo que no encaja, que parecen cumplir un motivo o un sueño por parte de quien decidió crearlas.

La casa ovni se considera la primera casa de estructura plástica producida en masa del mundo y fueron diseñadas y construidas originalmente a finales de la década de 1960 y principios de la de 1970, es decir, en un momento en el que el mundo de ahí arriba, por llamarlo de alguna forma, en unos años donde la carrera espacial estaban a la orden del día y ocupaban prácticamente todos los días minutos de televisión y páginas en la prensa mundial. ¿Y por qué casas ovni? Pues se llaman así porque su cúpula se asemeja a un platillo volador, solo hay que verlas en imágenes para darse cuenta de ello.

Sus características incluyen un diseño en forma de escotilla en la entrada del edificio con una estructura estándar de aproximadamente 4 metros de alto y 8 de diámetro y aunque originalmente se planteó que se produjera en masa en todo el mundo, en realidad se fabricaron menos de 100 unidades, 100 casas ovni, ¿no? Pero lo curioso es que a día de hoy, a pesar de que el tiempo transcurre, todavía se conservan algunas de estas casas que recuerdan a naves extraterrestres y ya solo por eso tenemos que empezar un recorrido, tenemos que comenzar un viaje por estas casas curiosas que no se han olvidado del todo. Un viaje que comienza el 14 de junio de 1933 en Lammy. Lammy es un antiguo municipio del sur de Finlandia que hoy cuenta con unos 5.500 habitantes aproximadamente, pues aquel día nace un niño llamado Matti.